¿Qué beneficios tiene fomentar el autocuidado en los sistemas de salud?

En este post vamos a hablar del autocuidado, los beneficios que tiene sobre los sistemas de salud y vamos a dar voz a un grupo de expertos que están tratando de impulsar este modelo. Como es sabido, la sanidad pública se encuentra en un punto de saturación y además muchos sanitarios alegan falta de recursos (financieros y de personal) para poder garantizar una atención de calidad a los pacientes.

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¿Qué es el autocuidado?

El autocuidado es definido por la Organización Mundial de la Salud como «la capacidad de individuos, familias y comunidades para promover la salud, prevenir enfermedades, mantener la salud y hacer frente a las enfermedades y discapacidad con o sin el apoyo de un profesional de la salud”.

El estudio “Redefinir el papel del autocuidado en Europa” elaborado por Haleon, líder mundial en Consumer Healthcare y desarrollado por la consultora de ciencias de la vida y sanidad Vintura, admite que el autocuidado es una fuerza oculta y poco promovida en los sistemas de salud. Un grupo de expertos que han participado en esta investigación aportan las claves para profundizar en este enfoque, porque con ello se producirían diversas mejoras tanto para las personas como para el propio sistema. Se concluye que el autocuidado puede generar muchos impactos sanitarios y económicos si se implanta de forma general.

Europa debate sobre el autocuidado

El debate también ha alcanzado instancias instituciones europeas. A principios del mes de marzo de este año, la sede del Parlamento Europeo en Bruselas fue testigo de una mesa redonda en la que se debatieron los resultados de esta investigación. El encuentro fue moderado por el eurodiputado Stelios Kympouropoulos (Partido Popular Europeo, Grecia) y contó con la participación de expertos como Kristine Sorensen, Directora Fundadora de la Global Health Literacy Academy; Ema Paulino, Presidenta de la Asociación Nacional de Farmacia de Portugal; Lieven Annemans, Catedrático de Economía de la Salud de la Universidad de Gante; y Stephan Van den Broucke, Catedrático del Instituto de Investigación en Ciencias Psicológicas de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica).

Entre los retos sanitarios actuales de los que se debatió durante el encuentro, encontramos los siguientes:

Alrededor del 30% de la población europea tendrá 65 años o más en 2050.
En este grupo de edad, el 37% tendrá al menos dos enfermedades crónicas.
Europa tiene actualmente un déficit de 50.000 médicos.
Los tratamientos son cada vez más caros.
Existe un legado en materia de salud a raíz del Covid-19.

Muchos de los problemas que plantean estos retos pueden abordarse de forma asequible y eficaz mediante un enfoque de la salud personal centrado en el individuo que dé prioridad al acceso a los farmacéuticos y al aumento de la educación sanitaria. ParaFilippo Lanzi, presidente de Haleon para EMEA y Latinoamérica: “La adopción generalizada del autocuidado se enfrenta a importantes retos, como los bajos niveles de educación sanitaria en toda Europa. Por ejemplo, el 80% de los europeos acepta que es su responsabilidad gestionar su propia salud y está dispuesto a hacerlo, pero sólo el 20% se siente muy seguro al llevarlo a cabo. En Haleon, creemos que los farmacéuticos están en una posición ideal para promover la práctica generalizada del autocuidado en la comunidad, puesto que ya desempeñan un papel clave de asesoramiento en la salud y el bienestar cotidianos de las personas. Todos debemos hacer más para ayudarles».

En opinión de Ema Paulino, presidenta de la Asociación Nacional de Farmacia portuguesa, “los farmacéuticos pueden mostrar el valor del autocuidado en la gestión de dolencias menores, que de otro modo podrían suponer costes adicionales para los sistemas sanitarios en términos de tratamiento. En la actualidad, sólo el 3% de los presupuestos europeos de salud pública se destina a la prevención, y es aquí donde debemos impulsar el cambio. El fomento del autocuidado es beneficioso para todos, ya que capacita a las personas para gestionar su salud y bienestar y mejora la asignación de recursos sanitarios».

10 pasos para una visión compartida del autocuidado

En el citado estudio, se han identificado 10 recomendaciones para la implementación de políticas que eliminen barreras y empoderen a las personas con un mejor conocimiento del autocuidado:

1. Crear oportunidades de educación sanitaria en etapas más tempranas de la vida.

2. Simplificar los prospectos de venta libre y aumentar su accesibilidad digital.

3. Crear un proyecto de verificación de hechos a nivel de la UE.

4. Apoyar la generación y aceptación de pruebas en el mundo real.

5. Crear planes financieros innovadores para un autocuidado accesible para todos.

6. Crear estructuras financieras para apoyar a los farmacéuticos en su función de asesoramiento.

7. Incluir el autocuidado en el plan de estudios de los profesionales sanitarios.

8. Crear estructuras y herramientas para apoyar el intercambio de datos.

9. Crear plataformas para la colaboración entre los diferentes profesionales sanitarios.

10. Desarrollar políticas de apoyo al autocuidado.

Este trabajo permitió identificar una visión común sobre cómo abordar los retos a los que se enfrentan los sistemas sanitarios europeos con la prevención, los estilos de vida saludables y la gestión de la salud como núcleo, así como tres prioridades claras:

Ampliar el papel de los farmacéuticos.
Aumentar la educación sanitaria.
Garantizar el acceso al autocuidado.

Estadísticas sobre el autocuidado en Europa

Cada año se autogestionan en Europa 1.200 millones de dolencias leves. Sin autocuidado, Europa necesitaría 120.000 médicos más.
El 46% de la población europea no tiene suficientes conocimientos sanitarios.
El 80% o más de todas las cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y diabetes, así como el 40% de los cánceres podrían evitarse con medidas preventivas adecuadas.
El 70% de los presupuestos sanitarios europeos se destina a la curación y los cuidados a largo plazo de enfermedades que son en gran medida evitables.
Por término medio, el 3% de los presupuestos sanitarios europeos se destina a la prevención.