Más de un 80% de los hogares y edificios en España son ineficientes y consumen excesiva energía. Sólo por esta cifra, es inevitable pensar en una rehabilitación de edificios para hacerlos más eficientes y respetuosos con el medio ambiente. Esto involucra aproximadamente 20 millones de viviendas en todo el país. Es imperativo adaptar los hogares y ese es el propósito principal de Europa para disminuir las emisiones y cumplir con el Pacto Verde de la Unión Europea, la estrategia para lograr la neutralidad climática en 2050.
En esta perspectiva, una de las medidas contempladas por la Unión Europea es la denominada Taxonomía Verde Europea, una agrupación basada en las sugerencias de expertos y científicos para que compañías e inversores puedan distinguir qué proyectos afectan al clima y al medio ambiente, y para identificar su concordancia con los seis objetivos medioambientales: i) la mitigación del cambio climático; ii) la adaptación al cambio climático; iii) el uso sostenible y preservación de los recursos hídricos y marinos; iv) la transición hacia una economía circular; v) la prevención y el control de la contaminación, y vi) la protección y recuperación de la biodiversidad y los ecosistemas.
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La rehabilitación de edificios es una cuestión que preocupa a los ciudadanos
En el ámbito de la industria inmobiliaria, esta clasificación constituye una herramienta sumamente beneficiosa para asistir a los propietarios de casas en la toma de decisiones respecto a la eficacia energética y sostenibilidad de sus hogares. Es un asunto que cada vez inquieta más a los ciudadanos de España, puesto que según el I Observatorio sobre Vivienda y Sostenibilidad, elaborado por UCI, una entidad especializada en financiamiento sostenible, casi 8 de cada 10 españoles (equivalente al 78,3%) se mostrarían dispuestos a invertir más en una vivienda de mayor sustentabilidad y el 58% considera la sostenibilidad y eficacia al adquirir una vivienda.
Recomendaciones para la rehabilitación de edificios
En esta perspectiva, utilizar criterios medioambientales para evaluar y escoger los materiales, productos y tecnologías empleados en las renovaciones, que se introducen desde la clasificación ecológica, deben tener como finalidad disminuir el impacto medioambiental y mejorar la eficiencia energética de las casas. Estas son las indicaciones más resaltantes:
- Emplear materiales de edificación sostenibles, tales como madera acreditada, adobe, acero primordial o materiales reciclados o prefabricados, entre otros, en lugar de los convencionales que generan una mayor cantidad de desechos y emisiones de carbono.
- Instalar sistemas de energía renovable, como paneles fotovoltaicos o sistemas geotérmicos, para disminuir la dependencia de la energía de origen fósil.
- Agregar sistemas de bajo consumo de agua y energía para su calentamiento, mediante electrodomésticos que cumplan las especificaciones requeridas por las regulaciones. También se sugiere implementar soluciones en grifos y duchas, como el monomando, y en inodoros, y verificar que su flujo cumpla con las etiquetas disponibles en el mercado de la Unión Europea. En este aspecto, la legislación llega a detallar las cantidades específicas de agua que deben aplicarse:
- Grifos de lavabo y de cocina: flujo máximo de agua de 6 litros/minuto.
- Duchas: con un flujo máximo de 8 litros/minuto.
- Inodoros y cisternas de descarga: un volumen total de descarga de un máximo de 6 litros y un volumen de descarga promedio máximo de 3,5 litros.
- Minimizar el impacto ambiental de la vivienda mediante la introducción de tecnologías eficientes en la administración de los desechos.
- Para garantizar la estanqueidad del aire y reducir la pérdida térmica, agregar aislamiento en exteriores como paredes, techos, desvanes, sótanos y plantas bajas.
- Reemplazar puertas y ventanas por otras que sean energéticamente eficientes.
- Realizar la instalación de sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado, así como el calentamiento de agua, su reemplazo, mantenimiento y reparación con tecnologías altamente eficientes.
- Efectuar la sustitución de fuentes de luz por instalaciones que promuevan el ahorro energético.
Con ello se busca garantizar el objetivo 2030, tanto por parte de las compañías del sector de bienes raíces y de la construcción y renovación, como por parte de los propietarios. Unos objetivos que pueden tener importantes beneficios para el bolsillo de aquellos que las realicen. En primer lugar, porque a largo plazo generará un ahorro notorio en los servicios públicos, ya que estas energías limpias consumen menos y, por lo tanto, suponen menos gasto. También, debido a que desde la Unión Europea se van a establecer políticas que promuevan y respalden a aquellos que inviertan en este tipo de proyectos.
«Es importante recordar que la mayor mejora en los inmuebles se logra al actuar en los elementos compartidos del edificio, como la fachada y la cubierta, y no es adecuado hacerlo solo en la vivienda que se posee», asegura Catia Alvés, directora de Sostenibilidad y Restauración en UCI.
“Adicionalmente, no podemos descuidar que en España 8 de cada 10 construcciones poseen una calificación energética E o menor y que el incremento en la eficiencia energética será un requisito esencial para poder alquilar o vender una casa a mediano plazo como sugiere la EPBD”, señala Alvés.
La clasificación ecológica de la UE
En este sentido, la clasificación ecológica de la Unión Europea se muestra como una excelente ocasión para unir criterios, aspiraciones y propósitos en cuanto a la inversión en renovación y mejora energética de las residencias.
Finalmente, pero igual de relevante, la clasificación ecológica ha establecido una serie de sugerencias en relación con financiamiento sustentable, las cuales contemplan la creación de un mercado de títulos verdes y la promoción de la inversión en proyectos sustentables, así como su difusión.
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