Como un niñito creciendo en los años 50, Richard Wawro tuvo sus rabietas. Cuando tenía 3 años, sus padres lo llevaron a realizarse una prueba en un hospital cercano, y se les dijo que su hijo era moderada a severamente retardado. Su familia, sin embargo, nunca creyó que su IQ (coeficiente intelectual) fuera tan bajo como afirmaban los expertos.
Una maestra de educación especial empezó a trabajar con Richard cuando tenía 6 años. Ella le enseñó a dibujar con creyones, el cual aprendió rápidamente.
Empezó a rellenar bloc de dibujos, con representaciones muy parecidas de personajes como el Oso Yogi. Cuando Richard tenía 12, su arte asombró a un artista, y este dijo que sus dibujos fueron creados “con la precisión de un mecánico y la visión de un poeta”.
Richard nunca pudo leer o escribir bien. Pero su relación con el mundo del arte estimuló su desarrollo social. Participó en docenas de exhibiciones y se volvió un artista conocido. Su arte se celebró en un documental, “Con los ojos bien abiertos”.
Richard era un sabio, un individuo con una habilidad particular combinada con discapacidad. En el caso de Richard, esa condición era el autismo. El autismo es una condición caracterizada por desafíos sociales y de comunicación, como la dificultad para hacer contacto visual o entablar una conversación, junto con comportamientos repetitivos o intereses intensos.
Resulta que muchos sabios tienen autismo. En una publicación del 2015, el sabio y experto Darol Trefferd reportó que entre los sabios congénitos en su registro, el 75% tenían trastorno de espectro autista, un término usado para describir un grupo de trastornos con síntomas y severidad variables.
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Memoria excepcional y autismo
No todos los individuos autistas tienen talentos extraordinarios.
De hecho, el autismo puede estar acompañado por serios desafíos por toda la vida (como fue el caso de Wawro, cuya familia lo ayudó con sus necesidades diarias hasta el día que murió a la edad de 53 años).
De muchas maneras, los prodigios se parecen a los sabios. Tienen las mismas habilidades preternaturales.
Pero existe una diferencia clave entre ambos. En los autistas, estas habilidades asombrosas van a la par con la discapacidad; por otro lado, los prodigios usualmente no tienen una discapacidad.
Aun así, se ha encontrado la similitud entre el individuo prodigio y el autista. A pesar de que los prodigios usualmente no son autistas, tienen la misma memoria excelente, extrema atención al detalle, e intereses apasionados.
Los prodigios y el autismo
Como parte de un estudio en el 2012, los niños prodigios con lo que se trabajó fueron evaluados con el Cociente del Espectro Autista. Tomando atención al detalle, superaron todos los controles, de igual manera ocurrió con aquellos que presentaban un trastorno de espectro autista.
La atención al detalle es otra virtud que está asociada al autismo. En el 2006, las investigadoras del autismo Francesca Happe y Utah Frith concluyeron que hay una fuerte evidencia de que el autismo está asociado con un mejor desempeño en tareas que requieren una gran concentración.
Los niños prodigios además son excepcionalmente apasionados en su área de experticia.
Esos intereses están asociados muy de cerca con el autismo. De hecho, son parte del criterio de diagnóstico del autismo.
¿Por qué los prodigios tienen familiares autistas?
El vínculo entre prodigio y autismo puede ser más profundo de lo que creemos.
Además de las habilidades cognitivas, parece haber un vínculo entre prodigio y autismo. En un estudio conducido en el 2012, más de la mitad de los prodigios investigados tenían un familiar autista cercano. Como se pudo ver en un caso, un prodigio tenía cinco familiares autistas.
En otro estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad del Estado de Ohio indica que los prodigios y sus familiares autistas pueden compartir un vínculo genético.
Se encontró evidencia de que los prodigios y sus familiares autistas tenían una mutación en el cromosoma uno, el cual no estaba compartido por sus familiares no prodigios y no autistas.
El mismo rasgo presentado en los prodigios – como su excelente atención al detalle y sus intereses apasionados – a menudo es reconocido como una fortaleza en el contexto del autismo, aunque algunas veces familias reportan que ese “gran” interés puede afectar de alguna manera la vida familiar.
Este es un verdadero reto, como también lo son los demás aspectos del autismo. Encontrar la mejor manera de apoyar aquellas personas con autismo y sus familias es esencial.
Así como tenemos presentes las fortalezas, también lo debemos hacer con el gran desafío que tienen a diario estas personas, y como comento más arriba, el apoyo incondicional es fundamental.
Fuentes:
https://lavozdelmuro.net/8-famosos-genios-de-la-historia-que-probablemente-fueron-autistas/
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