La alimentación saludable es a todas luces necesaria para las personas, pero hay un trastorno – la ortorexia – por el que el individuo lleva al extremo su nutrición, obviando tomar muchas comidas que realmente nuestro cuerpo necesita. Se podría decir que es un problema del siglo XXI porque anteriormente esta patología relacionada con la forma en que comemos apenas existía o no se decía nada sobre ella.
Las personas que tiene el trastorno de la ortorexia, propio de la salud mental, confunden lo que es una alimentación saludable con una alimentación restrictiva. Con lo cual, experimentan una realidad totalmente alejada de los criterios médicos y que termina por afectar a su salud.
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Trastorno y obsesión: así se llega a tener ortorexia
Y es que ningún médico en el mundo podrá desaconsejar tener una dieta saludable. Después cada nutricionista estudiará cada caso concreto y aplicará un régimen adaptado para cada persona, según su perfil, pero siempre con una alimentación rica y variada. Los países mediterráneos tienen mucha suerte en este sentido porque pueden aprovechar toda la riqueza gastronómica que hay en esta parte del mundo. No en vano, los restaurantes más premiados en el mundo se sitúan alrededor de esta ubicación.
Volviendo al proceso de la ortorexia, los especialistas detectan esta patología cuando la obsesión por la comida sana puede ser llevada a un extremo. Cuando sucede de manera continua y se convierte en rutina, estas prácticas terminan por volverse en contra y son perjudiciales no solo para su salud física, sino también mental. De modo que una definición profesional de ortorexia podría ser “la necesidad de llevar una dieta saludable y libre de cualquier tipo de nutriente considerado dañino para el organismo, terminando por convertirse en un trastorno obsesivo compulsivo”.
¿Cómo se comporta una persona con ortorexia?
¿Qué hace o qué come una personas que padece ortorexia? Los comportamientos se basan en realizar una dieta muy restrictiva, evitando a toda costa alimentos que lleven no solo grasas, o azúcares, sino también conservantes, colorantes u otros componentes que sean insalubres.
Los especialistas indican que este trastorno tiene bastante semejanzas con la bulimia y la anorexia y, por tanto, puede resultar igual de peligroso, ya que está pasión por lo sano puede derivar en lo contrario: graves problemas de salud por carencias de nutrientes esenciales, al prescindir de grasas saludables, por ejemplo, que aportan vitaminas esenciales como la vitamina D y que en defecto debilitaría el sistema inmunológico.
¿Qué dicen los especialistas?
Nada mejor para indagar sobre el tema como acudir a los especialistas para que nos relaten sus experiencias y nos expliquen los pormenores de la ortorexia. La nutricionista de Sanitas, Verónica Velasco, afirma que “este trastorno suele derivar en pérdidas de peso muy rápidas y pronunciadas, falta de energía y fatiga (incluso por lo que determina el tiempo de planificar y organizar su dieta) y mayor facilidad para sufrir lesiones, unido a excesivo deporte sin estar bien nutridos”.
Por su parte, la Dra. Cecilia Sanz, especialista en Aparato Digestivo del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja, añade que hay casos de personas que se acaban desmayando y por ello han de realizar tratamientos de hidratación controlada para regular los niveles de iones o implantar sondas nasogástricas de alimentación o gastrostomías endoscópicas percutáneas”,
Incluso en casos muy extremos y prolongados en el tiempo, la ortorexia ha derivado en problemas de salud que han requerido de intervenciones quirúrgicas.
¿Cómo actuar desde el punto de vista de la psicología?
Además de tener en cuenta la visión de nutricionistas y especialistas digestivos, hay que agarrarse a la psicología para realizar un diagnóstico claro y llevar a cabo un tratamiento a los pacientes con ortorexia.
Según explica Raquel Velasco del Castillo, psicóloga de BluaU de Sanitas, la obsesión por restringir alimentos se refleja en ciertos comportamientos como pasar más de tres horas al día pensando en la dieta del día o planificar comidas de forma rígida teniendo la necesidad de controlar cada composición del alimento, porción y combinación entre ellos. Es frecuente, a su vez, tener un sentimiento de culpabilidad muy alto si el paciente se salta alguna de sus exigencias dietéticas.
“A nivel psicológico, registra una serie de patrones de comportamiento bastante marcados y que afectan claramente a su capacidad de tener convivencia social equilibrada”, afirma Velasco del Castillo. Es decir, suele derivar en un aislamiento social provocado por su rigidez alimentaria.
Primera solución a la ortorexia: terapia psicológica
Así que tanto física como mentalmente, las consecuencias de este trastorno puede ser nefastas para las personas en el largo plazo. De modo, que es bastante importante detectar estas rutinas lo antes posible para tratar de buscar remedio. Como trastorno, el punto de partida para curar la ortorexia se encuentra en el terreno de la psicología.
Ya en terapia, el psicólogo deberá buscar o detectar cuál es el origen de este trastorno en cada sujeto, si bien gran parte de los casos están muy relacionados con rasgos obsesivos.
“Una vez detectamos el problema, el tratamiento que, en todo caso, deberá ser multidisciplinar, será la concienciación del paciente sobre los riesgos que corre a nivel nutricional y social de mantener esos hábitos estrictos y se realizará una intervención terapéutica para dotar a la persona de la capacidad de flexibilizar sus pautas consiguiendo unos verdaderos hábitos saludables”, añade la psicóloga de BluaU de Sanitas.
Aunque el trabajo psicológico es necesario para poder superar la ortorexia, requiere del apoyo del entorno social y familiar. “Los seres queridos serán un recurso muy valioso de acompañamiento y ayuda para el paciente guiados siempre por el asesoramiento de los profesionales de la salud que estén trabajando con el paciente.”, concluye la experta. De esta forma, poco a poco manejará el problema de la ortorexia y volverá a restablecer su calidad de vida y social.
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