El CBD está de moda. Su enorme cantidad de propiedades y aplicaciones lo han convertido en un elemento usado para tratar diversas afecciones, para conocer sus propiedades curativas da click aquí.
Asimismo, diversos estudios científicos han respaldado su uso frente a enfermedades degenerativas que se caracterizan por causar gran dolor en pacientes.
Uno de los últimos estudios ha revelado la eficacia del CBD frente a la epilepsia refractaria. Una reciente investigación sostiene que la frecuencia de estos ataques disminuyó en 40 % en los pacientes que recibieron suministración del producto, en tanto que desapareció por completo en el 27 %.
Si bien hay artículos y diversa información sobre el uso y beneficios del aceite de CBD, muchas personas se preguntan cómo se produce este insumo. En primer lugar, está el adecuado cultivo del cáñamo.
Es necesaria una selección cuidadosa de las semillas del cáñamo industrial por su abundancia natural de CBD y un contenido bajo de THC. Posteriormente, se realiza el sembrado de semillas y plantas de cáñamo, las cuales crecen por unos 120 días.
Al final del periodo de floración, llega la cosecha. Las plantas son cortadas cerca de la raíz y se desechan las semillas y las hojas. El tallo se deja secar. El siguiente paso es un proceso conocido como ‘retracción’, a través del cual se empapan los tallos para ablandar la fibra. Luego viene la separación de la fibra del tallo, para un posterior procesamiento.
El próximo paso es la extracción del CBD, para lo cual existen tres métodos principales. Este se realiza con un aceite de grado alimenticio (aceite de oliva, por ejemplo), con disolventes líquidos o con extracción de CO2 supercrítico. Por lo general, la extracción con disolvente líquido es el método industrial más usado.
El método de extracción considerado el más óptimo es el que usa el CO2 supercrítico, pues contribuye a producir aceite de mejor calidad, y es bastante popular en los sectores de cosmética y farmacia por sus resultados.
Con una presión y temperatura “críticas”, el CO2 adquiere un estado entre líquido y gaseoso. Dicho CO2 debe lograr una presión y temperatura óptimas para que se produzca la extracción. El trabajo debe ser muy preciso, pues cada compuesto debe aislarse a una temperatura distinta.
Este método de extracción es mucho más seguro que los demás tanto para las personas como para el medioambiente. No se utiliza ningún insumo químico tóxico y se emplea un sistema de circuito cerrado con la opción de reciclar el CO2.
Debido a que la extracción funciona a temperaturas más bajas, se conserva mejor el perfil de terpenos de la planta de cáñamo, con lo que obtenemos un aceite más rico y beneficioso en todo sentido.
Pese a sus puntos a favor, este método es mucho más costoso que el resto debido al equipo que se utiliza. Además, se requiere de personal calificado y experimentado en los procesos. Todo esto hace que la extracción con CO2 no sea apta para hacerla desde casa.
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