A pesar de que los músculos son asociados normalmente con la fuerza, realizan otras muchas más funciones que la de asistirnos cuando necesitamos coger objetos pesados.
El cuerpo humano cuenta con 640 músculos esqueléticos, casi cada uno de ellos constituye una parte de un par de músculos bilaterales idénticos, encontrados a ambos lados, dando lugar a aproximadamente 320 pares presentes en el organismo. Sin embargo, el número exacto es difícil de definir porque cada fuente agrupa a los músculos de forma distinta, p. e. recordemos lo que se define como partes diferentes de un solo músculo o como varios músculos. Por lo tanto, para algunas personas el rango oscila entre 640 y 850.
Tabla de Contenidos
Tres tipos de músculos
El sistema muscular puede ser descompuesto en tres tipos de músculos: esquelético, liso y cardíaco.
Los músculos esqueléticos son el único tejido muscular voluntario en el cuerpo humano, encargados de controlar cada acción que una persona realiza de forma consciente. La mayoría de músculos esqueléticos están unidos a los dos huesos de una articulación, así que el músculo sirve para mover las partes de esos huesos que están más cercanas las unas a las otras.
El músculo visceral o liso se encuentra dentro de órganos como el estómago y los intestinos, así como en los vasos sanguíneos. Es conocido como músculo liso porque, a diferencia del músculo esquelético, no tiene la apariencia congregada del músculo cardíaco o del esquelético. Es el tejido muscular más débil, encargado de contraerse y mover las substancias a lo largo del órgano.
El músculo cardíaco se encuentra solamente en el corazón, un músculo involuntario, responsable de bombear la sangre a través del cuerpo. El corazón es un marcapasos natural hecho de músculo cardíaco que envía señales a otros músculos para que se contraigan. Al igual que los músculos viscerales, el tejido muscular cardíaco también es controlado de forma involuntaria. Mientras que las hormonas y las señales procedentes del cerebro ajustan la tasa de contracción, el músculo cardíaco se estimula por sí mismo, para contraer.
Formas del músculo
Los músculos pueden ser clasificados en función a su forma, su tamaño y su dirección. Dentro de su forma pueden ser alargados, triangulares, tener una estructura en forma cuadrado, de rectángulo o incluso de diamante.
De igual manera, el tamaño puede ser utilizado para diferenciar músculos similares que se encuentran en la misma región. Por ejemplo, en la región del glúteo hay tres músculos diferenciados por el tamaño, estos son: el glúteo mayor (más grande), el glúteo medio (mediano) y el glúteo menor (el más pequeño).
La dirección en la que las fibras musculares se dirigen también puede ser utilizada para identificar el músculo. En la región abdominal por ejemplo, hay varios conjuntos de músculos amplios. Algunas de sus fibras se encuentran completamente derechas dirigiéndose hacia arriba y hacia abajo del abdomen, mientras que otras se encuentran situadas de forma transversal.
Enfermedades del sistema muscular
No hay un solo médico que trate todas las enfermedades y desórdenes musculares. Los reumatólogos, ortopedistas y neurólogos son algunos ejemplos de especialistas que pueden tratar todas las condiciones que afectan a los músculos. Sin embargo, hay un número de desórdenes neuromusculares comunes, según médicos especializados en la temática.
Desórdenes musculares primarios comunes incluyen miopatías inflamatorias, incluyendo polimiositis, que está caracterizado por la inflamación y debilidad progresiva de los músculos esqueléticos, dermatomiositis, que es polimiositis acompañada por erupción cutánea; e incluso de miositis corporal, que está caracterizado por un progresivo desgaste y debilidad muscular.
Otros desórdenes comunes son distrofias musculares y desórdenes musculares metabólicos. La primera afecta a las fibras musculares, mientras que la segunda interfiere con las reacciones químicas involucradas en extraer la energía de los alimentos.
Síntomas, diagnóstico y tratamiento
El síntoma o signo más común de una enfermedad muscular es la debilidad, a pesar de que debemos tener en cuenta que estos desórdenes pueden causar un gran número de síntomas percibidos. Además de esta debilidad, otros síntomas son fatiga anormal con respecto a actividades cotidianas, así como espasmos musculares, temblor o dolor de cabeza.
La electromiografía es utilizada a menudo para diagnosticar desórdenes musculares. Ayuda a caracterizar causas del nervio o desórdenes del músculo mediante la estimulación de estos nervios y la grabación de sus respuestas. En raras ocasiones, por no decir nunca, es necesario realizar una biopsia muscular.
Los esteroides y otro tipo de medicamentos pueden ayudar a reducir los espasmos, e incluso algunas formas de quimioterapia puedan ayudar a tratar algunos tipos de desórdenes musculares.
Fuentes:
http://www.uhu.es/francisco.cordoba/asignaturas/CUERPOHUMANO/TEMAS%20PDF/T3-Huesos-musculos.pdf
http://tusintoma.com/musculos-del-cuerpo/
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