Hay un gran número de artículos en Internet alarmando sobre los peligros de la “radiación que emite el Wi-Fi” y cuán peligroso es para tu salud. No te preocupes: son un montón de tonterías.
Si no quieres leer una oración más, está bien, arruinaremos todo el artículo para ti: El Wi-Fi no presenta ninguna amenaza para la salud de nadie. Si tienes curiosidad sobre el porqué (y quizás para que puedes explicarle a tu amigo súper neurótico) estamos felices de resumirte exactamente qué es lo que ocurre.
Tabla de Contenidos
Las tácticas para asustar son una carnada para obtener clics
No encontrarás escasez de artículos sobre los peligros de casi cualquier cosa si lo buscas en internet. Artículos sobre cuán peligrosas son las medicinas modernas, cuán peligrosos son los teléfonos celulares, cuán peligroso es cocinar tu comida en un microondas y por supuesto, cuán peligroso es el Wi-Fi. Las personas argumentan que los routers los mantienen despiertos de noche, causan cáncer, causan hiperactividad en los niños y toda clase de afecciones sin fundamento alguno.
A pesar de la falta absoluta de evidencia para respaldar alguno de estos reclamos, las personas aún hacen clic en estos articulos, los publican en Facebook, los comparten con sus amigos y lo peor de todo, creen que el Wi-Fi es un asesino silente lentamente inyectando radiación en sus cuerpos y llevándolos hacia un destino inevitable de padecer cáncer.
Estos artículos y páginas web no existen porque la amenaza sea real. Existen porque son un método para para convertir el miedo de las personas en dinero. Mientras más personas compartan artículos sinsentido sobre los peligros del Wi-Fi (u otra cosa moderna inofensiva), y más personas hagan clic en ellos, se generará más ganancia por la publicidad y los que crean y promocionan estos artículos de pacotilla tendrán más incentivos para seguir haciéndolo.
Nosotros incluso nos debatimos si incluir o no links de los peores artículos sólo para mostrar cuán jalado de los cabellos (y poco científico) son los reclamos que hacen, pero no tuvimos el estómago para darles ni siquiera un centavo en ganancia por publicidad.
No toda la radiación es igual
Para entender porque el Wi-Fi no es un peligro para tu salud, necesitas entender algunos fundamentos sobre las comunicaciones radiales y la radiación que las hacen posibles.
La palabra radiación es atemorizante para una persona común. La radiación es sobre lo que enseñaron a los niños de la década de los sesenta que había que temer y lo que generó que los estadounidenses asustados por la Guerra Fria construyeran refugios anti-bombas en sus patios traseros. La radiación es lo que ha ocasionado que las fugas en las plantas nuclearas contaminaran océanos e hicieran territorio inhabitable por cientos de años.
La radiación también es lo que cubre al mundo de luz solar cálida y hace que la vida en la Tierra sea posible. La radiación adicionalmente es la razón por la cual podemos encender un radio y escuchar música. La radiación es lo que permite que cambiemos los canales de la televisión ( y para aquellos que tengan televisión satelital, es aquello que hace que recibamos la programación en primer lugar).
El concepto más crítico en lo que se refiere a radiación es la distinción entre la del tipo ionizante y la no-ionizante. La radiación ionizante es el tipo que es peligroso e incluye a los rayos-x, radiación gamma y una porción de la luz ultravioleta en la parte alta del espectro. El elemento clave aquí es la amplitud de onda del tipo radiación.
La radiación ionizante obtiene su nombre porque tiene suficiente energía para estimular los electrones y sacarlos de su órbita o ionizarlos. Una larga e intensa exposición a este tipo de radiación es altamente dañino para la salud e incluso una exposición leve pero persistente puede aumentar significativamente el riesgo de contraer cáncer debido a que puede ocasionar mutación de las células.
Aun cuando se usa para fines médicos (exámenes con rayos-x) la exposición es cuidadosamente controlada mediante el uso de chalecos de plomo, material protector y todo el equipamiento que tienen tanto el paciente como el operador para minimizar la exposición. Si estás preocupado por la radiación, este es el tipo del cual debes preocuparte.
Por otro lado, está la radiación no-ionizante. Este tipo de radiación no posee suficiente energía para ionizar los átomos e incluye todo lo demás en el espectro de radiación como el infrarrojo, la luz visible y las ondas radiales, desde las ondas de baja energía que usamos para los walkie-talkies hasta las de alta energía que se utilizan en los microondas.
¿Quieres una fuente oficial sobre el tema? La Organización Mundial de la Salud, la cual no tiende a ser precavida antes de definir algo como toxico, cancerígeno o dañino, es muy clara cuando dice que no hay riesgo para la salud por causa de dispositivos de comunicación de radiofrecuencia.
En resumen: ¿Amplitud larga de ondas? No te preocupes. Disfruta de tu estación de radio, tu conexión Wi-Fi y una deliciosa comida calentada en el microondas. Amplitud corta de ondas? Te convertirás en un superhéroe o (quizás) morirás de cáncer.
La Distancia y la Potencia importan
Luego de leer el ultimo párrafo de la sección anterior, seguramente habrás dicho: “¡Ajá! ¡Microondas! ¡Los microondas son malos, pueden calentar mucho las cosas y pueden quemarte! Eso es totalmente cierto. No querrás construir un horno microondas de tamaño humano y entrar dentro. Tampoco querrás ser el blanco de los cañones microondas anti motín cread por el ejército de Estados Unidos.
En esos casos, sin embargo, hay unos elementos importantes a tomar en cuenta. La persona expuesta a la radiación no-ionizante de microondas recibirá una dosis alta a una muy corta distancia. El magnetrón dentro de los microondas comerciales promedio, produce aproximadamente 700 vatios de energía de microondas y esa descarga es contenida de forma segura dentro del aparato gracias a una recubrimiento interno adecuado. Aun si el microonda estuviese defectuoso y la protección estuviese comenzando a fallar, no sentirías nada estando en la misma habitación que este electrodoméstico.
En comparación, un router de Wi-Fi de última tecnología con mucha potencia sólo produce 1 vatio de energía de microondas y, a diferencia del magnetrón dentro de un horno microondas, un router irradia ese vatio de poder en una forma de burbuja que lo rodea. Es decir, si tu quisieras calentar un mililitro de agua por encima de la temperatura de la habitación usando esta energía, estarías esperando…bueno, para siempre.
No sólo estos dispositivos tienen potencias de funcionamiento radicalmente distintas, sino que ambos están a la merced de la ley de los inversos al cuadrado. La ley de los inversos al cuadrado es una ley en física que establece que la cantidad o intensidad de una radiación de ondas lineares es directamente inversa a la distancia que el cuerpo afectado se encuentra de la fuente de radiación. En la ilustración anterior, se puede observar cómo mientras más alejada se encuentra el área dada (A) de la fuente de radiación (S), menor es la exposición que recibe. Esta ley aplica a la radio, microondas, luz visible y todas las formas de ondas que experimentamos a nuestro alrededor en el mundo.
Debido a esta ley de la física, trabajar en tu oficina a 15 metros de distancia del router de Wi-Fi no sería peligroso simplemente porque la radiación del ya minúsculo watt de intensidad, decrecería radicalmente por la distancia. Una vez que se asimila que la radiación del Wi-Fi es inofensiva, se puede concluir que no existe situación en la cual la señal del Wi-Fi de tu router, tu laptop u otro dispositivo que use Wi-Fi en tu hogar podrá hacerte daño.
El Wi-Fi ciertamente no te afectará, pero algo más que has olvidado mientras te preocupabas de tu router puede que sí: dale buen uso a esa preocupación y asegúrate de que tus detectores de humo tengas baterías nuevas, que estás planeando en hacerte un chequeo médico este año y de usar hilo dental antes de dormir (sabes, esas cosas que has aplazado que realmente puede, tarde o temprano, hacerte daño).
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