Estamos en época de verano, donde es más frecuente que se produzcan más picaduras de insectos. A esto estamos acostumbrados, pero no así cuando hay que lidiar con la enfermedad de la viruela del mono. Conviene diferenciar ambas situaciones para evitar ponernos nerviosos. Un ejemplo: Los asistentes al Festival Interestelar en Sevilla, celebrado entre el 20 y el 21 de mayo, mostraron en redes sociales las picaduras aparecidas tras asistir a los conciertos, lo que provocó que muchos creyesen que se trataba de la viruela del mono.
Aunque recientemente el Ministerio de Sanidad confirmó en ese momento que ya eran 225 el número total de casos de viruela del mono detectados en España, no era ésta la enfermedad de la que se habían contagiado durante el Interestelar sino que se trataba de picaduras de pulgas, según confirmaron posteriormente los expertos médicos.
Con la llegada de las altas temperaturas, los insectos encuentran las condiciones climatológicas idóneas para su reproducción. Como consecuencia, el verano es la época predilecta para que todo tipo de insectos proliferen, incrementándose así las posibilidades de que las personas puedan verse afectadas por sus picaduras.
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¿Cómo diferenciar la viruela del mono del resto de picaduras de insectos?
Fiebre, dolor de cabeza o muscular y la inflamación de los ganglios linfáticos son algunos de los síntomas que evidencian la presencia del virus del mono en el organismo. A estos síntomas se suman otros como las erupciones sobre la piel, algo que a muchos les ha llevado a confundirlas con las habituales picaduras de insectos como pulgas, chinches o mosquitos.
A diferencia de las provocadas por picaduras de insectos, las erupciones en la piel que provoca la viruela del mono duelen más que pican. Normalmente estas reacciones cutáneas suelen darse a los tres o cuatro días de haber resultado infectados, tras haber comenzado a manifestarse esos primeros síntomas.
Las erupciones de la viruela del mono pueden producir también vesículas con pústula que acaban desarrollando pus. Este tipo de reacciones en la piel van curándose con el paso de los días, terminando por desaparecer.
Picaduras de insectos y sus efectos
Chinches
Las chinches generan picaduras pequeñas, planas o con protuberancias. En las zonas afectadas suele aparecer enrojecimiento, hinchazón o picazón. Aunque las picaduras pueden producirse en cualquier parte del cuerpo, suelen localizarse más habitualmente en aquellos vasos sanguíneos superficiales. El cuello, las manos, brazos o piernas suelen ser donde podremos encontrarnos con este tipo de picaduras.
Es recomendable prestar atención a la forma en la que se manifiestan estas picaduras. Cuando varias picaduras aparecen de forma seguida y en línea, puede deberse a que la chinche haya mordido más de una vez sobre la misma zona al haber sido perturbada mientras se alimenta. Sin embargo, en caso de encontrar picaduras en diferentes partes del cuerpo puede indicar que han sido varias las chinches que se han estado alimentando.
Pulgas
Las pulgas producen picaduras que, aunque no duelen, sí que pueden generar incomodidad por su picor. A diferencia de las de otro tipo de insectos, las de las pulgas producen una hinchazón algo menor.
En este caso, el tipo de picaduras son de pequeño tamaño y se manifiestan en forma de pequeñas manchas rojas. Generalmente, las zonas más habituales donde pican las pulgas son los pies o la parte baja de las piernas.
Mosquitos
Los expertos calculan que existen alrededor de 3.500 especies de mosquitos alrededor del mundo. Se trata de uno de los insectos más comunes por lo que nunca faltan durante la temporada de verano.
Son las hembras las que pican, especialmente en la tarde o la noche, produciendo unas picaduras características por la hinchazón y rojez en la parte afectada. Además, como consecuencia de la saliva que desprenden los mosquitos en el momento de la succión de la sangre, producen en nuestra piel ese picor tan característico.
Mosca negra
Los simúlidos, conocidos popularmente como moscas negras, son familia de los insectos nematóceros (o mosquitos) de tamaño pequeño y de un color oscuro. A diferencia de los mosquitos, tienen el cuerpo algo más grueso, alas anchas y patas cortas.
Hay un motivo que hace confundamos a la mosca negra con los mosquitos, y es la picadura. Su picadura, o más bien mordedura, provoca un dolor bastante molesto sobre la piel. Se caracteriza por tener un punto interior con sangre, al haberse producido la succión por parte del insecto, así como por una importante inflamación e irritación alrededor de la zona afectada. Los efectos de la picadura pueden perdurar desde unas horas hasta varios días. Además, es especialmente peligroso para aquellas personas que sean sensibles a las picaduras ya que los síntomas pueden empeorarse dando lugar a otro tipo de reacciones.
Mantener fuertes medidas de higiene y saneamiento en los espacios públicos es vital para salvaguardar la salud de las personas, especialmente en épocas como el verano. Aunque existe gran variedad de insecticidas o productos domésticos en el mercado para acabar con parásitos de este tipo, lo más eficaz para evitar el contagio de enfermedades a causa de picaduras de pulgas, garrapatas o chinches es contar con empresas especializadas en Higiene Ambiental como Rentokil.
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