«El socialismo es una forma de organizar a la sociedad en la que gran parte de las industrias son gobernadas y controladas por el gobierno en vez de por una persona individual o una compañía. En algunos casos, puede ser considerado como un sistema grupal en el que no existe la propiedad privada.»
La palabra socialismo se refiere a un amplio conjunto de sistemas teóricos, históricos y socioeconómicos, que han sido utilizados por muchos movimientos políticos a lo largo de la historia, para describirse a sí mismos y los objetivos perseguidos.
Los socialistas han utilizado este término para referirse a aspectos diferentes, como un sistema económico, un tipo de sociedad, una perspectiva filosófica, un conjunto de valores e ideales morales, o incluso un tipo de carácter humano. Algunas definiciones han sido superfluas, vagas, mientras que otras han sido específicas, incluyendo a una pequeña minoría de cosas que han sido descritas como “socialismo” durante el pasado.
Introducción
¿Realmente tendría sentido que cada persona poseyera todo de forma ecuánime? Por supuesto, algunos bienes son para el consumo personal, en vez de para ser compartidos – como el caso de la ropa, por ejemplo. La gente es “dueña” de ciertas posesiones que no contradicen el principio general de la sociedad basado en la propiedad común.
En la práctica, la propiedad común significaría que cada persona tendría el derecho de participar en las decisiones que se tomen en base a las fuentes o recursos comunes. Es decir, nadie podría tomar un control personal sobre ellos, más allá de sus propias posesiones.
Por lo tanto, el control democrático es fundamental para que el socialismo gane significado. El socialismo existiría en una sociedad en la que cada individuo tendría el derecho de participar en las decisiones sociales que les afectan. Estas decisiones podrían cubrir un amplio rango de cometidos – por ejemplo, un de los tipos de decisión más importante, sería cómo organizar la producción de bienes y servicios.
Jean jaures, politico socialista frances, dando una charla a sus seguidores
La producción bajo el socialismo se dedicaría única y exclusivamente para su uso. Con el conjunto de fuentes técnicas y naturales sostenidas de forma común y, controladas democráticamente, el objeto de producción sería destinado a satisfacer las necesidades humanas. Esto implicaría el fin del comprar y el vender, así como del dinero. En lugar de eso, se podría tomar de forma libre lo que se produjera de manera conjunta. Se podría aplicar el viejo eslogan de “de cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad”.
¿Cómo se decidirían cuáles son las necesidades humanas? Esta cuestión hace que volvamos hacia atrás, al concepto de democracia, donde las elecciones de la sociedad reflejarían sus necesidades. Por supuesto, variarán dependiendo de la cultura en la que nos encontremos y de las preferencias individuales – pero el sistema democrático podría ser diseñado de forma fácil con el objetivo de proporcionar esta gran variedad.
No se puede predecir de forma exacta cómo se desarrollarán los futuros sistemas de gobierno. No obstante, sí se sabe que la democracia ayudará a tomar decisiones aunque tendrá que tener en cuenta diferentes niveles, desde la parte local a la global. Esto podría ayudar claramente a la participación democrática de cada individuo, con respecto a los temas que les interesan y preocupan.
En el socialismo, toda persona tendría libre acceso a los bienes y servicios diseñados, con el objetivo de satisfacer sus necesidades.
De ahí que no exista la necesidad de un sistema de pago por el trabajo de cada uno, ya que se contribuye de forma ecuánime por parte de todos. Todo trabajo se centraría en unas bases voluntarias. La producción para las necesidades significa que todo el mundo sería capaz de comprometerse con su trabajo, logrando la completa utilidad. La satisfacción que esto proporcionaría, así como el incremento de la oportunidad para formar patrones de trabajo y mejorar las condiciones, aportaría unas nuevas actitudes dentro del ámbito laboral.
Tipos de socialismo
Marx y engels, creadores y promulgadores del socialismo cientifico
La clasificación del socialismo se centra en dos corrientes ideológicas principales, a partir de las cuales surgen otros tipos de este sistema de gobierno político.
Socialismo utópico
El socialismo utópico se centró en la difusión de ideas románticas y revolucionarias sobre los métodos de producción. Fue una corriente filosófica consecuencia de la revolución industrial y próxima a la Ilustración, aunque previa al auge marxista del siglo XIX. Durante este sistema se analizó la explotación del hombre por el hombre. Dentro de este tipo de socialismo se clasifica a la democracia social, al cooperativismo y al cristianismo social.
Socialismo científico
Este sistema se inició en el siglo XIX, centrando su interés en el análisis científico de las relaciones de producción, basándose para ello en el materialismo dialéctico. El término de este sistema lo acuñó Friedrich Engels, con el objetivo de diferenciar al socialismo marxista del resto de socialismo que no se centraban en el materialismo histórico. Junto con Karl Marx, identificó al sujeto colectivo de la revolución socialista con el proletariado industrial. Dentro de esta rama del socialismo general, encontramos dos tipos, el socialismo democrático y el socialismo del siglo XXI. (fuente)
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