El acuerdo de Paris llama a una responsabilidad global de cooperar. Como muchas veces nos recuerdan, necesitamos urgente y drásticamente limitar nuestro uso de un recurso compartido – combustibles fósiles – y su efecto en otros – el clima. ¿Pero qué tan realista es este objetivo, tanto para los líderes nacionales como para nosotros? Bueno, la psicología puede ser parte de la respuesta.
Los psicólogos y economistas han explorado el conflicto entre los intereses individuales de corto plazo y los intereses colectivos de largo plazo al lidiar con los recursos compartidos. Piensa en el dilema: el escenario en el cual un campo para criar ganado funciona bien cuando todos cooperan al solo tener una vaca cada uno, pero el cual lleva a la bien conocida “tragedia de los comunes”, si más egoístas se apoderan.
Es útil pensar acerca del sobreuso de los combustibles fósiles y su efecto en el clima como un dilema similar. Si fuéramos a pensar en esto como una perspectiva netamente económica, seguramente actuaríamos con egoísmo. Pero el estudio psicológico debería hacernos más optimistas acerca de la cooperación.
Apelar al sentido moral
¿Eres más de sobreusar un recurso compartido cuando ha sido enmarcado como una preocupación ética o una transacción de negocios? El estudio muestra que las personas se comportan menos egoístas cuando se encuentran en el marco ético, o si enfatizamos lo que las personas ganarán en lugar de lo que perderán al reducir el uso de combustibles fósiles. Usar la frase “calentamiento global” en lugar de “cambio climático” también nos compromete emocionalmente y nos hace más solidarios con el problema.
También necesitamos un equilibrio de buenas y malas noticias, sino nos vamos a sentir abrumados por todo el desafío y sentir que debemos alejarnos de este. Así la fraseología puede hacer una diferencia al comunicar al público, así como también en acuerdos internacionales, y no debería darnos miedo apelar por el sentido moral de las personas de lo que podría ser correcto hacer.
Reforzar las normas sociales
Las normas sociales, en relación al cambio climático, incluye cosas como “la mayoría de la gente recicla”, o “no es aceptable tomar muchos vuelos”. Se ha demostrado que comunicar estas normas puede hacer que las personas ajusten su comportamiento.
Cuando el comportamiento es expresado como el predeterminado – por ejemplo, “mis vecinos no usan mucha electricidad” – la gente también tiende a comportarse de esa forma, como lo pudimos ver en una serie de experimentos.
El estudio también muestra que necesitamos un sentido de identidad compartida, el cual de pronto signifique que tendamos a pensar que otros comparten nuestros valores. La identidad nacional compartida puede ser enfatizada a través de la comunicación por parte de los gobiernos y de los medios; y a un nivel más local al hacer que la comunidad se involucre.
Retroalimentación confiable
Cuando nos comunicamos con amigos usuarios de un recurso compartido, tenemos confianza entre nosotros y cooperamos más. Y además mantenemos la comunicación. La retroalimentación o el feedback de cuanto hemos usado un recurso nos hace usarlo menos. Esto también funciona con instituciones que usan procedimientos justos de toma de decisión, como el consejo local encargado de conservar el agua.
También necesitamos conocer cuántas personas están usando un recurso, y cuál es su capacidad. Y, como se mostró en estudios recientes, necesitamos saber en cual información debemos basar nuestro comportamiento y qué es lo que sigue después de esta información. Así que es clave que los países y autoridades locales sean transparentes acerca del uso de combustibles fósiles.
Incentivos
Recompensas y sanciones pueden funcionar bien para mejorar la cooperación, desde disminuir el impuesto por comprar un auto “amigable con el ambiente” a imponer un impuesto sobre el carbono para los negocios. Un problema potencial es que este acercamiento nos puede hacer sentir como si no fuésemos confiables y necesitan incentivos para hacer lo correcto. Pero si llegamos a decidir en los incentivos y apuntamos a nuestros propios líderes para que los monitoreen, entonces un sentido de confianza se puede reconstruir.
Somos seres sociales
No nos identificamos y actuamos solo como individuos sino como miembros de grupos sociales. Podemos pertenecer a una familia, a una comunidad, a una nación y a un planeta, y comportarnos de formas que beneficien al grupo en lugar de al individuo. Una identidad compartida de grupo (como identificarte tú mismo como un miembro de tu nación o de la comunidad escolar local) puede incrementar la cooperación, especialmente si creemos que el grupo comparte nuestros valores acerca del medio ambiente.
Si te identificas fuertemente con tu comunidad no necesitas un incentivo para cooperar.
¿Pero hasta que nivel debería enfatizarse esta identidad compartida? Enfatizar la identidad nacional puede prevenir la cooperación entre las naciones, al incrementar la competición entre las mismas. Sin embargo, esto puede ser usado como una ventaja, ya que las naciones se preocupan más de su reputación. ¿Así quizás ellos pudieran competir por ser mejores que los demás al cumplir los objetivos del cambio climático?
La competición local (como un premio por la ciudad más limpia) también puede incentivar. Pero también necesitamos fortalecer nuestro sentido de ser parte del planeta – una mejor identidad global podría motivarnos a empatizar con otros países e incluso con futuras generaciones.
Decisiones importantes
[no_toc]Implementar el acuerdo de Paris involucrará grandes decisiones en por cuanto reducirá cada país su combustible fósil. Esta reducción es esencial para cumplir el objetivo para limitar drásticamente el límite de incremento de temperatura a 2ºC. ¿Pero cómo se debería de reducir la cantidad de combustibles fósiles usados en países diferentes cuando las proporciones pueden variar entre ellos? Por ejemplo, la mitad del gas restante y las reservas de petróleo están en el Medio Este.
Un análisis muestra que para mantener la atmosfera del planeta por debajo de 2ºC, el 94% de las reservas de gas de Europa pueden ser usadas, pero solo el 30% de esas en el Medio Este. Dado que el Medio Este tiene una porción más grande, ¿se debería esperar que use menos que los otros países? ¿Debería ser relevante el nivel de desarrollo, población o riqueza de una nación? ¿Y qué hay acerca de la cantidad de combustible que ya han usado?
Myles Allen ha afirmado que no tenemos el derecho de detener a países como India de usar su carbón. En lugar de esto, él sugiere crear compañías que usen combustibles fósiles responsables de enterrar una cantidad igual de carbón para reducir las emisiones netas.
Pero también existe el alcance de apelar a los ideales de cooperación internacional. Deberíamos ser optimistas en la luz del estudio psicológico acerca de la capacidad de la raza humana de poner las necesidades de largo plazo de muchos por encima de las necesidades de corto plazo de pocos.
Las decisiones importantes se pueden facilitar por muchos de los procesos psicológicos que se han descrito, ese enfoque en la identidad global, ganancias a largo plazo en lugar de las de corto plazo, competición intergrupal y reputación, recompensas, normas compartidas, información clara y suficiente, e infundir la confianza y la transparencia.
Fuentes:
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