Pregúntale a quien quieras ¿qué causa la adicción a las drogas?, y seguramente te dirá que son las mismas drogas. Las propiedades farmacéuticas de sustancias como la
heroína, la cocaína y la metanfetamina actúan como enganches químicos que causan que el consumidor se vuelva adicto una vez que alcanza un cierto nivel de consumo. Esto puede ser verdad, pero no cuenta la historia completa, y no ofrece ninguna explicación de cómo algunas personas sienten la necesidad de usar drogas repetidamente mientras que otras no.
En otras palabras, como dijo Johann Hari en su charla para TED, “todo lo que creas que sabes de drogas es incorrecto”. Por ejemplo, si tu abuela va al hospital por un reemplazo de cadera, seguramente le van a administrar una gran dosis de morfina – que básicamente es heroína refinada – y aun así no significa que ella se volverá adicta, o incluso sentir la necesidad de tomar drogas opiáceas de nuevo.
Pero si el mero consumo de drogas no es suficiente para crear una manada de adictos, entonces, ¿de dónde viene la adicción? Y para responder a esta pregunta, Hari señala un estudio conducido por Bruce Alexander, psicólogo canadiense.
El estudio revela como ratas mantenidas en confinamiento solitario tendían a consumir el agua que tenía un poco de morfina en lugar del agua normal, hasta el punto en que se volvían adictas físicamente y morían de sobredosis. Por otro lado, las ratas que vivían en el “Parque de Ratas” y eran capaces de interactuar con otras ratas y hacer uso de la rueda, sorprendentemente mostraron preferencia por el agua sin morfina.
Esto indica que las drogas muchas veces se usan para probar y llenar un vacío en la vida de una persona (o el de una rata), transformándose en un tipo de ayuda para aquellas que lo necesitan. Muchas veces esta necesidad es producto de una falta de conexión social, y esto es, aparte de los químicos, lo que lleva a una persona a las drogas.
Basándose en esta evidencia, Hari sugiere que la mejor manera de lidiar con el problema de adicción a las drogas es acoger aquellos que sufren de esta condición en lugar de excluirlos. Después de todo, “el opuesto a la adicción no es la sobriedad, el opuesto a la adicción es la conexión”.
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