Los electroestimuladores pueden mejorar el rendimiento deportivo y aliviar los dolores musculares tras la práctica deportiva. Según datos que maneja fitnessdigital, un 40% de los hombres y un 35% de mujeres en edad adulta realiza ejercicio físico en su tiempo libre. Entre quienes tienen incorporada la práctica deportiva en su día a día, cada vez son más los que se decantan por electroestimuladores que les permiten aumentar su fuerza o resistencia aeróbica de la manera más cómoda.
Tabla de Contenidos
Qué son los electroestimuladores
Los electroestimuladores utilizan corriente eléctrica para provocar pequeñas contracciones musculares. En el ámbito deportivo, estos equipos están diseñados para mejorar la resistencia y la fuerza muscular, pero también se utilizan para recuperar de una manera más rápida y efectiva a los deportistas.
Las electroestimulaciones no sustituyen a los programas de entrenamiento, sino que se consideran un complemento, lo que hace que muchos deportistas los hayan incluido como refuerzo de su práctica deportiva, consiguiendo mejores y más rápidos resultados.
Cómo funciona la electroestimulación muscular
Tras colocar los electrodos sobre la piel en lugares estratégicos, los aparatos de electroestimulación muscular ejercitan los músculos a través de los impulsos eléctricos que emite el dispositivo.
A diferencia de lo que ocurre en un entrenamiento convencional, la contracción muscular que provocan los elecroestimuladores alcanza las capas musculares más profundas, que son más difíciles de activar con un entrenamiento físico, lo que contribuye a mejorar el rendimiento del deportista.
Además, los amantes del deporte también utilizan la electroestimulación para su rehabilitación, lo que en manos de profesionales permite mejorar una lesión o disminuir el dolor provocado por la práctica deportiva.
Hay deportistas que realizan actividades de gran exigencia, como los ciclistas o los corredores de larga distancia, que utilizan los electroestimuladores para aumentar el nivel de carga muscular, desarrollar la fuerza y la resistencia, y recuperar los músculos, relajándolos tras una jornada de esfuerzo continuado.
Para qué sirven los electroestimuladores
Los impulsos eléctricos que se producen en la electroestimulación provocan que los músculos realicen un esfuerzo similar al que se produce en los entrenamientos deportivos. Pero, además, las personas utilizan los electroestimuladores para otras funciones añadidas. Los especialistas de fitnessdigital destacan los siguientes:
– Aumentar la fuerza muscular.
– Incrementar la resistencia.
– Potenciar el rendimiento de determinados músculos.
– Reducir el dolor tras una jornada deportiva intensa.
– Mejorar la circulación.
– Relajación muscular.
– Mantener la condición física del deportista.
– Activación de más fibras en grupos musculares concretos.
– Prevención de lesiones.
– Desarrollo de determinados músculos.
– Recuperación acelerada tras la práctica deportiva.
Cuándo utilizar electroestimuladores
El uso de electroestimuladores está indicado para deportistas profesionales, experimentados y con experiencia, que suelen utilizarlos para recuperar grupos musculares tras una competición o un entrenamiento, o incluso para prevenir lesiones.
También los utilizan los deportistas no profesionales que realizan un ejercicio físico de manera continuada para potenciar los resultados de un entrenamiento, pero en el caso de que sean personas sedentarias hay que ser más cauteloso y utilizar la electroestimulación de manera ocasional, sin que sea muy intensa.
En el caso de la estimulación orientada a rehabilitación física, es conveniente que sea supervisada por un profesional. Y respecto a las contraindicaciones, no está recomendado utilizar los electroestimuladores en el abdomen de embarazadas, como tampoco es recomendable en personas con epilepsia o con marcapasos, o en personas que presenten heridas, quemaduras o la piel irritada.
En todo caso, lo importante es encontrar un equilibrio adecuado para obtener los resultados esperados, pero sin correr ningún riesgo. En cualquier caso, el rango de intensidad puede variar en función del grupo muscular al que va dirigido, el objetivo del tratamiento y el nivel de tolerancia de cada deportista.
El riesgo de utilizar una intensidad demasiado baja es que puede no ser suficiente para obtener resultados, pero si es demasiado alta puede causar molestias, dolor o incluso lesiones. Por ello, se recomienda comenzar con una intensidad baja, siempre que genere contracciones palpables sin que cause molestias, e irla aumentando gradualmente si es necesario.
Ventajas de la estimulación en el deporte
A modo de conclusión los expertos dejan claras una serie de ventajas a la hora de utilizar la electroestimulación en el ámbito deportivo. Estas son:
– Son dispositivos fáciles de utilizar.
– Potencian la activación muscular.
– Contribuyen a disminuir el dolor.
– Mejoran las contracturas musculares.
– Permiten el entrenamiento efectivo de grupos musculares concretos.
– No causan fatiga o cansancio en el sistema nervioso.
– Mejoran la capilarización, la circulación sanguínea y el riego linfático.
– Contribuyen a la recuperación tras una sesión de entrenamiento.
– Ayudan a mejorar ciertas lesiones.
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que no conviene realizar excesos y hay que aprender a utilizar los electroestimuladores correctamente, ya que la colocación de los electrodos es clave para obtener los resultados esperados.
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