Los semiconductores o chips es uno de los componentes más utilizados a nivel industrial debido al impacto tecnológico y a la conectividad que están adquiriendo muchos productos y servicios. Antes muy utilizados en el ámbito informático, hoy los semiconductores también se emplean para la fabricación de coches, teléfonos móviles, tabletas, electrodomésticos y un sinfín de ejemplos ligados a la conectividad.
Es por ello que la tecnología 5G puede suponer un producto muy estratégico para los países, puesto que casi todo va a necesitar de semiconductores para funcionar correctamente. No en vano, en la lista de productos más vendidos cada año, los semiconductores empiezan a ganar posiciones importantes en el top 20.
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¿Qué son los semiconductores?
La definición de semiconductores se refiere a aquellos materiales químicos que son capaces de actuar como conductores eléctricos o aislantes, según sus condiciones físicas. El material más empleado en la fabricación de chips es el silicio, que es el elemento de mayor abundancia en la naturaleza, después del oxígeno. No obstante, también se pueden encontrar semiconductores de germanio y selenio.
El comportamiento eléctrico de un semiconductor se explica porque los electrones libres son portadores de carga negativa y se dirigen hacia el polo positivo de la pila. Por su parte, los huecos son portadores de carga positiva y se dirigen hacia el polo negativo. Por el conducto exterior solo circulan los electrones que dan lugar a la corriente eléctrica.
En cuanto a los tipos de semiconductores, hay que clasificarlos por dos tipos: intrínsecos y extrínsecos. Los primeros están formados por un tipo de átomos y su configuración impide el movimiento libre de electrones salvo que se produzca un aumento de la temperatura. Cuando eso ocurre liberan una carga positiva que atraerá nuevos electrones.
Por su parte, los extrínsecos son los semiconductores que permiten dopaje, esto es, una configuración con impurezas de los que se distinguen semiconductores tipo N (donadores) y tipo P (aceptadores).
La evolución de los semiconductores ha supuesto una revolución en muchas industrias en donde están presentes las telecomunicaciones. El escaso tamaño que tienen, la disminución de sus costes de producción, así como la reducción de energía que aportan les hacen ser indispensables en la actualidad.
Las tres empresas líderes en fabricación de semiconductores
Si bien en años anteriores la oferta de semiconductores estaba bastante repartida, hoy en día existe mucha concentración de empresas que se reparten la mayor parte de la cuota de mercado. La surcoreana Samsung, conocida por sus móviles y electrodomésticos, es la líder de este mercado con unos ingresos que están incrementándose año tras año.
Intel, conocida por sus procesadores, también es un referente como compañía de semiconductores. Entre sus hitos destaca la introducción del primer semiconductor de óxido de metal en el mundo.
La tercera empresa en discordia, aunque está considerada como el gran fabricante mundial de chips es la taiwanesa TSMC, uno de los proveedores para las grandes empresas tecnológicas del momento.
En Europa, destaca el caso de Bosch, empresa que precisamente ha inaugurado en Dresde una de las fábricas de obleas más modernas del mundo. “Los semiconductores contribuirán al desarrollo de industrias como la del transporte, la fabricación, la energía limpia y la atención médica, donde Europa destaca. Ayudará a fortalecer la competitividad de Europa como cuna de innovaciones de vanguardia”, ha dicho Margrethe Vestager, vicepresidenta de la Comisión Europea, en la inauguración de la planta.
“Para Bosch, los semiconductores son una tecnología clave y estratégicamente es importante desarrollarlos y fabricarlos nosotros mismos. En Dresde, con la ayuda de la inteligencia artificial, llevaremos la fabricación de semiconductores al siguiente nivel”
Volkmar Denner, presidente del Consejo de Administración de Robert Bosch GmbH.
Semiconductores: crisis y cuestión geopolítica
Cuando nos encontramos ante componentes tan esenciales, una crisis o un problema de suministro suele derivar en crisis industriales. Es lo que está ocurriendo durante la crisis del coronavirus en el mundo.
Con la paralización de las cadenas de suministro se cortaron las actividades de muchas industrias como de la electrónica como la fabricación de automóviles o los ordenadores. De hecho, muchos tienen muchos problemas para conseguir un pc con la tarjeta gráfica deseada. Las mismas marcas de automóviles han parado la producción de modelos hasta esperar una recuperación de esta crisis que es de oferta, no de demanda.
La era tecnológica avanza tan deprisa que ha terminado de atropellar a los fabricantes, que ahora se afanan en nuevos planes de inversión para fabricaciones más rápidas e inteligentes. Eso mismo es lo que ha hecho Bosch con su apertura en Dresde.
TSMG, Intel y Samsung están invirtiendo en productos más innovadores para resolver los problemas de suministro en el futuro. Pero todo está en transición. Según dicen los expertos, la crisis de los semiconductores no se resolverá hasta el año 2023.
Todo esto golpea a la geopolítica porque muchas de las tecnologías de china necesitan de chips estadounidenses. A partir de aquí se puede uno imaginar que los semiconductores han sido fuente de conflicto entre estos dos países porque ambos están enfrentados en una batalla tecnológica muy importante.
La falta y escasez de semiconductores en la actualidad se traslada también al usuario final no solo en términos de entrega de productos, sino en costes. Para minimizar las pérdidas, las marcas podrían encarecer sus productos entre un 1% y un 3%.
Conclusión
Sin darnos cuenta, el mundo ha entrado en una dependencia muy severa de los chips o semiconductores. Un problema de suministro tiene profundas ramificaciones económicas y puede llegar a afectar a muchas empresas industriales.
Los fabricantes están invirtiendo grandes sumas para evitar problemas de producción y suministro en el futuro, pero hasta que llegue las factorías pasará un tiempo que afectará a consumidores y pequeños negocios. Son pequeños, pero los semiconductores son el motor del progreso. El valor de la microelectrónica ha ido creciendo cada año y posiblemente el usuario final no conoce toda la evolución. Sin embargo, se dará cuenta cuando su proveedor de confianza no disponga de ordenadores que venderle.
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