La era dorada de los antibióticos dio un poco la vuelta al asunto, el mayor número de muertes que ocurrían por infecciones ahora ocurren por cáncer y enfermedades cardiovasculares. Actualmente, aún podemos tratar la mayoría de las infecciones, no todas, ya que solo unas pocas son resistentes a lo que es actualmente la última línea de antibióticos – la colistina. Pero la historia nos muestra que esto cambiará, y la resistencia a la colistina ya está creciendo en China y en Estados Unidos.
Si bien se apremian los nuevos estudios para combatir la resistencia, los agricultores están siendo atacados por el sobreuso de antibióticos en ganado, así como también los doctores por prescripciones innecesarias y se critica a las compañías farmacéuticas por una falta de inversión.
Mientras tanto, son raros, o hasta inexistentes, los descubrimientos de nuevos antibióticos y no vemos nuevos métodos que puedan dar un respiro. Algunos creen que la tecnología – o incluso el uso de viejos tratamientos – podría salvarnos. Otros ya están en el plan de que tenemos qué hacer ahora para salvarnos a nosotros mismos.
Es verdad, aún no estamos en la era pos-antibiótico, pero, ¿Cómo sería el mundo si no existieran los antibióticos? Solo tenemos que retroceder 70 años, antes de la “era dorada” de los antibióticos, para experimentar como las enfermedades infecciosas eran la causa predominante de muertes humanas. Estas enfermedades aún nos rodean y algunas son más virulentas – complicadas por múltiples resistencias a antibióticos, las cuales evolucionaron por muchos factores, pero en su mayoría causadas por nuestro sobreuso.
Sin embargo, la sociedad también ha cambiado desde los días antes de los antibióticos. Ahora muchas personas vivimos más cerca uno del otro debido al crecimiento de las ciudades y las personas migran desde las áreas rurales. Más gente vive en una sociedad más limpia la cual, irónicamente, algunos dicen que los hacen más vulnerables a enfermedades.
Nuevas enfermedades (y algunas que han re-emergido) han tenido un impacto significante en décadas pasadas. La enfermedad del legionario, la enfermedad de lyme y la leptospirosis, inevitablemente se volverán más resistentes a los antibióticos con el tiempo.
Sin los antibióticos, algunas enfermedades antiguas y establecidas comenzaran a volver como asesinos silenciosos. La tuberculosis, aumentará sin medida. La neumonía se volverá una vez más un asesino en masa, particularmente entre las personas mayores – y quizás todos los demás.
Las cirugías de trasplante se volverían virtualmente imposibles ya que las drogas de inmunosupresión que son esenciales para que nuestros cuerpos acepten los trasplantes nos dejan incapaces de combatir las infecciones sin antibióticos. Incluso la operación para remover la apéndice seria peligrosa una vez más, ya que todas las operaciones se vuelven peligrosas si la septicemia toma el control sin obstáculos.
Resistencia tenaz
Irónicamente, no nos preocuparíamos más por la resistencia a los antibióticos – no se prescribirían antibióticos porque no funcionarían. Es una base del argumento en contra de la resistencia que el uso de menos antibióticos reducirán la resistencia.
Pero si imagináramos que quitar por completo los antibióticos también quitaría la resistencia y crearía un mundo donde podamos usarlos de nuevo, estaríamos equivocados.
La resistencia no desaparecería por completo ya que un pequeño reservorio de genes seria mantenido en una población natural bacteriana. Solo cuando fuese seguro usar de nuevo los antibióticos, la resistencia volvería, pero probablemente a un índice menor. El suelo, el agua, el medio ambiente como un todo siempre permanecerá como un reservorio para la resistencia, lista para expandirse y hacer que nuestros antibióticos sean inefectivos de nuevo.
Distopía pos-antibiótica
Entonces, ¿Cómo cambiaría la sociedad en una era pos-antibiótica? ¿Aun saludaríamos a las personas con un abrazo o un apretón de manos, o mantendríamos la distancia y los veríamos con suspicacia? ¿Usaríamos el tren, el bus o el auto? ¿Usaríamos mascaras o desarrollaríamos trajes de contención? Estas y muchas otras preguntas se hacen presentes.
Los sentimientos del fisiólogo Kevin Fong resuenan:
«Si estamos para evitar que la era pre-antibiótica vuelva con su exceso de mortalidad debemos ser fuertes. Malgastar la ventaja que recientemente hemos ganado en contra de los microorganismos en la lucha por la vida sería impensable».
Una comprensión global lenta pero segura está emergiendo. Los gobiernos nacionales están empezando a buscar soluciones, pero también tienen que balancear sus energías en contra de otras amenazas como el virus Zika. Independientemente, de los gobiernos y los ciudadanos, nos tenemos que dar cuenta.
Y tú, ¿Cómo te imaginas un mundo sin antibióticos? ¿Cuáles crees que serían las consecuencias?
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