Dicen que hay tres cosas que uno tiene que hacer en la vida: tener un hijo, escribir un libro y plantar un árbol. En todas ellas, el concepto de la vida está muy relacionado, pero la que aporta una mejor salud está claro que es la plantar un árbol. Mientras la tendencia que se palpa en el mundo es la de una urbanización creciente, la parte verde está siendo la gran olvidada.
A su vez, hay que tener en cuenta que los fenómenos climáticos son cada vez más extremos, lo cual dificulta el acceso a espacios verdes en las ciudades. La opinión de los expertos es muy concluyente: plantar árboles se ha convertido en un auténtico bien de primera necesidad. Las ciudades cada vez más densas, asfaltadas y contaminadas no solo impactan sobre el entorno, también lo hacen sobre el bienestar físico y emocional de quienes las habitan.
Esto es sabido por todos, pero ahora la ciencia demuestra que plantar árboles es sinónimo de VIDA (con mayúsculas). Estudios recientes, como el realizado por el Instituto BIOMA de la Universidad de Navarra en colaboración con Sanitas, apuntan una conclusión clara: la salud de las personas está directamente vinculada al diseño de sus ciudades. Según este informe, aumentar un 30% la presencia de árboles en áreas urbanas podría evitar más de 2.600 muertes al año solo en Europa.
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Cuando la naturaleza es medicina urbana: plantar árboles en las ciudades tiene beneficios en la salud de las personas
No se trata solo de estética o de confort ambiental. Las zonas verdes se revelan como infraestructuras sanitarias en sí mismas. Tal y como explican desde el Instituto Bioma, los árboles y parques urbanos actúan como escudos naturales frente a múltiples amenazas para la salud.
Sus beneficios son múltiples:
- Recuperación y descanso físico: en un parque, la combinación de sonidos naturales, aire puro y ausencia de ruido urbano reduce la fatiga, tanto mental como muscular.
- Salud cardiovascular: caminar o hacer deporte en entornos naturales ayuda a controlar la hipertensión, los niveles de colesterol o los riesgos asociados a la diabetes.
- Fortalecimiento del sistema inmunológico: la biodiversidad que ofrecen los espacios verdes urbanos mejora la capacidad del organismo para defenderse frente a enfermedades.
- Mejor calidad del sueño: reducir el estrés mediante contacto con la naturaleza y mantener una rutina de actividad física facilita el descanso nocturno.
- Reducción de las islas de calor: los árboles pueden bajar la temperatura de parques hasta 3,5 °C y hasta 3,1 °C en calles arboladas, mitigando los efectos del cambio climático.
Healthy Cities: un programa relacionado con la salud y plantar árboles
Frente a este diagnóstico, el compromiso con la reforestación urbana y el fomento de hábitos saludables se vuelve una prioridad. Así lo ha entendido Sanitas, que lleva una década impulsando el programa Healthy Cities, una iniciativa que combina la actividad física con la recuperación de espacios naturales bajo el principio de salud integral o One Health.
El reto propuesto es sencillo pero efectivo: caminar 6.000 pasos al día durante dos meses. Cada participante que lo logra contribuye automáticamente a la plantación de árboles en ciudades y entornos naturales. Desde su lanzamiento, más de 100.000 personas han participado y se han plantado más de 75.000 árboles en urbes como Madrid, Valencia, Zaragoza o Málaga, y también en zonas rurales de Ávila, Asturias, Barcelona o Valencia.

La propuesta ha cruzado fronteras y ya se celebra en países donde Bupa —matriz de Sanitas— está presente, como México, Chile o Ecuador, ampliando el impacto positivo de la campaña a nivel global.
Para impulsar aún más esta transformación verde, Sanitas ha puesto en marcha los Premios Espacios Healthy Cities, que este año celebran su segunda edición. Se trata de una convocatoria dirigida a ayuntamientos de toda España que quieran presentar proyectos de creación, mejora o conservación de zonas verdes urbanas.
El objetivo: dar visibilidad a las ciudades que están apostando por un urbanismo más saludable, verde y habitable, y fomentar la colaboración entre administraciones, ciudadanía y sector privado.
Como recuerda Catherine Cummings, directora de Sostenibilidad de Sanitas, “la salud y la sostenibilidad ambiental están más interconectadas que nunca. Estas iniciativas reflejan el potencial transformador de una acción colectiva para construir ciudades más resilientes”.
Una cuestión de salud pública… y de futuro
El acceso equitativo a la naturaleza en las ciudades no es un lujo: es una inversión en salud pública, bienestar colectivo y sostenibilidad. En la era del cambio climático y el estrés urbano crónico, los árboles y parques se consolidan como aliados imprescindibles para vivir mejor y, literalmente, vivir más.
Reverdecer las ciudades no es solo una opción estética o ecológica. Es una decisión urgente y estratégica, capaz de salvar vidas, inspirar hábitos saludables y transformar el espacio urbano en un lugar más humano.
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