Cada bocado de comida que nos llevamos a la boca está rebosante de reacciones químicas. Agregar ingredientes y cocinarlos nos ayuda a controlar estas reacciones y hace que la comida tenga un mejor gusto y dure más. Pero, ¿Qué tal si tomamos la comida a un nivel molecular, enviando partículas especialmente diseñadas para controlar las reacciones de manera más estricta? Bueno, esto es exactamente lo que los científicos están tratando de hacer y ya tenemos resultados impresionantes.
Desde comida que tiene un gusto salado sin los riesgos de agregar sal, hasta panes que contienen aceite de pescado saludable pero sin ningún olor a pescado.
Pero si bien esta nanotecnología podría mejorar significantemente nuestra comida, también hace surgir muchas preguntas acerca de qué tan seguro es. Solo tenemos que ver la fuerte reacción contra alimentos modificados genéticamente para ver cuán importante es este problema. ¿Cómo podemos asegurar que la nanotecnología en la comida será diferente? ¿Nuestra comida estará segura? ¿Las personas aceptaran esta nueva comida?
La nanotecnología es una tecnología emergente que crea y usa materiales y partículas a la escala de un nanómetro, un billón de un metro. Para entender lo pequeño que es esto, si imaginas una nanopartícula teniendo el tamaño de un balón de futbol entonces un animal como una oveja sería del tamaño de nuestro planeta.
Trabajar con partículas tan pequeñas nos permite crear materiales y productos con propiedades mejoradas, desde bicicletas más livianas y botellas de cerveza más duraderas hasta cremas cosméticas con mejor absorción y pastas de dientes que detienen el crecimiento de bacterias. Ser capaz de cambiar las propiedades de un material significa que la nanotecnología puede ayudar a crear muchos productos alimenticios innovadores que cambian la manera de cómo lo procesamos, preservamos y empacamos.
El estado del arte
La plata ya es usada en productos de cuidado médico como en equipos dentales por sus propiedades antibacterianas. Dimensionar partículas de plata a nanoescala mejora su habilidad para matar las bacterias porque incrementa el área de la superficie de la plata a la que están expuestas las bacterias. Científicos israelíes encontraron también que revestir papel de empaque con partículas de plata nano-dimensionadas combate las bacterias como el E.coli y extiende el tiempo de vida de los productos.
Otro ejemplo del uso de la nanotecnología en la manufactura de alimentos es la nano-encapsulación. Esta tecnología ha sido usada para “enmascarar” el sabor y el olor del aceite de atún que podría ser utilizado para enriquecer el pan con Omega-3. Las partículas del aceite de pescado son empacados dentro de un revestimiento que previene que el aceite de pescado reaccione con el oxígeno y libere su olor. Las nanocapsulas se rompen solo al llegar al estómago, y así puedes recibir los beneficios de comerlo sin experimentar el mal olor.
Mientras tanto, investigadores de la Universidad de Nottingham están viendo partículas de sal a nanoescala que pueden incrementar la salinidad de la comida sin incrementar la cantidad de sal.
Como con la plata, llevar la sal a nanoescala incrementa el área de su superficie. Esto significa que su sabor se puede extender más eficientemente. Los investigadores afirman que esto puede reducir el contenido de sal de las papas fritas en un 90% y mantener el mismo sabor.
A pesar de todas las oportunidades que ofrece la nanotecnología a la industria alimenticia, la mayoría de los desarrollos están en etapa de investigación y de desarrollo. Este paso lento se debe a la falta de información acerca de la salud y el impacto medioambiental de la tecnología. Por ejemplo, hay duda en si los materiales que se ingieren migran a diferentes partes del cuerpo y se acumulan en ciertos órganos, como el hígado o el riñón. Esto entonces podría afectar el funcionamiento de estos órganos en el mediano y largo plazo.
Riesgos desconocidos
Sin embargo, lo que sabemos de los riesgos asociados con el uso de nanomateriales es incompleto. Estos problemas necesitan entenderse mejor y ser dirigidos al público para aceptar la nanotecnología en los alimentos. Esto además dependerá del entendimiento público de la tecnología y cuanto confían en la industria alimenticia y en los procesos que los regulan.
Investigadores han mostrado, por ejemplo, que los consumidores tienden más a aceptar la nanotecnología cuando es usada en empaques y no en el procesamiento de los alimentos. Pero la nanotecnología en la producción fue vista como más aceptable si incrementaba los beneficios de los alimentos en cuanto a la salud, aunque los consumidores no estaban necesariamente dispuestos a pagar más por esto.
En un estudio reciente, no encontraron actitudes fuertes o resistencia a la nanotecnología en el empacamiento de alimentos en el Reino Unido. Pero aún había preocupación por parte de un pequeño grupo de consumidores acerca de la seguridad de los alimentos. Esto muestra cuán importante será para los productores de alimentos y para las reguladoras de proveerle a los consumidores la mejor información disponible acerca de la nanotecnología, incluyendo muchas incertidumbres acerca de esta tecnología.
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