Muchos nuevos padres saben que es difícil conseguir una buena noche para dormir. Lo que los nuevos padres probablemente no sepan es un infante llorón puede causar cambios en la testosterona en algunos hombres, lo cual es algo bueno. Menos testosterona puede hacer que sean más empáticos y menos agresivo, dando como resultado un mejor padre.
Esta nueva información de cambios hormonales en hombres proviene de un estudio que Brenda Volling condujo junto a Patty Kuo de la Universidad de Michigan. Sirve como ventana a los hombres que son padres, y podría ayudarlos a ser mejores padres.
Ellas encontraron que cuando los padres se describieron a sí mismos como empáticos y cuando reportaron tener una relación amorosa con la madre del infante, estos eran padres más sensibles.
Tabla de Contenidos
¿Qué hay del enlace hormonal?
Aunque los hombres que tienen hijos a menudo tienen niveles más bajos de testosterona que los hombres que no tienen hijos, estudios previos no siempre fueron exitosos al encontrar un vínculo entre la involucración directa de los padres con sus hijos y sus niveles de testosterona.
Se sabía que los hombres experimentaron un declive en la testosterona y reportaron más simpatía al infante al escucharlo llorar. Pero Brenda y su colega se preguntaron si los padres tendrían una respuesta similar si tuviesen que interactuar con sus propios hijos angustiados.
Para hacer eso, usaron un paradigma común de investigación en el campo para evaluar la relación de adhesión del infante con sus padres, llamada “Situación Extraña”. Los padres fueron separados de sus hijos por intervalos de 3 minutos y luego los reunían, los infantes a menudo se veían alterados durante la breve separación y buscaron el confort de su padre una vez reunidos.
Después de todo, les pidieron a los padres que interactuaran con sus hijos por 15 minutos y que les enseñaran a hacer unas cosas difíciles. Entonces observaron cuan sensibles e intrusivos eran al interactuar con sus hijos. También recolectaron saliva de los hombres antes de la visita, después de los episodios de separación y después del momento de enseñanza para medir sus niveles de testosterona y así ver cómo habían cambiado con el tiempo.
Cuando los padres experimentaron un mayor declive en su testosterona después de las separaciones con su “bebé llorón”, ellos fueron más sensibles en las tareas de enseñanza.
En el proceso, ellas descubrieron otra pista para promover una buena crianza, ya que estudios previos han mostrado que una crianza sensible y responsiva está vinculada al desarrollo social, emocional y cognitivo de los niños. Estos hallazgos tienen implicaciones importantes para desarrollar intervenciones para ayudar a los padres en el cuidado de sus hijos porque sabemos cómo ayudar a los padres a lidiar con las angustias de sus hijos.
¿Por qué? El incremento en la testosterona en respuesta a un bebé que llora mucho combinado con la inhabilidad de calmar al bebé puede causar tendencias agresivas que ponen al niño en riesgo de maltrato.
Basándose en el estudio, las investigadoras creen que la empatía de los padres y el declive del nivel de testosterona dio forma a cómo ellos respondieron. Por ejemplo, si los padres interpretan el lloro de un infante como comunicación de angustia y simpatizan con el infante, ellos experimentaran una disminución en los niveles de testosterona. Esto, sucesivamente, da como resultado una respuesta de educación.
Cuando los padres calman, también se sienten bien
Otro estudio conducido por Brenda junto a su colega Carolyn Dayton en la Universidad del Estado de Wayne mostró que los padres a menudo usaron menos estrategias que las madres para calmar a sus hijos (abrazarlos, mecerlos) cuando lloraron en el primer año después del nacimiento del niño.
No saben si esto es porque los padres están menos involucrados que las madres en el cuidado del niño, o si los padres no tienen muchas estrategias en su repertorio porque no han aprendido que hacer en esos casos. Aquí es donde profesionales de salud podrían ofrecer asistencia y enseñar tanto a madres y padres técnicas efectivas para calmar a sus hijos.
Cuando los padres estuvieron más involucrados y compartían más con su pareja la responsabilidad de calmar a sus bebés, los padres se sintieron más efectivos como padres. Estos hallazgos sugieren que los padres involucrados que son capaces de calmar efectivamente a sus hijos contribuyen al bienestar general de sus familias.
Los cambios hormonales comienzan en el embarazo – para los hombres
Las mujeres se someten a una serie de cambios durante el embarazo, incluyendo el aumento de peso, ansias por ciertas comidas y una disminución en la energía. Para los hombres, sin embargo, la transición es más sutil, e investigaciones previas han mostrado que la mayoría de los cambios ocurren después del nacimiento del niño.
Un estudio de la Universidad de Michigan liderado por el psicólogo Robin Eldestein revela que los hombres experimentan cambios hormonales incluso antes de volverse padres. Estos cambios podrían ser una función de cambios psicológicos que los hombres experimentan mientras se preparan para ser padres, cambios en sus relaciones románticas o incluso cambios físicos que experimentan junto con su pareja embarazada.
Sin embargo, los cambios hormonales de los padres podrían tener implicaciones importantes para el comportamiento paternal una vez nazcan sus hijos. Como parte de este estudio, investigadores de la Universidad de Michigan examinaron muestras de saliva de 29 parejas que estaban esperando a su primer hijo. Los investigadores testearon cuatro hormonas prenatales, incluyendo la testosterona, en cuatro momentos diferentes (12, 20, 28 y 36 semanas) a lo largo del embarazo para medir cualquier cambio posible.
Los hombres que mostraron mayores declives en los niveles de testosterona reportaron comportamientos menos hostiles con su hijo, y sus parejas reportaron que habían ayudado en la casa de manera más regular. Mientras tanto, las mujeres mostraron incrementos en las cuatro hormonas prenatales, lo cual coincide con investigaciones previas de futuras madres.
Los hombres, sin embargo, empezaron a experimentar un cambio en la testosterona meses antes de entrar en la sala de parto, lo cual pudo haber tenido implicaciones importantes para el desarrollo de sus hijos después del nacimiento.
Se necesitan más investigaciones para corroborar esto. Sin embargo, ahora mismo, los hallazgos de estos varios estudios indican que cambios biológicos ya están sucediendo en los hombres mientras se preparan para la paternidad. Los hallazgos también muestran que claramente son capaces de calmar y cuidar a sus hijos en casos de angustias – como el lloro constante.
En adición, mostraron que los padres empáticos en relaciones amorosas con sus parejas que también experimentan declives en la testosterona en respuesta a sus bebés angustiados, proveen a los niños un cuidado que refuerza el desarrollo social, cognitivo, y emocional de los niños.
Las mujeres pasan más horas en el cuidado del niño que los hombres, pero una acumulación de estudios en los últimos 40 años claramente han documentado el rol de los padres en el desarrollo y salud de los niños y el veredicto es que es de gran importancia.
Los padres sí importan en la vida de sus hijos. Su cuidado y crianza, sus instrucciones y enseñanzas, así como también el soporte financiero, la influencia sobre la salud emocional del niño, la competencia social y el desarrollo cognitivo.
Fuente/Relacionado:
Durante la paternidad el llanto de un bebé produce reducciones sobre la testosterna
Deja una respuesta