Cuando se habla de alergia al polvo realmente se refieren a alergia a los ácaros. Esta alergia se produce fácilmente porque los ácaros se encuentran en partículas diminutas en el polvo, que están presentes en cada área de la casa y en sí mismo constituye un ecosistema.
La alergia surge a partir de las partículas y las heces que desprenden los ácaros en el polvo. Estos pueden producir diariamente 20 partículas que ocasionan síntomas alérgicos, inclusive después de su muerte. Los estudios científicos sobre estos insectos demostraron que para producir niveles de asma crítica es porque se encuentran presente unos 100 a 500 ácaro por gramo de polvo.
Los ácaros también tienen la capacidad de poner entre 20 a 380 huevos (dependerá del tipo de ácaro) y de esta manera producir una nueva generación aproximadamente cada 21 días. Ellos son una fuente crónica y acumulativa de alérgenos y causan una inflamación-hiperreactividad bronquial que conlleva a crisis aguda de asma, rinitis, así como conjuntivitis y dermatitis atópica.
Por lo general, estos insectos viven en zonas más cálidas, húmedas y con mayor acumulación de polvo. Para su desarrollo dependen de un factor determinante como la temperatura que tiene que ser de 25° C para que puedan desarrollarse. El mejor ambiente para ellos es una humedad entre el 70 u 80%, ya que una humedad inferior al 45% los aniquila.
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Limpieza constante
Las partículas de polvo se acumulan en alfombras, colchones, sábanas, almohadas, muebles, mantas, sillones y libros. Para mantener estos elementos en el hogar de forma segura, es preciso recurrir a métodos de limpieza constante. Por ejemplo, para evitar la presencia de ácaros, las alfombras se deben aspirar cada dos días.
Los niños también son sensibles a los ácaros presentes en juguetes con fibras de poliéster o en juguetes de gran tamaño, pues estos acumulan más ácaros del polvo o mayor cantidad de escamas de piel humana.
Los peluches se deben colocar en el congelador la noche anterior a -18 °C y, posteriormente, lavarlos con agua temperada. Asimismo, antes de comprar un muñeco voluminoso es imprescindible verificar la calidad de sus fibras textiles. En el mercado hay peluches gigantes fabricados con materiales hipoalergénicos como algodón y lana, estos acumulan menos ácaros y requieren de un lavado menos frecuente.
¿Animales y alergia a los ácaros?
Los ácaros se alimentan de la piel de las personas, de animales, restos de insectos y hongos. Es por ello, que tener mascotas en casa de pelo o pluma perjudica el cuadro de alergia en una persona sensible. Mientras más animales habitan dentro de una casa, mayor es la propagación de ácaros.
Los síntomas más frecuentes de las alergias a los ácaros son: estornudos, moqueo y goteo nasal. Además de ojos rojos y llorosos o con picazón, congestión nasal y tos. Otro de los síntomas son picazón en la nariz, ojo paladar o garganta, así como la piel azulada inflamada bajo los ojos.
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