No es que esté habiendo un cambio de tendencia abrupto en el sector inmobiliario, pero las casas prefabricadas empiezan a estar en boca de muchos por los múltiples beneficios que ofrece. El cambio de normalidad tras la pandemia seguramente provocará en la venta de este tipo de viviendas, dado que las personas ahora buscan hogares con terraza y sensación de autonomía.
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¿Qué son las casas prefabricadas?
Las casas prefabricadas son aquellas que su construcción nace de una fábrica. Es decir, viviendas ya hechas que también pueden estar diseñadas por módulos. En este caso se denominarían casas modulares y siempre se le pueden ir añadiendo nuevas estancias, según las necesidades de cada cual.
Una vez fabricadas se instalan en una parcela tras ser transportadas generalmente por camión. La instalación requiere de poco tiempo. En el plazo de unas dos semanas, un comprador puede tener su casa fabricada y asentada en una parcela determinada.
Hay que aclarar que una casa prefabricada no es una casa móvil, por muy fácil que sea su transporte. No se puede llevar la casas a cuestas, tal y como muchos se pueden estar imaginando. Esto significa que las casas prefabricadas se consideran legalmente bienes inmuebles y, por tanto, necesitan licencias para hacer de ellas nuevas vivienda principal o segunda residencia.
Ventajas de las casas prefabricadas frente a las tradicionales
En cuanto a las ventajas de las casas prefabricadas, el primer motivo de peso que nos llevaría a decantarnos por esta opción es el precio. Aproximadamente partiendo de unos 30.000 euros se puede tener una casa prefabricada, pero sin demasiados lujos. El precio sube ostensiblemente dependiendo de la calidad de los materiales, la longitud de la vivienda, la personalización y todos los extras que queramos añadir. Con todo eso, las casas prefabricadas, sin llegar al precio de las tradicionales, pueden tener un precio bastante elevado.
El siguiente aspecto positivo de las casas prefabricadas se refiere a la sostenibilidad. Los materiales de construcción son más respetuosos con el medio ambiente y si a eso le añadimos que la tecnología puede hacer eficiente el consumo eléctrico estamos matando dos pájaros de un tiro. Su puede incluso instalar un sistema de domótica para controlar y monitorizar todos los recursos.
La otra ventaja es que cuando la tienes, no tienes que hacer no tipo de reforma porque esa etapa ya está predefinida en la fase inicial. Hay algunas empresas que transportan la casa con los espejos del baño puestos, por ejemplo.
Desde cabañas hasta módulos premium
Al igual que las tradicionales, en el mercado se pueden encontrar casas prefabricadas para todos los gustos. Las hay bastante pequeñas, de unos 30 metros cuadrados, hasta otras que alcanzan los 180. Las hay que se parecen a una simple cabaña de árbol a otras que pueden ser mansiones con todo tipo de lujos.
Evidentemente unas tienen un precio bastante reducido y otras pueden superar ampliamente los 300.000 euros. Lo cierto es que estas últimas son tendencia entre ciertas celebridades y por ello sus ventas podrían tener cierto boom en el futuro. Para estos casos, las casas prefabricadas se usarían como vivienda habitual, pero para el resto, el uso más lógico que se le da es de segunda residencia o casa de campo.
Según el uso que se le dé, optaríamos por distintos materiales en la fabricación. Los más utilizados por la industria son la madera y el hormigón armado, si bien pueden darse muchas combinaciones porque casi todo es personalizable. Los usuarios más sostenibles están apostando por materiales reciclados u otros que son respetuosos con el medio ambiente.
Y como en la variedad está el gusto, son muchas las empresas que se dedican a comercializar estos bienes. Se pueden encontrar agencias inmobiliarias de toda la vida que tienen esta oferta entre su portfolio, empresas puramente especializadas en casas prefabricadas, arquitectos e incluso Amazon o Aliexpress. Efectivamente, en uno de estos marketplaces se pueden adquirir casas prefabricadas.
Ya tenemos la casa, pero ¿y el terreno?
Bien, ya tenemos nuestra casa diseñada y fabricada. Ahora el quid de la cuestión es dónde la ubicamos. Este punto es otra de las claves a tener en cuenta para nuestro presupuesto de la casa prefabricada. Y es que sí o sí, hay que pagar el suelo como toda vivienda que se precie.
Dependiendo de la extensión de la casa y de la parcela, el precio subirá más o menos. No es lo mismo elegir un enclave urbano que otro rústico. Del mismo modo, habrá que respetar las normas de edificación de cada zona. La mejor opción es disponer de un terreno lo más plano posible para evitar excavaciones y otro tipo de obras que se acercarían más al concepto de siempre.
El tema de la parcela desmonta el mito de que una casa prefabricada es una opción muy barata respecto a otra tradicional. Efectivamente, hay diferencias en el precio, pero dependiendo de la ubicación, la cosa puede salirte cara.
Si quieres una, llama a los expertos
Por todo lo anterior, la mejor opción si quieres comprarte una casa prefabricada es que acudas a un experto o empresa que esté especializado. Y es que al igual que las casas tradicionales, se necesitan licencias y permisos que solo estos profesionales están familiarizados con ellos.
Hablamos de proyectos de ejecución (arquitecto), estudios geotécnicos, licencias de ayuntamiento, direcciones de obra, seguridad y salud, escrituras de propiedad, contratos de suministros… Una burocracia que siempre conviene dejar en manos de los que mejor conocen el tema.
¿Opción como inversión?
Al hablar de mercado inmobiliario, muchos pueden pensar en la opción de las casas prefabricadas en sus carteras de inversión. A día de hoy y salvo que la situación dé una vuelta de 180 grados, no es buena opción para invertir y sí para disfrutar. Una de las grandes diferencias o desventajas respecto a las casas tradicionales es que las prefabricadas pierden valor con el paso del tiempo.
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