El café, como el agua, el pollo y otros cuantos alimentos más, podría considerarse como una especie de patrimonio universal culinario porque en todos los rincones del planeta se puede tomar, si bien hay que diferenciar tipos y formas de prepararlo.
Cabe señalar, en primer lugar, que el café posee importantes beneficios para nuestra salud en su justa medida. Varios estudios afirman que las propiedades de esta planta ayudan a prevenir deterioro cognitivo o a reforzar la memoria. Además, también se dice que mejora el rendimiento físico y aporte nutrientes importantes para nuestro cuerpo. De hecho, se ha demostrado que el café es una buena fuente de antioxidantes y, entre otras cosas, reduce riesgo de padecer diabetes tipo II. Son beneficios que se han demostrado científicamente y que desmontan ciertas teorías de que el café puede ser dañino para la salud.
Más allá de los efectos que pueda provocar en nuestra salud, en este post vamos a hablar qué tipos de cafés hay y las formas más típicas de prepararlo en el mundo. Un artículo muy útil para el que le guste el café y que puede ayudar a otros a introducirse en este hábito que comparten millones y millones de personas a lo largo y ancho del planeta.
Tabla de Contenidos
Variedades de café
Aunque hay variedades de café minoritarias, podemos decir que existen dos grandes variedades a partir de las cuales se preparan casi todos cafés a nivel internacional.
Así los dos grandes cafés en grano que predominan en el mundo son el robusta y el arábica.
Los granos de café robusta tienen una concentración alta de cafeína y su origen es africano, concretamente de África central. Para los que les guste un café de gusto amargo, esta debe ser su elección, aunque los puristas mantiene que es de peor calidad que el arábica. Su precio suele ser inferior a la variedad arábica.
Por su parte, la variedad arábica es más digestiva que la robusta y su origen es de Etiopía, aunque se cultiva actualmente en muchas regiones del mundo. A diferencia del anterior, este grano se cultiva en zonas de altitud con meteorología lluviosa y zonas de sombra. Es más caro que el robusta y también más aromático. La opción ideal si prefieres un café con menos cafeína.
Has de saber que en muchos casos un café que te puedas tomar en cualquier bar o restaurante puede contener una mezcla de arábica y robusta.
Formas de tomarse un café
Así como hay pocas variedades universales de café, las formas de preparar esta bebida son tantas como nos podemos imaginar. Solo o en combinación con leche, cacao o ciertos licores, estos tipos de café te los podrás tomar en cualquier parte del mundo porque son de sobra conocidos por los hosteleros. También hay que decir que una buena cafetera ayuda mucho a obtener una infusión de buena calidad.
Café solo
Es el tipo de café más común en el mundo y el más básico en su preparación. Se prepara en pocos segundos y además de “un solo”, se le conoce como Expresso. Suele tener algo de espuma y la cantidad que va en la taza no va más allá de los 30 centilitros. Debido a su escaso tamaño, es muy agradable la variedad arábica y, según el gusto de cada cual, se le puede añadir azúcar o no.
Café cortado
El café cortado también recibe distintas denominaciones por cuestiones idiomáticas, pero quien más y quien menos entiende que este café es café manchado, cortado, macchiato o noisette. Es otra opción muy popular en el mundo y básicamente consiste en un expresso con un leve chorrito de leche que “manche” al café.
Café con leche
Esta otra opción es esencialmente igual que la anterior, pero la diferencia es que la cantidad de leche es mayor, más o menos en la misma proporción que el café. De esta forma, la infusión adquiere una tonalidad mucho más clara. Se pierde intensidad en el gusto, pero la cantidad de cafeína sigue siendo la misma.
Americano
Una variedad de expresso que se toma a nivel mundial es el café americano. Se distingue porque en su preparación se añade una cantidad mayor de agua y el resultado es una bebida menos intensa y más aguada. El modo de elaboración es tan básico como echar un poco de aguar hirviendo sobre un expresso.
Capuchino
Es uno de los tipos de cafés exóticos y más populares del planeta. En todo el mundo se conoce el capuchino, que no es otra cosa que un café con leche, con menos cantidad de café y más espuma de leche. Para adornarlo y darle un sabor dulzón se la añade por encima un poco de polvo de cacao o chocolate.
Café bombón
Otra café dulzón. La diferencia fundamental con el café con leche es que en este caso le vamos a poner leche condensada. Se trata de un café muy visualmente porque en la parte de debajo de la taza se ve perfectamente la capa de leche condensada y sobre ella el café. Una especie de blanco y negro.
Un vienés
El vienés puede confundirse con el capuchino, pero aquí la diferencia fundamental es que en lugar de espuma de leche, emplearemos nata o crema batida en la parte superior del vaso. Posteriormente, también se espolvorea una pizca de chocolate.
El irlandés
Otro de los cafés de un físico imponente que se sirve en copa. Muy visual y de sabor muy potente, su preparación es relativamente sencilla aunque tiene su arte. La auténtica receta que ha conquistado al mundo consiste en un buen café al que se añade un whisky de calidad y crema de leche, casi como si fuera nata montada. En la parte superior se puede añadir o no una pizca de canela en polvo, pero eso es a gustos. Todo un rey para las grandes sobremesas.
Café frappé
Cuando aprieta el calor y queremos refrescar con un café, una opción muy valorada es el café frappé. A nivel industrial, hay muchas referencias que podemos encontrar de esta variedad en el mercado, pero si queremos hacerlo en casa, necesitamos llenar el vaso con un expressso, hielo molido y crema de leche o nata. Sin duda, un café muy dulce y refrescante.
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