El sistema urinario está constituido como un conjunto de elementos del cuerpo humano, que tienen la finalidad de generar, almacenar y trasladar la orina. Por otro lado, este se encuentra integrado por los dos riñones, la misma cantidad de uréteres, la vejiga, un par de músculos esfínteres y la uretra.
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¿Cómo funciona el aparato urinario?
Cuando ingieres alimentos, el cuerpo toma de ellos los nutrientes que necesita y los utiliza para realizar toda la función corporal. Luego que el cuerpo toma lo necesario, todo lo que queda son residuos circulando en la sangre y el intestino. El sistema urinario trabaja para eliminar una buena parte de estos desechos del cuerpo.
Este es uno de los mecanismos del organismo para eliminar de la sangre un tipo de desecho, que se produce cuando los alimentos contienen proteínas. Esta clase de residuo se transporta a los riñones por medio del torrente sanguíneo.
Los riñones son órganos que tienen una forma particular, similar a una judía y son del mismo tamaño que un puño. Se encuentran en la zona media de la espalda, además son una especie de filtro para eliminar la urea. Este último junto con el agua y otras sustancias residuales orgánicas conforman la orina. Desde los riñones, la orina viaja a la vejiga por dos tubos delgados llamados uréteres.
Los músculos involucrados se contraen y relajan con regularidad para potenciar el movimiento de la sustancia hacia abajo y fuera del sistema. La orina en muy pequeñas cantidades termina en el órgano muscular conocido como vejiga. La vejiga se encuentra sobre la pelvis y es la que se ocupa de almacenar la orina, hasta que llega a su capacidad máxima y debe ser vaciada.
¿Qué causa problemas en el sistema urinario?
Los problemas se presentan en la mayoría de los casos por envejecimiento, una patología o un daño estructural. En la medida que el ser humano envejece, los cambios en el organismo hacen que se pierda cierta habilidad para remover los residuos en las vías sanguíneas. Adicionalmente los músculos de los uréteres y vejiga tienden a perder fuerza.
Todos estos factores hacen que, con la edad la persona, tienda a tener infecciones de las vías urinarias, o incluso padecer de incontinencia que puede ir de leve a severa.
¿Cómo se identifican los problemas en el sistema urinario?
Existen pruebas de laboratorio clínico que permiten determinar si el sistema urinario está funcionando adecuadamente, una de ellas se denomina uroanálisis, que facilita la comprobación del contenido excretado, permitiendo evaluar los niveles de las sustancias anormales o si existe una infección.
También existen las pruebas urodinámicas que evalúan el almacenamiento de la orina en la vejiga y el flujo de la misma desde el órgano ya mencionado a la uretra. Todas estas son pruebas para verificar el buen o mal funcionamiento del sistema urinario.
¿Cuáles son los trastornos del sistema urinario habituales?
Los problemas del sistema urinario varían desde aquellos que son sencillos de tratar hasta aquellos que ponen en riesgo la vida de la persona.
La hiperplasia prostática benigna, BPH
Se trata de una afección de la próstata, la cual se encuentra al fondo de la vejiga y circunda la uretra. Este trastorno consiste en el aumento de la glándula prostática que puede entorpecer la función urinaria en hombres mayores. La obstrucción ocurre cuando la próstata aprieta la uretra, lo que puede causar dificultad para orinar.
Por lo general, presentan otros síntomas vesicales, como un aumento en la cantidad de veces que orinan durante el día y por la noche. La mayoría de hombres que tienen más de 60 años presentan cierto grado de hiperplasia prostática, pero no todos tienen problemas obstructivos. Existen varias opciones para el tratamiento de la BPH.
El síndrome de la vejiga dolorosa o cistitis intersticial
Es un problema crónico que produce inflamación e irritación, y que puede generar incluso hemorragias, alterando todo el sistema urinario. Con el tiempo, si no se trata, producirá ulceras y reducirá la capacidad de la persona para retener la orina. Asimismo, las causas de este problema son desconocidas.
Cálculos renales
Se determina como cálculo a los sedimentos que se forman en el sistema urinario. Estos cálculos suelen formarse dentro de los riñones y se pueden alojar en cualquier parte de la trayectoria de la orina, produciendo un gran dolor cuando se desplazan. Este es un problema que debe ser tratado ya que, puede ser fuente de grandes infecciones.
La prostatitis
Es una forma de inflamación de la próstata y es causa de frecuencia urinaria excesiva e incluso incontinencia, puede producir fuertes dolores en la espalda y por supuesto en el área genital. Puede ser causada por una infección sin tratar entre otras causas externas.
La proteinuria
Este problema se presenta por una cantidad elevada de proteínas en la orina. Los riñones con buen funcionamiento no permiten que en la orina se pierdan las proteínas, entonces este problema revela un mal funcionamiento renal que se debe tratar.
La insuficiencia renal
Este es un problema que se presenta cuando los riñones no logran regular el agua y las sustancias químicas en el cuerpo, o ya no logran filtrar los desechos de la sangre. Por otro lado, puede ser ocasionado por muchos factores tanto internos como externos al organismo. Si no se trata a tiempo puede representar un gran riesgo para la vida.
Las infecciones del tracto urinario
Se producen al acumularse gran cantidad de bacterias en el sistema urinario. Las mujeres son más propensas que los hombres a sufrir de este problema, llegando incluso a padecerlo de forma crónica. El tratamiento es muy sencillo ya que, con el antibiótico adecuado se puede solucionar.
La incontinencia urinaria
Esto consiste en un mal manejo de la vejiga, por lo cual la persona se hace propensa a sufrir micciones involuntarias. Hay muchas razones para sufrir de estos problemas y los tratamientos van desde ejercicios hasta cirugías, dependiendo de lo avanzado que esté.
La retención urinaria
Esta es la dificultad para vaciar la vejiga y es un problema bastante común, lo cual no le quita gravedad. Por ser un almacenamiento anormal de la orina puede ser fuente de muchas infecciones y problemas, llegando incluso a dañar los riñones.
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