La deficiencia moderada de Zinc puede perjudicar la digestión y la salud.
El zinc, un mineral que lo podemos encontrar en la comida, es vital para la salud de una persona. Aunque es verdad, consumir mucho zinc puede tener resultados no muy buenos, como malestar intestinal, vomito, y salpullido; pero la deficiencias son igualmente problemáticas. Un nuevo estudio con publicación en British Journal of Nutrition sugiere que incluso una mínima deficiencia puede resultar en un daño indetectable.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la deficiencia de zinc afecta cerca de un tercio de la población mundial, y es la responsable de cerca del 16% de las infecciones en el tracto respiratorio inferior, el 18% de los casos de malaria, y el 10% de enfermedades diarreicas. Estudios previos han indicado que también puede incrementar el riesgo de inflamación sistémica, problemas de amamantamiento, daños de órganos, e incluso la muerte.
Si bien el acné y los salpullidos, una pobre función neurológica, y el adelgazamiento del cabello son señales de problemas, el comienzo de la reducción de zinc es asintomático y a menudo no se nota.
Un estudio animal llevó a Daniel Brugger de la Universidad Técnica de Munich a investigar los efectos de la deficiencia y cualquier cambio resultante en la capacidad digestiva. Brugger y su equipo alimentaron a 48 cerditos con el suministro adecuado de zinc por dos semanas antes de asignarlos al azar a ocho grupos de transición dietaria diferentes. Una vez estando en sus grupos, los cerdos fueron alimentados con una dieta que contenía diferentes cantidades de zinc para desarrollar deficiencia de zinc.
Los investigadores notaron que el comienzo de la reducción de zinc ocurrió sin ningún síntoma visible, pero se podían ver pequeños cambios en el hígado y en la sangre. Durante las primeras etapas, el cuerpo del cerdo intentó absorber zinc más eficientemente al mismo tiempo que redujo la excreción de zinc.
Los investigadores definieron al páncreas como “el centro de control para la digestión de comida y de homeostasis en el cuerpo”, un órgano esencial que bombea zinc al tracto gastrointestinal con el objetivo de mantener un nivel de zinc consistente. La excreción de zinc se reduce cuando un organismo se agota de zinc, el cual es una parte importante del sistema digestivo.
“Probamos que hay una correlación directa entre la cantidad de enzimas digestivas dentro del páncreas y los niveles de zinc en el organismo como un conjunto”, dijo Brugger. “Incluso intervalos cortos de deficiencia de zinc en la dieta deberían por lo tanto evitarse. Dada las similitudes entre un organismo de cerdo y el organismo humano, podríamos llegar a la siguiente conclusión al aplicar nuestros resultados al cuerpo humano: uno o dos huevos de vez en cuando no vienen mal”.
La deficiencia clínica de zinc también redujo el apetito de los animales. El zinc se adjunta a otras enzimas en el cuerpo, incluyendo unas en tu estomago que ayudan a descomponer la comida; una reducción de zinc interrumpirá el sistema de digestión. Brugger sospecha que la pérdida de apetito se puede deber a la “acumulación de comida que no se ha digerido dentro del tracto gastrointestinal debido a los resultados de la deficiencia de zinc en sentir menos hambre”.
El Instituto Nacional de la Salud recomienda que la gente consuma 8 a 11 miligramos de zinc cada día. Se puede encontrar en mariscos, carne, semillas, granos secos, peras y lentejas.
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