¿Sabías que cada año se celebra el Día Mundial de la Alimentación? La jornada está promovida por Naciones Unidas y los actos conmemorativos empiezan justamente un día antes, el 15 de octubre. Pero es el 16 de octubre cuando la alimentación es protagonista en el mundo.
Iniciativas contra el hambre en el mundo, recetas saludables, agricultura sostenible y un sinfín de ideas para superar los retos que hay en la alimentación mundial se dan cita en todo el planeta bajo el amparo de gobiernos, empresas, particulares u organizaciones benéficas.
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Alimentación saludable, no accesible para gran parte del mundo
El gran mensaje de este año se basa en la necesidad de promover una alimentación saludable, no solo desde el punto de vista de la nutrición sino también desde las propias formas de producción. Naciones Unidas señala que el futuro de la alimentación descansa en las manos de cada uno, pero hay un dato muy duro de analizar: el 40% de la población no puede permitirse una dieta saludable.
Por ello, la idea que subyace en este Día es la de transformar las dietas para poder transformar los sistemas agroalimentarios, los cuales emplean a más de 1.000 millones de personas en todo el mundo. En países como España, esta industria tiene una gran impacto económico, siendo responsable del 5,4% del PIB nacional (sin considerar la distribución), y dando empleo a 1.201.350 de trabajadores/as – pero también ambiental, pues se emiten desde este ámbito el 27% de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero a nivel mundial.
La cadena es muy grande y la transformación implica a muchas actividades al mismo tiempo, pero Naciones Unidas cree que es posible solo con la colaboración de los gobiernos y una estrategia que promueva una producción sostenible de alimentos nutritivos accesibles.
La accesibilidad, la variedad en la oferta y salubridad son las tres grandes características que debe tener un sistema de alimentación sostenible. En la ecuación no entra el concepto del desperdicio o el despilfarro. No puede ser que los lineales de los supermercados estén llenos de comida y que las personas tiremos sobras o comida en mal estado.
En este sentido, los sistemas agroalimentarios sostenibles se definen también por un menor desperdicio y por la fortaleza de las cadenas de suministro ante crisis bruscas como fenómenos meteorológicos extremos, los repuntes de precios o las pandemias. La conclusión es clara: se necesitan este tipo de sistemas de alimentación para abastecer a 10.000 millones de personas en el mundo para el año 2050.
Un sistema desigual
Al igual que el reto de la neutralidad climática, queda mucho por hacer para alcanzar esta ambiciosa meta porque el sistema agroalimentaria sigue siendo muy desigual y las principales cumbres para debatir sobre este modelo no han puesto soluciones drásticas. Oxfam señala que no se han abordado las causas profunda de un sistema maltrecho, al tiempo que denuncia la muerte de 11 personas cada minuto en el mundo por razones de hambruna.
La organización muestra a través de un informe que las grandes cadenas de alimentación y supermercados dominan el mercado y esta posición les permite exprimir el valor de grandes cadenas de suministro que se expanden a nivel mundial. Todo ello impacta negativamente en los pequeños productores y en su poder de negociación en precios y contratación de trabajadores.
He ahí una de las soluciones en las que hay que trabajar desde ya para cumplir con el objetivo de 2050, poner el acento en los pequeños productores del sector de la alimentación. En línea con las recomendaciones de Naciones Unidas, Oxfam pone el acento en la acción de los gobiernos para garantizar en primer lugar los derechos de los trabajadores de la alimentación, los pequeños agricultores y las personas marginadas, situando un sistema alimentario mundial justo, con igualdad de género, resistente y sostenible en el centro de la recuperación pospandémica.
“Si no se sitúan los derechos y las necesidades de los pequeños agricultores y los trabajadores de la alimentación en el centro de la transformación de nuestros sistemas alimentarios mundiales, cualquier solución sólo alimentará más desigualdad y hambre”
Thierry Kesteloot, asesor de política alimentaria de Oxfam.
¿Cómo podemos actuar individualmente?
Hablar sobre estrategias y acciones gubernamentales puede sonar algo etéreo y lejano para las personas. Por eso, también hay que incidir en la acción personal de cada cual para mejorar el sistema. La premisa es clara: apostar por el producto local, y los productos de cercanía. Con eso, el pequeño agricultor, que es quien verdaderamente cuida de la salud del medio ambiente, lo agradecerá.
Una vez tengamos los productos en casa, comamos de forma saludable empleando técnicas que precisamente recomiendan los expertos para obtener el mejor sabor de los alimentos sin sacrificar sus propiedades. Las técnicas de cocina más propicias para ello son estas cinco:
- Hervir – El hervido de alimentos con agua es de lo más saludable. Tan solo se necesita un poco de agua, sal y alguna especia para potenciar el sabor de, por ejemplo, verduras. En cuanto al tiempo de cocción, lo mejor es informarse con especialistas o nutricionistas sobre un producto en concreto para sacarle el mejor partido.
- Al vapor – Esta otra técnica también es empleada en muchas ocasiones en las cocinas de todo el mundo. Aquí también el agua es protagonista del proceso. Con la comida puesta en un colador y tapada, el vapor surgido de la temperatura del agua puede cocinar los alimentos, dando un resultado muy saludable.
- Plancha – La plancha da también muy buenos resultados en todo tipo de alimentos: verduras, carnes, pescados, etc. Un chorrito de aceite en una sartén caliente es suficiente para dorar una comida a ambos lados.
- Saltear – Saltear es una técnica procedente de la plancha aunque de forma muy rápida. Una sartén tipo wok es el mejor instrumento para ello. Los asiáticos son grandes especialistas en el mundo.
- Hornear – Ponemos el horno en el quinto lugar al ser un electrodoméstico que genera un gran consumo eléctrico, aunque en el mercado hay un buen puñado de hornos eficientes. El horno cocina cualquier alimento que se precie en su propio jugo y los resultados suelen ser magníficos en sabor.
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