¿Alguna vez has escuchado una buena canción y has sentido algo que te recorre dentro? ¿O sientes que se te pone la piel de gallina?
Esto se conoce como frisson (“emoción, escalofríos, cosquilleo, en español), es un término francés, y se sienten como ondas de placer recorriendo toda tu piel. Algunos investigadores incluso lo han apodado como “orgasmo de piel”.
Escuchar música movida y emocional son los mayores disparadores del “orgasmo de piel”, pero algunos lo sienten al ver hermosas piezas de arte, al ver alguna escena en particular de una película o al tener contacto físico con una persona. Estudios han mostrado que aproximadamente dos tercios de la población sienten “orgasmos de piel”.
¿Pero por qué algunos lo sienten y otros no?
Mitchell Colver, trabajando en el laboratorio del Dr. Amani El-Alayli, un profesor de Psicología Social en la Universidad del Este en Washington, decidió averiguarlo.
¿Qué causa la emoción, seguido de un escalofrío?
Si bien los científicos aún están descifrando los secretos de este fenómeno, una gran cantidad de estudios a lo largo de las últimas cinco décadas han trazado los orígenes del “orgasmo del piel” a cómo reaccionamos emocionalmente a estímulos inesperados de nuestro entorno, particularmente la música.
Los pasajes musicales que incluyen harmonías inesperadas, cambios repentinos en el volumen o la entrada movida de un solista son particularmente disparadores comunes del frisson porque “violan” las expectativas del oyente de una manera positiva, como ocurrió durante el debut de Susan Boyle en British Got Talent.
No te esperabas eso, ¿verdad?
Si un solista de violín toca un pasaje particularmente movido que aumenta hacia una nota alta, el oyente podría sentir este momento cargado de emociones, y sentir una emoción al presenciar la exitosa ejecución de dicha pieza.
Pero la ciencia aún está tratando de averiguar por qué esta emoción resulta en piel de gallina.
Algunos científicos han sugerido que la piel de gallina es un remanente evolutivo de nuestros ancestros primitivos (y peludos), quienes se mantenían cálidos gracias a una capa endotérmica de calor que retenían inmediatamente debajo de los pelos de su piel. Experimentar piel de gallina después de un cambio rápido en la temperatura levanta temporalmente y luego disminuye esos pelos, “reseteando” esta capa de calor.
Desde que se inventó la ropa, los humanos han tenido menos necesidad de esta capa endotérmica de calor. Pero la estructura fisiológica aún está allí, y pudo haber sido “reprogramada” para producir orgasmos de piel como una reacción a estímulos emocionales, como la gran belleza del arte o de la naturaleza.
Estudios concernientes a la prevalencia de frisson ha variado ampliamente, con estudios que muestran entre un 55% y un 86% de la población que es capaz de experimentar el efecto.
Monitoreando como la piel responde a la música
Colver predijo que si una persona estaba más inmersa cognitivamente en una pieza musical, entonces sería más propensa a experimentar orgasmos de piel como resultado de prestar más atención al estímulo. Y sospechó que si alguien se sumergía cognitivamente o no en una pieza musical, iba a depender de su tipo de personalidad.
Para probar esta hipótesis, se llevaron participantes al laboratorio y se conectaron a un instrumento que mide la respuesta galvánica de la piel, una medición de cómo la resistencia eléctrica de la piel de las personas cambia cuando se emocionan fisiológicamente.
Se invitó a los participantes a escuchar muchas piezas musicales mientras los asistentes del laboratorio monitoreaban sus respuestas a la música en tiempo real.
Cada una de las piezas utilizadas contenía al menos un momento emocionante conocido por causar frisson en los oyentes. Mientras los participantes escuchaban las piezas musicales, los asistentes le pidieron reportar si habían sentido frisson presionando un botón, lo cual creó un log temporal de cada sesión.
Al comparar estos datos con las mediciones fisiológicas y con una prueba de personalidad que los participantes habían completado, entonces fueron capaces de llegar a unas conclusiones únicas acerca de por qué los orgasmos de piel pueden ocurrir más a menudo a algunos oyentes que a otros.
El rol de la personalidad
Los resultados de la prueba de personalidad mostraron que los participantes que experimentaron frisson también tuvieron un puntaje alto en un rasgo de personalidad llamado “abierto a experiencias”.
Estudios han mostrado que las personas que poseen este rasgo tienen imaginaciones inusualmente activas, aprecian la belleza y la naturaleza, buscan nuevas experiencias, a menudo reflejan profundamente sus emociones, y aman la variedad en la vida.
Algunos aspectos de este rasgo son inherentemente emocionales (amar la variedad, apreciar la belleza), y otros son cognitivos (la imaginación, la curiosidad intelectual).
Si bien estudios anteriores han conectado este rasgo (“abierto a experiencias”) con los orgasmos de piel, la mayoría de los investigadores han concluido que los oyentes estaban experimentando frisson como resultado de una reacción profundamente emocional que estaban teniendo con la música.
En contraste, los resultados del estudio de Colver muestran que son los componentes cognitivos de “abierto a experiencias” que están asociados con los orgasmos de piel en un mayor grado que los componentes emocionales.
Estos hallazgos, con publicación reciente en Psicología de la Música, indican que aquellos quienes se sumergen intelectualmente en la música (en lugar de solo dejarla fluir a través de ellos) pueden tener orgasmos de piel más a menudo y de manera más intensa que los demás.
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