¿Crees que la maquina donde lees esta historia, ahora mismo tiene un sentimiento de “como es” estar en su estado?
La consciencia puede emerger de una clase particular de procesamiento de información.
¿Qué hay de un perro? ¿Tiene un sentido de cómo es estar en su estado? Puede ser prudente prestar atención, y parece tener una experiencia subjetiva única, pero ¿Qué separa ambos casos?
Estas no son simples preguntas. Cómo y por qué circunstancias particulares pueden dar lugar a nuestra experiencia de consciencia mantener una de las preguntas más desafiantes de nuestro tiempo.
Bebés recién nacidos, pacientes con daños cerebrales, maquinas complicadas y los animales pueden mostrar señales de consciencia. Sin embargo, el grado de naturaleza de su experiencia se mantiene como un semillero de investigación intelectual.
Ser capaz de cuantificar la consciencia iría más allá de responder algunos de estos problemas. Desde la perspectiva médica, cualquier teoría que pueda servir a este propósito necesita además ser capaz de representar porque ciertas áreas del cerebro aparecen críticas a la consciencia, y porque el daño o la eliminación de otras regiones parecen tener poco impacto relativo.
Una teoría ha ganado apoyo en la comunidad científica. Se llama Teoría de la Información Integrada (TII), y fue propuesta en el 2008 por Guilio Tononi, un neuro científico estadounidense.
Además tiene otra implicación sorprendente: la consciencia puede, en principio, ser encontrada donde sea que exista la clase correcta de procesamiento de información, sea en una computadora o en el cerebro.
Información y Consciencia
La teoría dice que un sistema físico puede dar lugar a la consciencia si se cumplen dos postulados físicos.
El primero es que el sistema físico debe ser muy rico en información.
Si un sistema es consciente de un gran número de cosas, como cada cuadro de imagen en una película, pero si cada cuadro de imagen es claramente distinto, entonces diríamos que la experiencia de consciencia está altamente diferenciada.
Tu cerebro y tu disco duro son capaces de contener esa información altamente diferenciada. Pero uno es consciente y el otro no lo es.
Entonces, ¿Cuál es la diferencia entre tu disco duro y tu cerebro? Para uno, el cerebro humano está además altamente integrado. Existen billones de cruces de enlaces entre entradas individuales que exceden por lejos cualquier computadora de la actualidad.
Esto nos trae un segundo postulado, el cual es que para que la consciencia emerja, el sistema físico debe además estar altamente integrado.
Cual sea la información de la que estés consciente está completamente presentada a tu mente. Así que eres incapaz de segregar los cuadros de imagen de una película en una serie de imágenes estáticas. Ni puedes aislar completamente la información que recibes de cada uno de tus sentidos.
La implicación es que la integración es una medida de que diferencia nuestro cerebro de otros sistemas altamente complejos.
Información Integrada y El Cerebro
Matemáticamente hablando, la TII intenta generar un solo número como medida de esta información integrada, conocida como phi (Φ, se pronuncia “fi”).
Algo con un phi bajo, como un disco duro, no será consciente. Mientras que algo con un phi suficientemente alto, como el cerebro de un mamífero, si lo será.
Lo que hace interesante el phi es que un número de sus predicciones puede ser probado empíricamente: si la consciencia corresponde a la cantidad de información integrada en un sistema, entonces medir el phi aproximado debería diferir durante estados alterados de consciencia.
Recientemente, un equipo de investigadores desarrollaron un instrumento capaz de medir una cantidad relativa de información integrada en el cerebro humano, y se probó esta idea.
Usaron pulsaciones electromagnéticas para estimular el cerebro, y fueron capaces de distinguir cerebros despiertos y anestesiados desde la complejidad de la actividad neural resultante.
La misma medida fue incluso capaz de discriminar entre pacientes en estado vegetativo con cerebro lesionado comparado a estados con un grado mínimo de consciencia.
La TII además predice porque el cerebelo, un área al frente del cerebro humano, parece contribuir poco a la consciencia. A pesar de eso, este contiene cuatro veces más neuronas que el resto de la corteza cerebral, lo cual aparece estar en el lugar de la consciencia.
El cerebelo tiene una estructura cristalina de neuronas, así que la TII sugeriría que esta área es rica en información, o altamente diferenciada, pero falla el segundo requisito de la TII de integración.
Aunque queda mucho más trabajo por hacer, algunas implicaciones sorprendentes se mantienen para esta teoría de consciencia.
Si la consciencia es ciertamente una característica emergente de una red altamente integrada, como la TII sugiere, entonces probablemente todos los sistemas complejos – ciertamente todas las criaturas con cerebro – tienen alguna forma mínima de consciencia.
Por consiguiente, si la consciencia es definida por la cantidad de información integrada en un sistema, entonces quizás nos debamos alejar de cualquier forma humana excepcionalista que afirme que la consciencia es exclusiva para nosotros.
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