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Energía solar
Considerada como una fuente de energía alternativa y prometedora durante décadas, los paneles solares coronan los tejados y las señales de la carretera, ayudando a mantener la energía necesaria en los hogares. Normalmente no nos paramos a pensar en ello, pero ¿cómo funciona un panel solar?
Células fotovoltaicas: convertir fotones en electrones
Las células solares que puedes ver en las calculadoras y satélites también son llamadas células fotovoltaicas (FV). Como su nombre indica (foto significa “luz” y voltaica significa “electricidad”), convierten los rayos de sol directamente en electricidad. Un módulo es un grupo de células conectadas eléctricamente, empaquetadas en una estructura (conocida comúnmente como panel solar), que puede ser agrupada en grandes paneles solares, como el que opera en la Base de la Fuerza Aérea Nellis, Nevada.
Todas las células fotovoltaicas tienen uno o más campos eléctricos que actúan para obligar a los electrones liberados por la absorción de la luz a fluir en una determinada dirección. Este flujo de electrones es una corriente, y mediante la colocación de los contactos metálicos en la parte superior e inferior de la célula fotovoltaica, podemos extraer la corriente para el uso externo, como por ejemplo, para alimentar una calculadora.
Cómo el silicio hace una célula solar
El silicio tiene algunas propiedades químicas especiales, sobre todo en su forma cristalina. Un átomo de silicio tiene 14 electrones, dispuestos en tres capas diferentes. Las primeras dos capas – sujetan de dos a ocho electrones, respectivamente – están completamente llenas. La capa más externa, sin embargo, solamente está llena a la mitad, con cuatro electrones.
El único problema es que el silicio de cristalino puro es un pobre conductor de la electricidad, debido a que ninguno de sus electrones se encuentra libre para moverse, a diferencia de los electrones en otros conductores más óptimos como el cobre. Para solucionar este inconveniente, el silicio tiene en una célula solar, impurezas – otros átomos mezclados a propósito con los átomos del silicio – lo que cambia un poco el funcionamiento de la cosas. Normalmente pensamos en las impurezas como en algo no deseado, pero en este caso, nuestra célula no funcionaría sin ellas.
Por lo tanto, las células fotovoltaicas necesitan establecer un campo eléctrico para funcionar correctamente. Como en un campo magnético, el campo eléctrico se produce cuando las cargas opuestas son separadas. Para conseguir esto, los fabricantes “dopan” el silicio con otros materiales, dando a cada rebanada del sándwich una carga eléctrica negativa o positiva.
Otros componentes de la célula convierten estos electrones en energía utilizable. Las placas conductoras de metal en los lados de la célula recogen los electrones y los transfieren a los cables. En ese punto, los electrones pueden fluir como cualquier otra fuente de electricidad.
Hay otros tipos de tecnología de energía solar – incluyendo la térmica y la energía solar concentrada – que operan de una manera diferente a los paneles solares fotovoltaicos, pero que tienen como fuente de energía los rayos solares, generando electricidad o calentando el agua o aire.
Fuente:
http://solar-energia.net/energia-solar-fotovoltaica
http://www.solarworld-usa.com/solar-101/how-solar-panels-work
http://www.physics.org/article-questions.asp?id=51
Las células fotovoltaicas convierten los rayos de sol directamente en electricidad. Están formadas por materiales semiconductores como el silicio, que permiten que una porción de la energía de la luz solar entre dentro y se transforme en electricidad. Para solucionar la falta de conductividad eléctrica del silicio, cuenta con impurezas, átomos mezclados, que le ayudan a funcionar de manera adecuada.
Existen otros tipos de tecnología de energía solar, la térmica y la energía solar concentrada, que utilizan los rayos del sol al igual que los paneles.
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