Todos hemos tenido esas noches donde no podemos dormir y no paramos de movernos y voltearnos buscando alguna posición que nos haga dormir. Para el 3-5% de la población, el insomnio representa una lucha nocturna que toma el control de sus vidas. Sus causas y consecuencias aún son elusivas, pero una imagen reciente de resonancia magnética (MRI) indica una conexión entre el trastorno del sueño y anormalidades en las redes de comunicación del cerebro.
En un estudio reciente de insomnes publicado en internet en Radiología, los investigadores del Departamento de Imagen Medica en el Hospital de Guangzhou, China, encontraron una materia blanca reducida en el tálamo, que regula la consciencia, el sueño, y la atención, y en el sistema límbico, que soporta funciones como la emoción, el comportamiento, la motivación, la memoria a largo plazo, y el olfato.
“Los tractos de materia blanca son un conjunto de axones – o fibras de células nerviosas – que conectan una parte del cerebro con otra,” dice la co-autora Shumei Li. Además agregó: “si los tractos de materia blanca están dañados, la comunicación entre las regiones del cerebro no será correcta.”
Li y sus colegas reclutaron 23 pacientes insomnes primerizos – aquellos cuyo insomnio no está atribuido a causas médicas, psiquiátricas, o ambientales – y 30 controles saludables. Todos los participantes respondieron cuestionarios acerca de la calidad de sus sueños y sus niveles de ansiedad y depresión. Además se sometieron a un MRI con una técnica llamada imágenes con tensor de difusión, el cual ayuda a los investigadores ver el patrón de movimiento de agua junto con los tractos de materia blanca para identificar anormalidades en las redes de comunicación.
Estos hallazgos revelaron que los pacientes insomnes han reducido significantemente la integridad de la materia blanca en muchas partes del cerebro derecho, incluyendo el cuerpo calloso – la estructura de materia blanca más grande del cerebro – y el tálamo derecho. Los investigadores asociaron la reducida actividad del cuerpo calloso a un insomnio más severo y depresión en los pacientes.
“La participación del tálamo en la patología del insomnio es particularmente critica, ya que el tálamo almacena constituyentes importantes del reloj biológico del cuerpo,” afirmó Li.
La glándula pineal, la cual segrega la hormona melatonina del sueño, controla el reloj biológico del cuerpo. Sin embargo, capta sus órdenes del tálamo, por lo que una anormalidad allí interrumpe la liberación de melatonina, manteniendo el cerebro constantemente “prendido”.
La Dra. Lisa Fairweather, una psiquiatra de Texas, usa la analogía de un auto para explicar cómo el cerebro actúa en pacientes que tienen dificultades para dormir.
“El cerebro es como un auto con el motor de un Ferrari pero lo frenos de una bicicleta. Rinde extremadamente bien cambiando de marcha y corriendo, pero sufre de la habilidad de desacelerar. Esto puede ser más obvio mientras duermes.”
Los investigadores sospechan que la causa fundamental de las conexiones anormales de materia blanca puede ser la perdida de mielina, la cual protege la circuitería del cerebro, blindando los axones y acelerando los impulsos eléctricos junto con las fibras nerviosas. Dormir ayuda a producir células que crean la mielina, por esto los insomnes pueden perder mielina.
David Brown, psicólogo del sueño en Dallas, cree que el mayor problema del insomnio es que no es solamente un ente.
“Hay muchos tipos de insomnio y muchas causas diferentes,” afirma Brown. “Algunos insomnes tienen dificultad para dormir, algunos tienen dificultad al quedarse dormidos, otros se levantan muy temprano y no pueden volver a dormir.”
Mientras esta dificultad del sueño continua expandiéndose, el estudio para aclarar la relación entre el cerebro y el insomnio aún se encuentra en su infancia.
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