¡Vivir en la gran ciudad! Encontramos más variedades de comercios, generalmente llegan los primeros avances tecnológicos a estas, sí, tiene sus ventajas. Pero vivir en el constante movimiento, de paso rápido y sin parar de una ciudad puede tener efectos negativos en el desarrollo mental de los niños, de acuerdo a un nuevo estudio que indica que los niños viviendo en áreas urbanas del Reino Unido son casi dos veces más propensos a sufrir un episodio psicótico por la edad de los 12 años que aquellos creciendo en el campo o áreas menos urbanas.
Aunque muchos estudios previos ya han identificado una fuerte conexión entre la vida en la ciudad y la psicosis, el equipo detrás de este reciente trabajo se propuso a ir un poco más profundo e “identificar características específicas de sectores urbanos que puedan ser especialmente tóxicos para la salud mental de los niños”.
Al hacer eso, descubrieron que una falta de “cohesión social” y la experiencia de ser la victima de crímenes violentos tienden a ser los mayores contribuidores al desarrollo de síntomas psicóticos en los pequeños. De forma interesante, no se encontró que estos factores tengan correlación con otras, causas aparentemente más obvias de un pobre desarrollo mental, como la pobreza, abuso de los padres e historial familiar de psicosis.
De acuerdo a Candice Odgers, coautora del estudio, “muchos de los sectores más cohesivos en nuestro estudio eran también los más limitados económicamente”, mientras que los investigadores también insistían en que “un sector con bajo nivel de cohesión social parece quebrantar las prácticas parentales positivas”.
Para conducir este estudio – el cual tiene su publicación en el Boletín de Esquizofrenia – los investigadores usaron datos del Riesgo Ambiental (Riesgo-A) Estudio Longitudinal Gemelo, el cual traza el cohorte de 2.232 niños gemelos británicos. Cuando los niños alcanzaron los cinco años de edad, se les preguntó a sus madres una serie de preguntas diseñadas para estimar los niveles de “cohesión social”, “control social”, y “trastorno del sector”. También se les preguntó acerca de crímenes violentos de las que sus familias hayan sido víctimas”.
A los 12 años, los mismos niños fueron entrevistados con el objetivo de determinar si habían exhibido algunos síntomas de psicosis. Estos síntomas no incluyen cosas como ansiedad o depresión, las cuales son características de las enfermedades mentales en general, pero relacionadas específicamente a alucinaciones, delirio, y paranoia.
Al mismo tiempo, los vecinos de los niños fueron preguntados con una serie de preguntas acerca de su área local, de nuevo enfocándose en las tres características clave acerca de las cuales habían sido previamente objetivo de la entrevista a las madres de los niños.
El primer mayor descubrimiento arrojado por el estudio fue que, por la edad de los 12 años, el 7.4% de los niños viviendo en áreas urbanas habían experimentado síntomas psicóticos, comparado al 4.4% de aquellos en regiones rurales – un incremento de aproximadamente 80%.
Al buscar las causas de este efecto, los autores del estudio encontraron que “una baja cohesión social, junto con la victimización de un crimen en el sector explicó cerca de un cuarto de la asociación entre la urbanidad y los síntomas psicóticos después de considerar los niveles de confusión familiar”.
Estos resultados son particularmente alarmantes dado el hecho de que se espera que dos tercios de la población mundial viva en ciudades para el 2050. En una nota positiva, sin embargo, Helen Fisher, coautora del estudio insiste que “solo porque un niño experimente un síntoma psicótico no significa que él o ella desarrollará verdaderos trastornos de salud mental”, agregando que “muchos niños crecen con ellos, pero estas tempranas experiencias inusuales pueden llevar a una serie de problemas futuros”.
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