Hoy vamos a conocer cómo se introduce industrialmente un fármaco en el blíster. Gracias a un actor que se dedica a subastas de maquinaria y equipos especializados, descubriremos este proceso clave para la producción y distribución de medicamentos en el mundo.
Hablamos de un sector intenso y que arrastra un gran volumen de producción. Vayamos a un ejemplo práctico: solo en el año 2020 se vendieron 41,1 millones de paquetes de ibuprofeno, solo en Alemania. Al margen de la innovación que conlleva el propio medicamento a nivel farmacéutico, hay que decir que el envoltorio siempre pasa desapercibido por el consumidor, pero tiene su importancia.
Las personas sacamos la pastilla de su envoltorio con regularidad, pero casi nadie sabe cómo se hace para que cada comprimido entre en su ampolla del envase alveolado. La producción tiene que ser rápida, segura y económica y en ella tienen protagonismo tan máquinas nuevas o blisteadoras de segunda mano.
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Ventajas del blíster
El blíster, o envase alveolado, permite al usuario ver el producto todavía envasado. Un tipo muy difundido de blíster es el de apertura a presión para comprimidos y cápsulas. Los medicamentos se envasan en ampollas individuales. La ventaja de este embalaje es que el paciente controla bien su cumplimiento de la pauta del medicamento.
La producción de medicamentos es un mercado en crecimiento. Uno de los motivos es la evolución demográfica y, por tanto, el aumento de enfermedades ligadas a la edad. Por otra parte, mejoran los servicios sanitarios. La mitad de todos los ciudadanos de la Unión Europea ha tomado medicamentos con receta médica en el año 2019 y un tercio tomó medicamentos de venta sin receta. Aumenta la disposición a la automedicación, que se observa especialmente en el segmento de los medicamentos para el resfriado. Estos abarcan la mayor proporción de medicamentos sin receta en Europa, nada menos que un tercio, seguidos por los analgésicos, con más del 20 %.
Las máquinas de blíster: sencillas pero precisas
Tómense dos láminas, unos comprimidos y una máquina blisteadora. El resultado son medicamentos envasados. Suena sencillo, y en realidad, lo es. Por otra parte, precisa de una supervisión compleja del proceso.
En el primer paso productivo se elabora el molde con cavidades de ampolla. Se compone de un polímero PVC o de aluminio. La lámina se desenrolla, se extiende y se le da la forma deseada con medios de presión mecánica o termoformación. Así se genera una lámina continua con cavidades para los comprimidos que abarcan toda su anchura.
De modo paralelo, se preparan los comprimidos, transportados con sumo cuidado sobre placas vibratorias o bandas transportadoras para que no sufran daños. Si dos o más comprimidos se han adherido entre ellos, se separan con cepillos. La alimentación de comprimidos se individualiza para que cada ampolla del molde reciba solo una pastilla. Un sistema de cámaras controla que solo haya un comprimido en cada cavidad.
En el tercer paso se fabrica la lámina de cubierta. Suele ser de aluminio duro y su grosor es de tan solo 20 µm. Y esta es la parte decisiva: por una parte, la lámina tiene que ser tan fina que se pueda extraer el medicamento sin problemas. Por otra parte, debe ser lo bastante resistente para mantener el medicamento a salvo de las influencias ambientales. Esta lámina se evalúa para detectar posibles desperfectos. El sistema de seguridad detecta incluso las microperforaciones. La máquina blisteadora también integra una unidad impresora, porque el nombre del medicamento y la fecha de caducidad deben quedar impresos en la lámina.
La lámina de cubierta se sella sobre el molde de ampollas que contiene los comprimidos. Para los medicamentos con esquema posológico impreso, este paso productivo ha de ser tremendamente preciso para que la impresión coincida exactamente con las ampollas. Un ejemplo conocido de este tipo de impresión es la píldora anticonceptiva con los días de la semana impresos en la lámina.
El último paso es el troquelado y la salida de los blísteres de la máquina. Los blísteres apilados continúan a la unidad de embalaje, donde se introducen en cajas de cartón con su respectivo prospecto.
A las máquinas blisteadoras se les exige la máxima flexibilidad
Una máquina blisteadora debe ser capaz de transformar diversos materiales. El molde con cavidades puede estar compuesto por un polímero (PVC, PP, PE y PET) o por una combinación de PVC y aluminio. Los materiales de cubierta también varían según el uso, desde el aluminio duro o blando hasta una combinación de aluminio, papel o PET.
Mediante los módulos de control SPS, las máquinas blisteadoras automatizadas realizan cualquier pedido de envasado. Para rentabilizar incluso la fabricación de lotes pequeños, es esencial que la configuración de los elementos de prensa y troquelado sea rápida. Los comprimidos más pequeños solo pesan 100 mg, esto es, 0,1 g. Eso equivale, más o menos, al peso de una mosca. Los comprimidos grandes pueden superar los dos centímetros. El número de comprimidos por blíster y su distribución también varía enormemente.
Debe ser rápido, económico y seguro
En el año 2021, alrededor de un tercio de las reclamaciones por medicamentos defectuosos se debieron a deficiencias en el embalaje. Existe una franja muy estrecha entre la seguridad y los costes de producción. Toda tara supone un riesgo para el usuario. Aun así, el funcionamiento de las máquinas blisteadoras tiene que ser rentable. Ya que, a pesar de la subida en los precios en los artículos de uso cotidiano durante los últimos decenios, los precios de los medicamentos bajan.
Quien sitúe la optimización de los costes en primer lugar no tiene por qué tragarse una píldora amarga. Porque también en el sector farmacéutico se puede reducir el presupuesto con máquinas usadas, ya que las máquinas usadas son notablemente más económicas que las nuevas y se encuentran disponibles inmediatamente. Incluso para las líneas de producción tan especializadas como las máquinas blisteadoras. Actualmente, se ofrecen tres máquinas blisteadoras en Surplex.com para la venta directa:
- RM250 de FAMARTEC (2 uds.)
- BF50 PLUS de Omar
Los equipos son del año 2021, de modo que se trata de la tecnología más moderna. Proceden de la producción de un fabricante de cosméticos y de complementos alimenticios de cerca de Trento (Italia) y gozaron de un buen mantenimiento. La serie RM produce hasta 300 blísteres por minuto y trabaja los materiales habituales. Esto último también se aplica a la BF50. Es más pequeña, pero de configuración rápida, por lo que resulta rentable incluso para los lotes de producción reducidos.
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