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Definición principal
«La bulimia es un desorden alimenticio serio, en el que la persona come de forma impulsiva y después intenta compensar este comportamiento con ejercicio en exceso o la acción de purgarse, (vomitando y/o utilizando laxantes).»
¿Qué es la bulimia nerviosa?
Una persona con bulimia nerviosa come compulsivamente, sintiéndose fuera de control. Estos atracones involucran comer grandes cantidades de productos con un contenido calórico muy elevado, en un período de tiempo muy corto. Cuando esta conducta comienza, es muy difícil pararla. Algunos pacientes dicen consumir la comida de una forma tan rápida que ni si quiera la pueden saborear.
Durante un atracón el individuo puede consumir hasta 3.000 calorías – en algunos casos muchas más.
A este episodio le sigue un sentimiento de culpa y vergüenza, que genera acciones compensatorias, como pueden ser inducirse el vómito, realizar ejercicio en exceso, no comer, e incluso utilizar diuréticos, enemas o laxantes. De acuerdo con los datos del Hospital Infantil de Boston, se cree que entre el 1% y el 5% de adolescentes y del 1,1% al 4.2% de mujeres, en los Estados Unidos, padecen bulimia nerviosa.
Causas de la bulimia nerviosa
Los científicos y expertos no están seguros de las causas exactas de la anorexia nerviosa. Sin embargo, todos están de acuerdo con que es el resultado de la combinación de factores medioambientales y genéticos.
Genéticas
Al parecer, los investigadores consideran que las personas con una historia familiar en la que han existido desórdenes alimenticios, tienen un mayor riesgo de desarrollar bulimia nerviosa. La Asociación Americana de Psiquiatría comenta de que a pesar de que la herencia familiar es un factor de riesgo, mucha gente sin antecedentes suele desarrollar este trastorno.
Sufrir bullying
Los niños que han sufrido bullying en el colegio tienen una probabilidad mayor de desarrollar bulimia, comparado con respecto al resto de niños.
Víctimas de abuso
Las personas que han sufrido acoso sexual o físico tienen una probabilidad mayor de padecer este trastorno.
Eventos estresantes o traumáticos
Los niños que han sufrido divorcios, han tenido que dejar su hogar, han sufrido un dolor o algún evento estresante, se cree que pueden desarrollar esta enfermedad.
Tener problemas mentales
Se asocia frecuentemente la bulimia con otros problemas psicológicos, como los desórdenes de personalidad, el desorden de estrés post-traumático, el desorden obsesivo-compulsivo y la depresión.
Factores culturales
Algunas personas creen que los individuos susceptibles, que son expuestos a los medios de comunicación, a las modelos y a las fotografías de mujeres delgadas y bellas, pueden ser más propensos a desarrollar desórdenes alimenticios. Sin embargo, los estudios han proporcionado resultados contradictorios con respecto a este factor.
Hormonas
La mayoría de casos de desórdenes alimenticios suelen coincidir con la pubertad de los pacientes. Un periodo de vida caracterizado por cambios hormonales grandes. Según los expertos, este puede ser un claro factor desencadenante. Científicos del Instituto suizo de Karolinska sugieren que el 30% de las mujeres con bulimia nerviosa pueden sufrir un desequilibrio en las hormonas sexuales.
Baja autoestima
Después de someterse a tratamiento, muchos pacientes confiesan haber tenido malas opiniones de sí mismos, por lo que veían en los comportamientos bulímicos una forma de mejorar su propia percepción.
Deportes competitivos
El doctor Alan Currie explica en su investigación, que hay una fuerte relación entre los desórdenes alimenticios y los deportes comunes. Especialmente aquellos en los que se tiene en cuenta el peso como en los eventos de salto, resistencia y estética.
Signos y síntomas de la bulimia nerviosa
A diferencia de la anorexia nerviosa, los pacientes con bulimia pueden presentar bajo peso, un peso normal, sobrepeso o, en algunos casos, obesidad. Los síntomas principales de la bulimia nerviosa son los atracones de comida y la purga, creando un ciclo de culpabilidad:
Atracones
Durante los atracones se ingieren enormes cantidades de comida, con alto contenido calórico. Los pacientes pueden no tener hambre o necesidad de comer. Inicialmente, se realiza como una forma de escape ante los problemas emocionales, pero rápidamente se convierte en una obsesión que el paciente es incapaz de controlar. Esta falta de control puede ser sentida por el propio individuo.
La diferencia entre un atracón en una persona bulímica y otro individuo sin enfermedad, es la frecuencia. La persona afectada lo realiza de forma regular, una y otra vez. Estos episodios pueden ser planeados; el paciente va a la tienda a comprar comida específica para su atracón. O pueden ser espontáneos.
Purga
Al acabar el episodio del atracón el paciente se siente culpable, triste, apenado y arrepentido. Al mismo tiempo siente un terrible miedo a engordar o ganar más peso.
El paciente intenta escapar de este miedo y del resto de emociones a través de la purga. La purgación consiste en autoinducirse el vómito, tomar laxantes, diuréticos y/o enemas. También pueden conducir a hacer dieta, pasar por largos periodos de ayuno, tomar anfetaminas u otro tipo de substancias ilegales, y hacer ejercicio en exceso.
Un ciclo vicioso de culpabilidad
Debido a la baja autoestima y al sentimiento de sobrepeso (a pesar de tener un cuerpo normal o cerca de lo normal), el paciente se marca unas normas severas y estrictas con respecto a la comida y al ejercicio.
Estas pautas son imposibles de mantener en el tiempo. Por esto, la persona falla constantemente y recae en continuos atracones comiendo todo lo que no se permite en la fase de purgación. Después de este episodio, vuelve a sentirse culpable, volviendo a las normas estrictas, y así continuamente.
Los síntomas y signos más comunes en pacientes con bulimia nerviosa son: el peso corporal siempre está cambiando, obsesión por la comida y el acto de comer, grandes recursos (dinero) dedicados a la comida, después de comer el paciente desaparece (en la mayoría de los casos al baño, para inducirse el vómito), episodios de atracones, periodos de ingesta restringida, ejercicio compulsivo, los signos de Russell (marcas en los nudillos por empujar los dedos hasta la garganta y frotarlos contra los dientes), depresión, ansiedad, inflamación de la garganta…
Tratamiento para la bulimia nerviosa: opciones
El tratamiento ideal para la bulimia nerviosa debe consistir en una combinación de psicoterapia, terapia familiar, consejo nutricional y medicación.
La participación del paciente así como el reconocimiento de su enfermedad psicológica es fundamental para que el tratamiento sea efectivo. Algunos pacientes pueden resistirse al tratamiento, mientras que otros pueden fluctuar en diferentes niveles de cooperación. Como el tratamiento es a largo plazo, existe la probabilidad de que acontecimientos estresantes desencadenen recaídas.
Idealmente, el tratamiento debe involucrar:
- Al paciente
- A la familia del paciente
- A un médico de atención primaria u otro profesional del sistema sanitario
- Un profesional de la salud mental
- Un dietista especializado en desórdenes alimenticios
Psicoterapia
La terapia individual se focaliza en cambiar la forma en la que el paciente piensa (terapia cognitiva) y en cambiar la forma en la que se comporta (terapia comportamental). El objetivo es ayudar al paciente a desarrollar actitudes realistas y saludables hacia su peso corporal y la comida, así como saber afrontar las situaciones difíciles y estresantes, de forma efectiva.
El apoyo por parte de la familia y de los miembros más cercanos, así como de los amigos, es el componente clave para conseguir la efectividad del tratamiento a largo plazo. La familia del paciente necesita comprender qué es la bulimia nerviosa y cómo identificar de forma rápida los signos y síntomas. Se ha probado que la terapia familiar ayuda a los pacientes a sentirse mejor.
De acuerdo con la Asociación de Psicología Americana, la terapia cognitiva-conductual y la psicoterapia interpersonal pueden ayudar a los pacientes a parar de tomar atracones y de purgarse.
La terapia interpersonal se concentra en los roles sociales y en las relaciones. El terapeuta ayuda a los pacientes a evaluar ciertas áreas que causan problemas en su vida, como pueden ser conflictos con amigos o familiares. El objetivo es mejorar estas relaciones. La terapia interpersonal suele durar entre dos y cuatro meses.
Medicación
La medicación más conocida para tratar la bulimia es la fluoxetina (Prozac). Es un tipo de inhibidor de la recaptación de serotonina, un medicamento utilizado también en el tratamiento de la depresión. Los pacientes con bulimia nerviosa que sientan depresión pueden beneficiarse con este tratamiento.
Consejo nutricional
La Guía Familiar sobre la Salud de la Escuela de Medicina de Harvard comenta que el consejo nutricional puede ayudar al paciente a romper el ciclo vicioso de atracones y conductas compensatorias.
Hospitalización
El tratamiento hospitalario suele ser raro en pacientes con bulimia nerviosa. A diferencia de otros desórdenes alimenticios, como la anorexia nerviosa, los pacientes no llegan a mostrar una severa pérdida de peso. Sin embargo, los médicos pueden recomendar su hospitalización si consideran que puede estar en riesgo de suicido o de infringirse algún daño.
Fuentes:
http://www.dmedicina.com/enfermedades/psiquiatricas/bulimia.html
http://www.innatia.com/s/c-enfermedad-de-la-bulimia/a-que-es-la-bulimia.html
http://www.misrespuestas.com/que-es-la-bulimia.html
http://www.previsl.com/ver/120/bulimia-nerviosa.html/
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