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Definición principal
«La violencia es el uso de la fuerza física para herir a otra persona o a una propiedad. La violencia puede causar dolor físico a aquellos que la han experimentado directamente, así como estrés emocional a aquellos que al han experimentado o que han sido testigos. Tanto los individuos, como las familias, las escuelas, los lugares de trabajo, las comunidades, la sociedad o el medioambiente pueden ser dañados a través de la violencia.»
¿Qué es la violencia?
La violencia es un problema social que puede repercutir en la salud de aquellos que la experimentan directamente o de los testigos que lo han presenciado. Puede tomar diferentes formas, incluyendo:
Violencia familiar, referida a menudo como abuso doméstico, abuso a los niños o al cónyuge y, malos tratos a los más pequeños o la otra parte de la pareja.
Violencia en el grupo de iguales, incluye a la violencia realizada en el lugar de trabajo, en la escuela, en las calles y al bullying.
Violencia sexual, incluyendo la violación o el abuso, tanto a personas desconocidas como al cónyuge, a los hijos o a cualquier niño.
Abuso de poder, incluye el maltrato a niños, estudiantes, personas discapacitadas, personas mayores y a todas aquellas que tengan un menor poder que el abusador.
Violencia comunitaria, se refiere a asaltos, peleas, disparos, homicidios y a todas las formas de violencia en grupo.
Crímenes e incitación al odio, el objetivo de esta violencia se centra en el género de las víctimas, en su edad, etnia, creencia religiosa u orientación sexual
Violencia en los medios de comunicación, como en la televisión, en películas y en videojuegos.
Causas del comportamiento violento
Las investigaciones indican que el comportamiento violento puede tener diferentes causas, algunas de ellas pueden ser innatas pero otras pueden ser aprendidas a través de la experiencia o al ser testigo de comportamientos violentos de otros, particularmente por aquellos modelos a seguir.
Genética
Los cromosomas transfieren la información genética de padres a hijos. Existen algunas investigaciones que confirman que la agresividad puede ser heredada.
Daño cerebral
Lesiones en las partes frontales del cerebro pueden eliminar el control de la propia persona ante el enfado y la agresión.
Personalidad antisocial
Las personas diagnosticadas de trastorno antisocial de la personalidad a menudo se comportan de forma violenta, incluso durante la infancia. Pueden ser incluso peligrosos para ellos mismos. No parecen comprender que la violencia daña a otras personas, ni tener conciencia de lo que está bien o lo que está mal. Los términos sociópata y psicópata son los más empleados cuando la gente se refiere a las personas que padecen el trastorno antisocial de la personalidad.
Alcohol y abuso de substancias
El abuso de substancias y el consumo de alcohol pueden jugar un papel importante en las conductas violentas. Para algunas personas, estas substancias interfieren con el buen comportamiento y el juicio adecuado. El tomar alcohol para solucionar los problemas de enfado o depresión, pueden empeorar la situación desencadenando que se hieran a sí mismas o a otras personas.
Desensibilización
El visualizar frecuentemente violencia en casa, en la comunidad, o en la televisión, puede hacer que las personas consideren que es algo normal, que forma parte de sus vidas; sin recordar que el comportamiento pacífico también es una posibilidad.
Indefensión aprendida
Las personas que se resignan a creer que es una parte inevitable de sus vidas no intentan evitar ni escapar de la violencia. Pueden volverse pasivos e incapaces de generar un lugar seguro para ellos mismos o para su familia. Un claro ejemplo son los casos de violencia de género, donde el marido pega a la mujer y esta asume la creencia de que no puede escapar de sus golpes, perdiendo la esperanza.
Modelos sociales
Los niños aprenden por observación y por imitación. Si en sus hogares, escuelas o personajes de televisión, se comportan de forma violenta pueden desarrollar la creencia de que los sentimientos de enfado tienen como consecuencia acciones agresivas, siendo una acción aceptada, o incluso pensar que es una forma efectiva para solucionar problemas. No aprendiendo nunca formas pacíficas o cooperativas de solucionar conflictos.
Prevención y tratamiento
Las personas que experimentan la violencia o que son testigos de ella deben reaccionar de forma inmediata. En caso de emergencia deben ser avisadas la policía y las líneas directas de violencia. Aquellos que hayan sido dañados deben acudir a una clínica o a un hospital, para ser tratados cuanto antes. Cuando la crisis de violencia aparece en el colegio o en la familia, debe contactarse con un especialista con el objetivo de obtener consejo y referentes adecuados. Incluso deben intervenir las agencias de protección de la infancia y las encargadas de proteger al cónyuge en caso de malos tratos.
La terapia debe ir centrada en el aprendizaje y desarrollo de conductas adecuadas para el manejo del estrés, de los conflictos y de la ira. Muchas veces, en vez de solucionar los conflictos familiares, los especialistas deben tratar a los niños o al cónyuge a recobrar su estado emocional previo a los malos tratos, desarrollando para ello una terapia centrada en el trastorno por estrés postraumático.*
*El trastorno por estrés postraumático es un tipo de desorden mental padecido por aquellas personas que han sobrevivido a un terrible evento, teniendo pensamientos recurrentes, pesadillas, sentimientos, miedo y recuerdos sobre lo sucedido. Es lo suficientemente severo como para interferir en el día a día de la persona. Puede suceder después de haber presenciado o vivido un desastre natural, un combate militar, violación, asalto u otro tipo de violencia.
Fuentes:
http://www.womensaid.ie/es/queeslaviolenciadomestica.html
http://www.ugr.es/~eirene/publicaciones/manual/Que_es_la_Violencia.pdf
http://www.who.int/violence_injury_prevention/violence/es/
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