Christina Zhao, una chica creciendo en China, comenzó a tocar el piano cuando tenía 9 años y a aprender inglés cuando tenía 12 años. Más tarde, cuando estaba en la universidad, se dio cuenta de lo similar que era la música y el lenguaje.
Tanto la música como el lenguaje requieren ritmo; de otra manera no tendría sentido. Además son construidos a partir de pequeñas unidades – silabas y ritmos musicales. Y el proceso para dominarlos es remarcablemente similar, incluyendo movimientos precisos, práctica continua y concentración. Christina también se dio cuenta de que sus músicos maestros eran particularmente buenos aprendiendo nuevos idiomas.
¿La música da forma a cómo el cerebro percibe los sonidos a diferencia de las notas musicales? Y si es así, ¿podría el aprendizaje musical ayudarnos a aprender idiomas?
Experiencia musical y el habla
El entrenamiento musical en los primeros años de la vida (antes de la edad de 7 años) puede tener grandes beneficios más allá de la habilidad musical.
Por ejemplo, niños entre 6 a 8 años de edad quienes participaron en clases musicales por dos años, cuatro horas a la semana, mostraron mejores respuestas cerebrales a las consonantes comparadas a las de sus compañeros quienes habían empezado un año después. Esto sugiere que la experiencia musical ayudó a los niños a escuchar sonidos del habla.
¿Pero qué pasa con los niños que aún no hablan? ¿Podría el entrenamiento musical darle a los bebés un empujón en los pasos necesarios para aprender el lenguaje?
El primer año de vida es el mejor momento para aprender sonidos del lenguaje; aún no hay estudios que hayan mirado si la experiencia musical durante la infancia puede mejorar el aprendizaje del lenguaje.
Christina, junto a Patricia K. Kuhl, una experta en el aprendizaje de infantes, buscaron darle respuesta a esta pregunta. Se dispusieron a estudiar si la exposición a la música a los 9 meses de edad puede ayudar a los infantes a aprender el lenguaje.
Nueve meses está dentro del periodo tope para que los infantes aprendan el sonido del habla. Durante este tiempo, están aprendiendo a prestar atención a las diferencias entre los diferentes sonidos del habla que escuchan de su entorno. Ser capaces de diferenciar estos sonidos es importante para luego aprender a hablar.
Así se hizo el estudio
[no_toc]En el estudio, colocaron a 47 niños de 9 meses de edad en un grupo musical o en un grupo controlado y completaron 12 sesiones de 15 minutos de actividades diseñadas para ese grupo.
Los bebés en el grupo musical se sentaron con sus padres, quienes los guiaron en las sesiones al seguir el ritmo en sincronía con la música con el objetivo de ayudarlos a aprender un ritmo musical difícil.
Los infantes en el grupo de control jugaron con carritos, bloques y otros objetos que requerían de movimientos coordinados, pero sin música.
Después de las sesiones, midieron las respuestas cerebrales a los ritmos musicales y de lenguaje usando magnetoencefalografía, una técnica de imagen cerebral.
Nuevos sonidos musicales y de lenguaje fueron presentados en secuencias rítmicas, pero los ritmos fueron ocasionalmente interrumpidos al saltarse alguna nota.
Estas interrupciones rítmicas ayudaron a las investigadoras a medir que tan precisos a los ritmos eran los cerebros de los bebés. El cerebro entrega un patrón de respuesta específica al detectar un cambio inesperado. Una respuesta más grande indica que el bebé estaba siguiendo los ritmos de mejor manera.
Estas habilidades son importantes para aprender a hablar.
Otros beneficios de la música
El lenguaje es solo un ejemplo de una habilidad que puede ser mejorada a través del entrenamiento musical. La música también puede ayudar en el desarrollo emocional-social. Un estudio reciente por las investigadoras Tal-Chen Rabinowitch y Ariel Knafo-Noam mostraron que pares de niños de 8 años quienes no se conocían reportaron sentirse más cercanos uno con el otro después de un pequeño ejercicio musical.
Otra investigadora, Laura Cirelli, mostró que bebés de 14 meses de edad tendían a mostrar comportamientos de ayuda hacia un adulto después de que los bebés brincaban en sincronía con el adulto que también se estaba moviendo rítmicamente.
Existen muchas otras preguntas emocionantes que quedan por ser respondidas. Por suerte los investigadores continúan estudiando los efectos de la música en los primeros años de desarrollo.
Por ejemplo, ¿la experiencia musical debe ser de manera social? ¿Podrían los bebés beneficiarse de la música simplemente al escuchar música? Y, ¿Cuánta experiencia musical necesitan los bebés para mantener este beneficio?
La música es una parte esencial del ser humano. Ha existido en las culturas por miles de años, y es una de las maneras más divertidas y poderosas de conectar a las personas. A través de la investigación científica, se espera continuar revelando cómo la música influye en el desarrollo cerebral y el aprendizaje del lenguaje en los bebés.
Fuente:
La música ayuda a los bebés a procesar los sonidos del habla
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