¿En dónde metemos a la barba, evolutivamente hablando? Los niños, mujeres, y una gran cantidad de hombres están bien sin una barba. Pero sal a la calle un momento y te encontrarás con todos los tamaños y formas de cabello facial.
Cuando vemos a los hombres prestarle atención a su apariencia, es fácil asumir que están tratando de pescar algo (una pareja, ¿quizás?). Pero nuestro estudio muestra que las barbas probablemente evolucionaron al menos en parte para ayudar a los hombres a impulsar su reputación entre los otros hombres.
Si comparamos a los machos y hembras de muchas otras especies de primates, los hombres y mujeres lucen muy diferentes uno del otro – en parte gracias a las barbas. Y cuando vemos diferencias entre machos y hembras, la explicación a menudo se reduce a la evolución a través de la selección sexual.
Pero interesantemente, las mujeres no parecen estar tan interesadas en las barbas. Si bien algunos estudios han encontrado que a las mujeres les gusta un poco e incluso mucho el pelo facial en los hombres, otros estudios han mostrado que ellas prefieren un rostro afeitado. La carencia de evidencia consistente significa que no podemos concluir que las barbas evolucionaron porque las mujeres se sentían atraídas a ellas.
Por lo tanto, investigadores han indicado que un segundo tipo de selección sexual puede tener la respuesta. Para reproducirse, no siempre es suficiente ser atractivo. Además tienes que competir con el mismo sexo por oportunidades de apareamiento. Y existe evidencia de que las barbas evolucionaron para ayudar a los hombres para hacer justo eso.
La habilidad que tiene un hombre de crecer una buena barba no está netamente asociada a sus niveles de testosterona. A pesar de esto, varios estudios han sugerido que tanto las mujeres como los hombres perciben a los hombre que tienen barba como más viejos, más fuertes y más agresivos que los demás. Y los hombres dominantes pueden conseguir más oportunidades de apareamiento al intimidar a sus rivales.
Esto es algo muy cierto tanto en los tiempos modernos como en la historia de la humanidad. La dominancia puede servir de “atajo” en las oportunidades de apareamiento: evidencia genética indica que cerca del 8% de la población de hombres de Asia de hoy, es descendiente de Genghis Khan y su familia.
Las barbas no son la única característica que transmiten dominancia – la voz también lo hace. La gente tiende a votar por líderes con tonos de voz bajos, y durante tareas competitivas los hombres bajan el tono de su voz si creen que son más dominantes que su oponente. Como el cabello facial, el tono de voz también distingue fácilmente a los hombres de las mujeres.
Para ayudar a trazar el origen evolutivo de las barbas y de las voces, testeamos si eran vistos como atractivos, dominantes o ambos. Se les pidió a 20 hombres y 20 mujeres que evaluaran la dominancia y la atractividad de 6 hombres que fueron grabados en cuatro ocasiones mientras dejaban crecer su barba. Se usó entonces un programa de computadora para crear cuatro versiones de cada vídeo donde las voces de los hombres fueron cambiadas por tonos más altos y más bajos.
Se encontró que las voces masculinas que sonaban más profundas que el promedio fueron evaluadas como las más atractivas. Las muy profundas o tonos altos no eran tan populares. En contraste, las voces de los hombres no fueron percibidas tan dominantes mientras disminuía el tono. Las barbas no afectó la atractividad de los hombres consistentemente, pero aquellos que dejaron crecer su cabello facial fueron percibidos como más dominantes que el resto – en conformidad con estudios previos.
La tensión entre la atracción de una pareja y la competencia con otros no solo se aplica a las barbas y a las voces. Los hombres, en promedio, también piensan que su cuerpo debería ser más muscular que el de las mujeres, mientras que las mujeres creen que necesitan ser más delgadas y usar más maquillaje que los hombres. No siempre somos tan buenos juzgando lo que el otro sexo encuentra atractivo.
Claro, la mayor parte de este estudio se llevó a cabo dentro de la población del oeste. El uso de maquillaje, la composición corporal promedio, e incluso la habilidad de que crezca cabello facial difieren enormemente por todo el mundo – lo que significa que podemos conseguir diferentes resultados en otro lado, pero no deja de servir como referencia.
Pero el punto es que, así sea nuestro cabello facial o barba, o alguna otra cosa, a menudo vemos este patrón como requerimiento para diferenciarnos del resto. ¿Crees que puedes complacer a todos todo el tiempo? Simplemente no puedes.
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