La última crisis financiera de 2008 y la actual crisis sanitaria del coronavirus ha dejado a muchas personas en el paro. Ser demandante de empleo es una opción para poder encontrar trabajo en estos tiempos difíciles, pero dadas las circunstancias hay que armarse de paciencia para ingresar en este registro público y esperar a que llegue la oportunidad.
En estas líneas te vamos a mostrar cómo y dónde te puedes inscribir como demandante de empleo en España. No obstante, el procedimiento suele variar en función de cada país aunque lo lógico es dirigirse al departamento público específico que sea el dedicado al Empleo.
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Ser demandante de empleo en España
Si nos encontramos en España y deseamos obtener la tarjeta de demandante de empleo, tenemos que acudir a las oficinas del Servicio Público de Empleo (SEPE) de la comunidad autónoma donde tengamos residencia, o bien el las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal en los casos de Ceuta y Melilla.
Este primer paso para la búsqueda de empleo se debe hacer de manera presencial, si bien posteriormente podremos hacer otros trámites derivados en los canales de internet.
¿Qué documentación necesitamos para ser demandante de empleo en España?
Una vez acudamos a las oficinas del SEPE para darnos de alta como demandante de empleo, los funcionarios nos pedirán un documentación que conviene saber para que la cita no sea en balde.
Por tanto, la documentación que tenemos que llevar en la mano es nuestro es un documento nacional de identidad (DNI) y en el caso de ser extranjero también un permiso de residencia y/o trabajo.
Además, deberemos portar la cartilla de la seguridad social (en el caso de ser extranjero este documento se aportará si ha trabajado antes en España) y los justificantes de titulación profesional o académica, en el caso de que tengamos alguno.
Todo ello le servirá a la administración para darte de alta como demandante de empleo y poder ubicarte en los puestos vacantes que surjan de tu especialidad profesional.
Beneficios tras obtener la tarjeta de demandante de empleo
Una vez aprobada nuestra solicitud como demandante de empleo, la personas implicada entra en sistema que otorga una serie de beneficios como el acceso a una bolsa de trabajo, el asesoramiento laboral o la posibilidad de hacer cursos de formación que el Estado nos recomendará en nuestro periodo de paro.
No obstante, el gran beneficio que destaca por encima del resto es la posibilidad de poder solicitar la prestación por desempleo, una de las muchas bondades que tiene el Estado del Bienestar.
Tras la inscripción como demandante de empleo se puede solicitar la prestación por desempleo en el caso de tener derecho a ella. Las prestaciones por desempleo se tramitan a través del Servicio Público de Empleo Estatal, previa cita a través de Internet o de los teléfonos del SEPE 901 010 210 o de los teléfonos provinciales. Este otro trámite también debe de realizarse presencialmente.
Pedir la presentación tras un año trabajando
Supongamos, a modo de ejemplo, que hemos estado un año trabajando con todos los papeles en regla, esto es, estar dados de alta como cotizantes en la seguridad social.
Podrán beneficiarse de esta prestación por desempleo, las personas que se encuentren en alguna de las situaciones legales de desempleo establecidas por el gobierno de España. Estos son los requerimientos oficiales:
- Las personas trabajadoras por cuenta ajena incluidas en el Régimen General de la Seguridad Social, que coticen por la contingencia de desempleo.
- Las personas trabajadoras por cuenta ajena incluidas en los Regímenes Especiales de la Seguridad Social que protegen esta contingencia de desempleo (Minería del Carbón, Régimen Especial de los Trabajadores del Mar), las personas trabajadoras fijas por cuenta ajena del Sistema Especial Agrario de la Seguridad Social y las personas trabajadoras eventuales por cuenta ajena del mismo Sistema.
- Los socios y socias de cooperativas de trabajo asociado y de cooperativas de explotación comunitaria de la tierra, así como los socios y socias de trabajo de otras cooperativas, que se incluyan en un Régimen de la Seguridad Social que proteja esta contingencia.
- Las personas penadas que hubiesen sido liberadas de prisión por cumplimiento de condena o libertad condicional.
- Las personas trabajadoras emigrantes retornadas.
- Las personas trabajadoras extranjeras en España, nacionales de países que pertenecen a la Unión Europea o al Espacio Económico Europeo o que no pertenecen a la Unión Europea ni al Espacio Económico Europeo que residen legalmente en nuestro país y que cumplen los requisitos legalmente exigidos, tendrán derecho a las prestaciones por desempleo de nivel contributivo siempre que estén inscritas como demandantes de empleo.
- Los funcionarios y funcionarias de empleo y personal contratado de colaboración temporal en régimen de derecho administrativo al servicio de las Administraciones Públicas.
- Militares de Complemento y militares profesionales de Tropa y Marinería.
- Miembros de corporaciones locales y de Juntas Generales de los Territorios Históricos Forales, Cabildos Insulares Canarios y Consejos Insulares de Baleares, que desempeñen dichos cargos con dedicación exclusiva o parcial y perciban una retribución por el desempeño del cargo.
- Cargos representativos de los sindicatos constituidos al amparo de la Ley Orgánica 11/1985, de Libertad Sindical, que ejerzan funciones sindicales de dirección con dedicación exclusiva o parcial, siempre que perciban una retribución.
- Altos cargos de las Administraciones Públicas que tengan dedicación exclusiva, estén retribuidos y no sean personal funcionario público ni tengan derecho a percibir cualquier tipo de prestación compensatoria como consecuencia de su cese.
Paciencia
Como se puede observar, en los países que tengan arraigados el Estado del Bienestar, es posible estar protegido en caso de desempleo. Tras darse de alta como demandante de empleo, es posible acogerse a una serie de beneficios hasta poder encontrar un nuevo puesto de trabajo.
Aún así, hay que tener paciencia porque en épocas de crisis, la administración suele estar muy sobrecargada de peticiones y los procesos no van tan rápido como deberían. Por otra parte, cuando la economía se encuentra en crisis, la oferta de empleo es muy inferior a la de épocas de bonanza.
Lo dicho, hay que armarse de paciencia porque este problema suele ser estructural en muchos casos. España, por ejemplo, es uno de los países que arrastra muchos problemas de este tipo y ello se traduce en las altas de tasas de paro registradas.
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