La pandemia ha impulsado la llamada economía del cuidado en el mundo. Tras el impacto sufrido por la Covid-19 en las residencias de mayores, es necesario ser más exhaustivos en el cuidado de este colectivo. Sea en estos entornos o a nivel domiciliario, un mayor dependiente necesita mucha atención para continuar con su vida de la manera más digna posible. La cuestión es quién lo hace, cómo lo hace y qué implica esta nueva etapa caracterizada por una mayor longevidad en la población.
La situación demográfica ha cambiado. Hay más personas mayores que nacimientos, al menos en el caso de España. Esto supone a la larga un problema económico y complicaciones a la hora de gestionar conciliaciones personales y empresariales. La pregunta del millón que se hacen los expertos de Alares, organización especializada en el cuidado de personas, es la siguiente: ¿está preparado un país como España para una Economía del Cuidado y Social pionera?
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Los efectos de la nueva Economía del Cuidado
Para responder a esta importante cuestión, la organización ha querido trazar la radiografía emocional de la Economía del Cuidado en España a través de una investigación específica. Según su análisis, los expertos prevén un exceso de carga de la Economía Informal, formada por el círculo cercano (familia, vecinos, amigos…) para el cuidado de personas; lo cual deteriorará las relaciones sociales y empeorará la conciliación de la vida personal, laboral y familiar si no se toman medidas públicas de carácter urgente.
El 54% de los encuestados reconoce recurrir al cuidado de sus personas mayores, dependientes y/o hijos de manera informal. Además, el 38% considera que ha empeorado la relación con sus hermanos a raíz del cuidado de sus mayores.
Por otro lado, la Economía del Cuidado también está teniendo su impacto en lo que se refiere a las relaciones de pareja. Y es que el informe de Alares concluye que existe un porcentaje muy parecido en el caso del cuidado de hijos, ya que el 26% cree que la relación con su pareja ha empeorado por el cuidado de los menores, según la radiografía emocional de la Economía del Cuidado de Alares. Aunque la mitad de las personas encuestadas reconoce haber pagado sin factura o contrato algunos de los servicios asistenciales; los servicios en los que admiten más informalidad son: planchado y limpieza (1º) y cuidado de mayores (2º).
El análisis cualitativo de Alares también refleja que son las referencias y recomendaciones del entorno cercano (26%) los principales motivos para contratar algún servicio asistencial no reglado; por encima de otros factores, como el precio (19%).
Mayor conciliación en las empresas
Precisamente, Fundación Alares, entidad perteneciente al Grupo Alares, lleva muchos años apostando por la creación de planes de conciliación de la vida personal, familiar y laboral en empresas. A través de sus informes y estudios para el fomento de la calidad de vida de las personas y la competitividad empresarial e institucional han detectado que el 60% de las familias ha recurrido alguna vez a los abuelos y abuelas para el cuidado de sus menores durante las vacaciones. Aunque en la mayoría de las familias (56%) son los abuelos y abuelas en pareja los que se encargan del cuidado de sus nietos/as, las mujeres siguen teniendo más carga. Las abuelas en solitario alcanzan el 31% y los abuelos en solitario tan solo el 8%, según un estudio de la fundación en 2021.
Mayor profesionalización de los servicios
De acuerdo a las conclusiones de la radiografía emocional de la Economía del Cuidado en España diseñadas por Alares, el futuro pasa por la profesionalización. De hecho, el 66% piensa que hay más garantías de calidad si los servicios asistenciales son prestados mediante contrato o factura. Y, para ello, los mensajes clave en los que tiene que trabajar el sector son “seguridad y confianza”, según el 60% de los encuestados.
Dentro de la Economía formal, hay que destacar la gran proliferación de negocios que permiten comprar tiempo delegando las tareas domésticas diarias y el cuidado de mayores. Estas aplicaciones dan la opción de contratar a profesionales para ordenar o limpiar la casa, pasar la ITV, hacer gestiones administrativas, hacer la colada y miles de tareas más de la vida cotidiana. Esto también está generando un “efecto de arrastre” positivo en el sector para el resto de plataformas, a pesar de que su inversión en publicidad sea menos ambiciosa. En el primer semestre de 2022, las ventas de Alares Store han aumentado un 210% con respecto al mismo periodo de 2021.
Exenciones fiscales a las familias que contratan a personas cuidadoras
Los análisis cualitativos de la radiografía emocional de Alares también reflejan tres peticiones muy importantes. En primer lugar, las personas consultadas solicitan mayores y mejores cuidados en el domicilio, por encima de otras alternativas como las residencias. En segundo lugar, también creen que es importante más fondos para la Ley de Dependencia y ayudas públicas. Por último, otra de las grandes demandas es la aprobación de exenciones fiscales a las personas físicas que contraten a personas cuidadoras dentro de la economía formal (de forma propia o a través de empresas); lo que evitaría en gran parte el alto volumen de empleo no declarado que arrastra este sector.
Esta última es una de las principales reivindicaciones de la Asociación Española de Servicios Personales y Domésticos (AESPD), entidad a la que pertenece Alares. Dicha organización lleva años pidiendo una regulación, tal como se ha hecho en distintos países de Europa. Para la AESPD la referencia de España debe ser el modelo francés a través de la Ley Borloo en 2005. Esta normativa permite la desgravación fiscal del 50 % de gastos en servicios a la persona en el IRPF y a las empresas también les ofrecen deducciones en el Impuesto sobre Sociedades. De esta forma gran parte de esta economía sumergida (cientos de miles de empleos) saldría a la luz a través de empresas especializadas.
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