Durante el verano, muchas personas cambian de hábitos alimenticios, lo cual impacta en su salud bucodental. El ejemplo es claro con el café. Normalmente se pasa del café caliente típico del resto del año al café frío con hielos del verano. En esta época del año, son muy populares los llamados «iced lattes».
Por otro lado, las bebidas energéticas se multiplican entre jóvenes, estudiantes, deportistas y asistentes a festivales. Refrescantes y estimulantes, estas bebidas parecen ser la pareja perfecta para el verano. Sin embargo, detrás de ese alivio momentáneo se esconde un riesgo silencioso para la salud de nuestros dientes.
Así que sirvan estas líneas para conocer los efectos que provoca en nuestros dientes tanto el café frío como las bebidas energéticas.
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Acidez, azúcares y un enemigo invisible
Lo que muchas personas desconocen es que estos productos, al margen de sus beneficios inmediatos, suponen una agresión constante a la cavidad oral. Aunque el café solo no contiene azúcar, buena parte de sus versiones frías comerciales sí lo hacen. Además, tanto el café frío como las bebidas energéticas presentan un pH ácido que favorece la erosión del esmalte, debilitando la protección natural del diente.
«Las bebidas energéticas y el café frío suelen tener un pH ácido y, en muchos casos, un alto contenido en azúcares añadidos. Esta combinación favorece la erosión del esmalte dental, dejándolo más expuesto a las caries y a la sensibilidad», alerta Lorena Trinidad Bueno, experta del equipo Asistencial, Innovación y Calidad Clínica de Sanitas Dental.
Las bebidas energéticas, en particular, concentran ingredientes como cafeína, taurina, edulcorantes artificiales y ácidos orgánicos en dosis elevadas. Un cóctel que, aunque estimula temporalmente el cuerpo y la mente, puede provocar efectos indeseables a largo plazo en la boca.
Café frío en los dientes: un desgaste progresivo y sin aviso
Uno de los principales problemas es que los efectos nocivos no se perciben de inmediato. La erosión dental es progresiva y silenciosa, y solo se hace evidente cuando aparecen los primeros síntomas: dolor, sensibilidad al frío o calor, manchas o incluso fisuras visibles. Y lo más preocupante: una vez que el esmalte se pierde, no se regenera.
«El esmalte es una capa protectora irrecuperable. Si se desgasta, el daño es irreversible y requiere intervenciones como empastes, carillas o tratamientos más complejos», explica Trinidad Bueno. «Muchos jóvenes consumen estas bebidas mientras estudian, trabajan o hacen deporte, y no siempre se cepillan los dientes después. Esto prolonga la exposición de los ácidos y agrava los daños».
Qué ocurre con nuestros dientes al ingerir bebidas energéticas
El problema no se limita a estas dos categorías. Según los expertos, otros productos muy consumidos en verano también representan un riesgo para la salud bucodental: refrescos azucarados, versiones «light» o «zero», tés fríos embotellados y zumos industriales. Muchos de ellos no solo erosionan el esmalte, sino que, al incluir colorantes artificiales, tienden a generar manchas más visibles en dientes ya debilitados.
“El esmalte dañado es más poroso, y eso favorece que los pigmentos de estas bebidas se adhieran con más facilidad, afectando al color y al aspecto estético de la sonrisa”, señala Trinidad Bueno.

Recomendaciones para minimizar los efectos del café frío y las bebidas energéticas en los dientes
Conscientes de este problema cada vez más habitual, desde Sanitas Dental han elaborado una serie de pautas para mitigar el impacto de estas bebidas sobre la salud oral, sin necesidad de renunciar completamente a ellas:
- Usar pajita: Minimiza el contacto del líquido con los dientes, reduciendo el efecto erosivo.
- Cepillarse 30 minutos después de la ingesta: “El esmalte está más vulnerable justo después del consumo, por lo que es recomendable esperar al menos media hora antes de cepillarse”, aconseja Trinidad Bueno.
- Enjuagarse con agua: Ayuda a eliminar los restos y neutralizar la acidez en la boca.
- Elegir versiones sin azúcares ni ácidos añadidos: Aunque no son inofensivas, su agresividad para el esmalte es menor.
- Evitar sorber durante horas: Es preferible consumir el café o la bebida energética en un momento puntual y realizar después la limpieza bucal. Tomarlo a sorbos a lo largo del día aumenta la exposición al ácido.
- Reforzar el esmalte con flúor: Usar pastas dentífricas con flúor fortalece la superficie dental y previene la aparición de caries.
El verano, un momento clave para cuidar la salud oral
Con la llegada del buen tiempo, también cambian los ritmos de vida. Aumentan los desplazamientos, el ocio y los cambios de rutina. En este contexto, es habitual que se relajen los hábitos de higiene bucodental, justo cuando más se incrementa el consumo de productos potencialmente dañinos para los dientes.
«Una rutina de higiene bucal adecuada, que incluya cepillado dos veces al día con pasta fluorada, hilo dental y visitas periódicas al odontólogo, es esencial para prevenir complicaciones», concluye la experta de Sanitas Dental.
En definitiva, disfrutar del verano no tiene por qué estar reñido con cuidar la salud oral. Con pequeñas decisiones y hábitos sencillos, es posible proteger la sonrisa sin renunciar al placer de una bebida refrescante.