Siempre se ha dicho que los hombres prefieren la belleza sobre la inteligencia. Algo de esto puede ser biológico, claro, pero una nueva reseña de un estudio indica que la actitud de escoger a una pareja ha cambiado desde la era de los cavernícolas – los hombres de hoy valoran en gran manera la inteligencia sobre la belleza.
Un equipo de científicos de la Universidad de Innsbruck y la Universidad Northwestern dieron un vistazo a la posición que tienen los hombres de diferentes tipos de países alrededor del mundo, y encontró que muchos tenían pensamientos opuestos al tradicional.
“Nuestra reseña sugiere que las preferencias de los hombres, así como también la de las mujeres, ha evolucionado rápidamente en el progreso hacia la igualdad de género,” afirmó Marcel Zentner, profesor de psicología en la Universidad de Innsbruck en Austria, en una conferencia de prensa.
Muchos investigadores creen que estamos “conectados” para escoger parejas con ciertas características y cualidades, pero algunos especialistas están discutiendo que los humanos están programados para responder flexiblemente a nuevos entornos y situaciones.
“Esta flexibilidad le permite a la gente hacer lo que los teoristas socioculturales han mantenido por un largo tiempo: seleccionar parejas que minimicen los costos y maximicen los beneficios a lo largo de sus vidas” explicó Alice Eagly, profesora de psicología en el Instituto de Investigación Política en Northwestern.
Eagly y Zentner miraron ambas culturas e individuos. Investigaciones culturales indicaron que en países con igualdad de género, como los Estados Unidos y Finlandia, los hombres y las mujeres no solían intercambiar poder adquisitivo masculino por belleza femenina. Esta preferencia, que algunos científicos creen que es innata, era mucho más popular en países con sociedades con desigualdad de género, como Turquía.
“En el mundo actual, donde los dos integrantes de una pareja pueden (y muchas veces deben) trabajar para alcanzar un estilo de vida decente, la mayoría de los hombres quieren una esposa inteligente y educada que pueda ganar un buen salario,” dijo ella. “Sucesivamente, los hombres se pueden preocupar un poco menos de producir bienestar, pero se pueden beneficiar al refrescar sus apariencias y habilidades domésticas.”
Este estudio desafía las muchas preferencias biológicas a la que los humanos parecen adherirse cuando escogen sus parejas – a las mujeres les gusta los hombres altos, y a los hombres les gustan las mujeres con caderas anchas – e indica que nuestro entorno social y ambiental puede tener un gran impacto en lo que buscamos en una pareja.
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