La revisión de la vista de forma periódica es esencial para mantener una buena salud ocular y optimizar la calidad de vida en cualquier etapa de la vida. No obstante, tal y como indican expertos como General Optica, muchos españoles descuidan sus exámenes visuales, a pesar de que este simple hábito puede prevenir y solucionar diversos problemas relacionados con la visión.
Hay muchas dudas acerca de la revisión de la vista y en este artículo trataremos extensamente este tema desde diferentes líneas. Para empezar, explicaremos cuándo hay que realizar una revisión de la vista según la edad. Posteriormente, informaremos sobre las ventajas que existen cuando acudimos a los expertos para llevar a cabo este proceso y, finalmente, explica daremos respuestas a las diferentes incertidumbres que rodean a cada análisis. Sirva como primera clave que los exámenes oculares no solo se centran en identificar si una persona necesita gafas o lentillas, sino también en proteger la salud ocular a largo plazo y adaptarse a las necesidades cambiantes de la vista.
Tabla de Contenidos
Cuándo conviene realizar una revisión de la vista (según la edad)
Las necesidades visuales cambian a lo largo de la vida, por lo que General Optica recomienda hacer una revisión de la vista de forma periódica, teniendo en cuenta la edad:
- De 6 a 12 meses: Es recomendable una revisión inicial en el primer año de vida si se observa que el bebé desvía los ojos o si hay antecedentes familiares de problemas oculares. También puede realizarse una revisión ocular si el pediatra detecta alguna anomalía.
- De 1 a 2 años: A esta edad, un óptico puede evaluar el alineamiento ocular y detectar problemas de refracción, como miopía o hipermetropía, que podrían afectar el desarrollo visual. A los 18 meses, es posible hacer una revisión más exhaustiva del fondo de ojo mediante la dilatación de la pupila.
- De 3 a 4 años: Realizar una revisión visual en esta etapa es esencial para evaluar la agudeza visual y detectar posibles problemas como el ojo vago, que es más fácil de corregir antes de los 5 años. También es posible identificar si el niño necesita gafas para corregir miopía, hipermetropía o astigmatismo.
- De 6 a 15 años: Durante esta fase de crecimiento, es fundamental que los ojos funcionen de manera equilibrada para evitar problemas de aprendizaje. Las revisiones en esta etapa permiten evaluar la visión de cerca y de lejos y aseguran que el niño no presente problemas que puedan afectar su desempeño escolar.
- De 16 a 40 años: Esta es una etapa en la que la demanda visual es elevada debido a los estudios, el trabajo y el uso de dispositivos digitales. Una revisión personalizada permite realizar pruebas de rendimiento visual y controlar síntomas como la fatiga ocular o la visión borrosa, causados por el esfuerzo visual prolongado.
- De 41 a 65 años: A medida que se acerca la edad madura, se producen cambios visuales como la presbicia o vista cansada, que dificultan la lectura y otras tareas cercanas. En esta etapa, es importante actualizar la graduación periódicamente y controlar posibles enfermedades relacionadas con la edad, como el glaucoma y las cataratas.
- A partir de los 65 años: En la tercera edad, cuidar la visión es clave para mantener la independencia y la calidad de vida. Las revisiones regulares en esta etapa ayudan a detectar y tratar enfermedades oculares como la degeneración macular, cataratas y retinopatía diabética, así como a ajustar la graduación para compensar cambios en la visión.
Beneficios clave de realizar una revisión visual periódica
- Detección temprana de problemas visuales comunes
- Las revisiones visuales permiten detectar y corregir problemas como la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo o la presbicia. Detectarlos temprano permite tratarlos antes de que afecten la calidad de vida de una persona. La mayoría de estos problemas pueden corregirse fácilmente con gafas o lentillas y mejoran considerablemente la calidad de visión y el confort visual.
- Mantenimiento de la salud ocular a largo plazo
- Además de identificar problemas de visión, una revisión ocular periódica es esencial para mantener una salud ocular óptima. Al detectar problemas en sus etapas iniciales, como el glaucoma, la degeneración macular o las cataratas, es posible tratar y controlar la afección antes de que cause una pérdida significativa de visión. Los ópticos pueden identificar signos tempranos de enfermedades oculares que no presentan síntomas iniciales visibles.
- Revisión y actualización de gafas y lentillas
- La visión cambia con el tiempo, incluso si la persona no lo percibe de inmediato. Revisar la vista de forma periódica permite ajustar la graduación de gafas o lentillas en caso de que haya cambios, asegurando siempre una visión óptima y una mayor comodidad. Esto también ayuda a evitar la fatiga visual y el riesgo de dolores de cabeza relacionados con el uso de una graduación incorrecta.
- Prevención de problemas de aprendizaje en niños
- Los problemas de visión no diagnosticados en niños pueden afectar significativamente su rendimiento académico y desarrollo. Los niños a menudo no son conscientes de que su visión es deficiente, por lo que las revisiones visuales ayudan a identificar cualquier problema temprano. Detectar condiciones como el ojo vago (ambliopía) o el estrabismo en la niñez permite un tratamiento temprano y una mejora en el rendimiento escolar.
- Conducción segura
- Una buena visión es fundamental para conducir de forma segura. Los exámenes visuales ayudan a identificar cualquier problema que pueda afectar la capacidad de ver claramente la carretera, la señalización y otros vehículos. Los ópticos también pueden evaluar si se requiere una graduación especial para la conducción nocturna, una situación en la que muchas personas experimentan dificultades.
- Mitigación de problemas derivados del uso de dispositivos electrónicos
- Las largas horas frente a pantallas pueden causar fatiga ocular, sequedad y molestias en los ojos. Los ópticos pueden ofrecer recomendaciones sobre el cuidado ocular y soluciones como el uso de lentes con filtro de luz azul, descansos visuales y prácticas saludables para reducir el impacto negativo del uso de dispositivos electrónicos.
7 preguntas frecuentes sobre las revisiones visuales
- ¿Cada cuánto tiempo debo realizarme una revisión visual?
Lo ideal es hacerse una revisión anual, incluso si no se tienen síntomas de problemas visuales. Esta frecuencia permite detectar cualquier cambio de visión o problema ocular de manera temprana. - ¿Es dolorosa una revisión visual?
Las revisiones visuales no son dolorosas. Las pruebas son sencillas e indoloras, aunque algunas personas pueden sentir incomodidad temporal si es necesario dilatar la pupila. - ¿Es común dilatar las pupilas?
La dilatación de la pupila solo se realiza en casos específicos para examinar el fondo de ojo. Puede causar visión borrosa y sensibilidad a la luz temporalmente, pero los efectos desaparecen en unas horas. - ¿Puedo usar lentillas durante la revisión?
Se puede acudir con lentillas, pero el óptico puede solicitar quitarlas para realizar ciertas pruebas. Es importante informar al óptico de que se están usando lentillas. - ¿Cuánto dura una revisión visual?
La duración de una revisión visual puede variar según las pruebas necesarias, pero suele durar entre 30 y 60 minutos. - ¿Qué debo llevar a una revisión visual?
Es útil llevar gafas o lentillas (si se usan), un historial médico con cualquier medicamento que se esté tomando y una lista de preguntas o síntomas específicos para discutir con el óptico. - ¿Cuándo se necesitan gafas?
Síntomas como visión borrosa, fatiga ocular o dolores de cabeza pueden indicar la necesidad de gafas. Sin embargo, la única manera de saberlo con seguridad es mediante una revisión profesional.
Deja una respuesta