Si no eres un devoto de los alimentos orgánicos, quizás pienses que las palabras “orgánico” e “insecticida” son mutuamente exclusivos. Incluso los agricultores de con certificado que tienen que adherirse a un régimen de métodos medioambientales, se les permite un poco usar ciertos químicos sintéticos y pesticidas para controlar insectos, hierbas y enfermedades. Básicamente, la excepción comienza cuando se usan métodos no-químicos, como trampas para insectos, rotación de cultivos y deshierbe manual que no son suficientes para la protección de los cultivos.
Dicho esto, las sustancias artificiales permitidas usualmente no son grandes asesinos de insectos, la mayoría de ellos son relativamente sustancias mezcladas. Por ejemplo, toma el bicarbonato de potasio. Es un químico que es un fungicida efectivo contra el mildiú polvoroso, pero aparentemente no causa ningún problema de salud para los humanos (a pesar de que pueda interferir con la reproducción en los ratones).
Aun así, muchos agricultores orgánicos ni se les pasarían por la mente usar algo artificial en sus preciosas frutas y vegetales. En vez de eso, si sienten que necesitan usar un pesticida (o un insecticida, que simplemente es un tipo de pesticida que apunta a los insectos), ellos optan por una variedad de sustancias naturales. Algunas son extraídas de plantas exóticas. Por ejemplo, la sabadilla es un repelente hecho de semillas de lila sudamericano, y de Ryania, un antídoto para devoradores de maíz europeo y gusanos peligrosos, es elaborado de tallos y raíces del suelo de un arbusto suramericano.
También utilizan más sustancias comunes, como puré hecho de maicena y hojas de tomate aplastados – contiene solanina, un químico que tiene un efecto inhibitorio en hongos.
¿Pero son realmente efectivos estos luchadores orgánicos? Y más importante, ¿son seguros? Primero, veamos varios tipos de insecticidas orgánicos.
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Tipos de insecticidas orgánicos
Quizás asumas que los insecticidas son de desarrollo reciente. Pero la verdad es que los agricultores han estado usando varias sustancias para mantener seguros sus cultivos por miles de años. En 2.500 A.C., los sumerianos usaron sulfuro para matar insectos, y con el paso de los siglos, agricultores en varias partes del mundo intentaron usar otros tipos de insecticidas químicos – incluso sustancias como arsénico que es altamente peligroso para los humanos.
Lo creas o no, en los años 1940, la introducción de los insecticidas químicos sintéticos fue vista como una cura que erradicaría las pestes para siempre. Pero las pestes fueron remarcablemente resistentes, y los químicos algunas veces perjudicaban otras especies benignas e incluso personas. Eso llevó a muchos agricultores a reconsiderar métodos más viejos – e intentar nuevas sustancias extraídas de plantas y del suelo en otras partes del mundo.
Básicamente, existen dos clases amplias de pesticidas que pueden ser usados en la agricultura orgánica, de acuerdo a las regulaciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos. En la primera categoría están las sustancias que son compuestos sintéticos que generalmente no se encuentran en la naturaleza, pero que son seguros tanto para el consumidor como para el medio ambiente. Estos pesticidas usualmente son compuestos simples que contienen sustancias que existen naturalmente como el cobre o el sulfuro.
En la segunda categoría están sustancias que existen naturalmente, muchas de las cuales son extraídas de plantas o de la propia tierra. Un pesticida orgánico es el spinosad, una especie rara de bacteria que fue encontrada en muestras de suelo de una Isla del Caribe en 1982. La bacteria básicamente actúa como un fabricador diminuto de pesticida, fermentando el suelo y produciendo spinosad, el cual provee al suelo de un aroma dulce y saludable.
Cuando los insectos ingieren spinosad, ya sea entrando en contacto directo o al comer una hoja que contenga el químico, este actúa como un potente veneno nervioso. La criatura pierde el control de sus músculos y muere. Científicos han encontrado que el spinosad tiene muy poca toxicidad en mamíferos, incluyendo los humanos, y no parece causar cáncer o algún daño en el sistema nervioso.
Bien, entonces entendemos de donde vienen los pesticidas orgánicos y cómo funcionan. Pero, ¿realmente son mejores que la versión no-orgánica, o al menos más seguros?
La efectividad de los insecticidas orgánicos
En la mayoría de las mentes de las personas, la palabra “orgánico” es sinónimo de la palabra “natural”, “saludable” y “seguro”. Y ciertamente es atrayente a pensar que cualquier cosa con la etiqueta de “orgánico” funciona tan bien o mejor que un químico artificial. Pero desafortunadamente esa no siempre es la realidad.
[no_toc]Para una cosa, algunos insecticidas naturales son muy similares a los sintéticos producidos en laboratorios. Un ejemplo es el potente veneno natural piretro. El piretro es un veneno de actuación rápida que intercede en el sistema nervioso del insecto y causa parálisis. En pequeñas cantidades, el piretro puede que no sea suficiente para matar a un insecto, pero cuando se combina con otras sustancias, como el aceite de nuez moscada, este se vuelve mucho más efectivo.
Pero, ¿Qué tan seguro es? El polvo es relativamente no-toxico para los humanos a menos que se trague en cantidades sustanciales. Y se descompone rápidamente cuando es expuesto a los elementos. Pero el piretro tiene sus desventajas; es un peligro para algunos peces, razón por la cual los agricultores orgánicos son alentados a usar otros métodos de control de pestes primero antes de recurrir al uso de este.
Peros los pesticidas orgánicos son aún mejores que esos viejos químicos, ¿no? Quizás sí, quizás no. En un estudio del 2010 publicado en PLos One, investigadores compararon la efectividad y el impacto medioambiental de pesticidas orgánicos aprobados con los sintéticos. Encontraron que los pesticidas orgánicos tuvieron un efecto similar o incluso más dañino en otras especies y en el medio ambiente, en parte por dosis mucho más grandes de pesticidas orgánicos que se requieren para realizar el trabajo.
Ellos recomiendan que, en lugar de enfocarse en si un químico en particular es natural o sintético, los agricultores orgánicos deberían ser permitidos de evaluar todos los pesticidas para sus impactos antes de realizar una selección.
También es importante recordar que los insecticidas no son la única manera de proteger a los cultivos de pestes. Otros métodos no-químicos, como rotación de cultivos, no solo tienen una historia de poco daño de insectos, sino que también protegen la fertilidad del suelo. Así que, si planeas sembrar alimentos orgánicos, quizás sea buena idea que consideres esos métodos primero, y depender de los insecticidas como último recurso.
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