Hoy las personas están sometidas a continuos factores de estrés en su día a día: presión laboral, preocupaciones cotidianas, el bombardeo constante de información en el teléfono móvil, las redes sociales… El estrés se ha convertido en un compañero de viaje habitual para las personas, tal y como se revela en los datos de noVadiet: Cuatro de cada diez españoles reconocen sufrir estrés a diario.
Hay muchas opciones que para combatir esta situación, pero existe una que muy pocos aplican: la alimentación. Lo que comemos puede ser la clave para encontrar equilibrio emocional. Efectivamente, hay una serie de alimentos para combatir el estrés. Todo tiene su porqué.
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El estrés: cuando el cuerpo grita lo que la mente calla
El estrés no solo afecta al estado de ánimo, también altera profundamente el funcionamiento del organismo. Una de sus víctimas directas es el sistema digestivo. Cuando nos sentimos estresados, el cuerpo libera cortisol y adrenalina, hormonas que preparan al organismo para el “modo alerta”. Esta reacción disminuye la producción de enzimas digestivas, reduce la absorción de nutrientes y puede dar lugar a síntomas como gastritis, diarrea, estreñimiento o incluso alteraciones en la microbiota intestinal —el conjunto de microorganismos beneficiosos que habita en nuestro intestino y cuya salud incide directamente en el bienestar emocional.
“A largo plazo, el estrés puede desencadenar patologías más serias como el síndrome del intestino irritable, reflujo o dispepsia funcional”, explica Sonia Clavería, médica de familia del departamento técnico de noVadiet. También puede afectar al apetito, provocando atracones emocionales o la pérdida total de interés por la comida.
El intestino, nuestro segundo cerebro
Sabemos que el 90% de la serotonina, el neurotransmisor del bienestar, se produce en el intestino. De ahí que este órgano sea considerado nuestro “segundo cerebro”. Por eso, una alimentación equilibrada es fundamental para regular el ánimo. Vitaminas del grupo B, ácidos grasos omega-3 y antioxidantes se convierten en piezas clave para mantenernos centrados y tranquilos.
Desde noVadiet proponen una serie de cambios alimenticios para combatir el nerviosismo:
- Triptófano al plato: carnes magras como el pavo, legumbres o plátanos ayudan a fabricar serotonina.
- Omega-3: presente en pescados azules, nueces y semillas de chía, refuerza el sistema nervioso.
- Fibra y probióticos: frutas, verduras y alimentos fermentados como el yogur natural cuidan la microbiota.
- Carbohidratos complejos: avena, quinoa o pan integral estabilizan el azúcar en sangre y evitan altibajos emocionales.
- Hidratación constante: la deshidratación potencia el cansancio y la ansiedad.
- Infusiones relajantes: manzanilla, lavanda o valeriana, aliadas naturales del sistema nervioso.
Alimentos para combatir el estrés (y otros que nos alteran)
Algunos alimentos actúan como relajantes naturales, capaces de aliviar la tensión tras un día de vértigo:
- Chocolate negro (con alto porcentaje de cacao): rico en magnesio, ayuda a reducir el cortisol.
- Avena: cereal estabilizador del estado de ánimo gracias a su liberación sostenida de energía.
- Frutos secos: almendras y nueces, ricos en magnesio y vitamina B6.
- Infusiones de lavanda y valeriana: perfectas para cerrar el día con serenidad.
- Espinacas y verduras de hoja verde: grandes aportes de magnesio y ácido fólico.

Pero, del mismo modo que hay alimentos que calman, existen otros que despiertan la ansiedad o la agravan:
- Cafeína y bebidas energéticas: activan el sistema nervioso y alteran el sueño.
- Azúcar refinado: provoca picos de glucosa y oscilaciones de humor.
- Ultraprocesados: sus aditivos afectan el equilibrio hormonal y neuronal.
- Alcohol: aunque puede generar una falsa sensación de relajación, interfiere negativamente en el sistema nervioso.
- Exceso de sal y grasas saturadas: contribuyen a la hipertensión y la inflamación, aliados del malestar.
Complementos que suman al bienestar
Además de la alimentación, noVadiet recomienda apoyarse en complementos naturales que ayudan a gestionar el estrés de forma eficaz:
- Estresal, a base de Valeriana, Azafrán, L-triptófano, Magnesio y Vitaminas B, está diseñado para aportar calma y bienestar sin efectos secundarios.
- Jalea real: fuente completa de aminoácidos, vitaminas y minerales, ideal para fortalecer el sistema nervioso.
Y además de comer bien… moverse, respirar, dormir
Combatir el estrés no es solo cuestión de menús, sino también de rutinas que sumen bienestar:
- Ejercicio físico regular: caminar, nadar o practicar yoga libera endorfinas y reduce el cortisol.
- Técnicas de respiración y mindfulness: ayudan a frenar la mente y tomar perspectiva.
- Dormir bien: el descanso es vital para resetear cuerpo y mente.
- Baños calientes con aceites esenciales: calman los músculos y la mente.
- Rutinas estables: la regularidad alimentaria y de sueño refuerza el sistema nervioso.
En resumidas cuentas, el estrés forma parte del mundo actual, pero no tiene por qué gobernarnos. Como explica Sonia Clavería, “una alimentación consciente y estratégica puede ser la primera barrera de defensa ante el estrés”. Y aunque no se puede eliminar la ansiedad con una infusión o una ensalada, incorporar alimentos funcionales, hábitos saludables y suplementos naturales puede ser un camino realista y eficaz para recuperar el control sobre nuestro bienestar emocional.
Porque al final, cuidarse también es escuchar al cuerpo, alimentar el ánimo y dar al sistema nervioso las herramientas necesarias para resistir el torbellino diario. Y eso, como casi todo lo importante, empieza por la cocina.
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