En este post dedicado a la salud cardiológica, vamos a hablar de los marcapasos y su evolución. Los especialistas están empezando a implantar marcapasos sin cables en detrimento de los tradicionales con cables. A continuación, expondremos explicaciones por parte de expertos sobre la evolución de estos terminales y por qué todo indica que los inalámbricos sustituirán a los que todos conocemos. Pero antes…
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¿Qué es un marcapasos?
Un marcapasos es un pequeño dispositivo que se implanta de forma quirúrgica en un paciente con problemas en su frecuencia cardiaca. Funciona a pilas (las cuales suelen presentar una larga duración) y corrige el ritmo del corazón cuando detecta que está bombeando de forma irregular. Envía señales a este órgano para que los latidos se sucedan de forma correcta.
La forma de colocarlos es relativamente sencilla y en 24 horas, el paciente puede volver a casa tras habérselo colocado un especialista. Se implanta bajo la piel y la operación no suele requerir anestesia general, sino local.
Según las afecciones de cada paciente, los marcapasos tradicionales pueden constar de uno o varios cables flexibles que se ubican en una o varias cavidades del corazón con el objetivo de emitir pulsaciones eléctricas de estimulación. No obstante, desde hace pocos años vienen utilizándose paulatinamente los nuevos marcapasos sin cables.
Marcapasos sin cables
El marcapasos sin cables ha supuesto un gran avance en el ámbito de la Cardiología como tratamiento para evitar las consecuencias de las arritmias y se está convirtiendo en una opción avanzada, cada vez más demandada por cardiólogos para pacientes que necesitan uno. Comparado con el dispositivo convencional, que lleva cables, el inalámbrico presenta menos complicaciones y mejora la experiencia del paciente al llevarlo.
Hospitales como el de Sanitas CIMA, de Barcelona, están depurando la técnica e implantando marcapasos sin cables gracias al trabajo y experiencia del equipo de los doctores Juan Pablo Canepa, jefe de servicio de Cardiología, e Ignasi Anguera, jefe de la Unidad de Arritmias. El resultado es un menor número de complicaciones en las intervenciones realizadas, principalmente infecciones, y una percepción positiva del paciente, que apenas recae en que lleva implantado un dispositivo miniaturizado y sin cable alguno.
“El marcapasos sin cable está especialmente indicado para las arritmias lentas, conocidas también como bradicardias”, explica el doctor Canepa. “Como su propio nombre indica, el marcapasos es un sistema de estimulación que marca el paso al corazón. Hasta ahora se había venido implantando mediante un procedimiento invasivo, con una incisión por debajo de la clavícula del paciente para acceder a su sistema venoso mediante una punción, llegando así a la vena subclavia y de ahí directo al corazón. La operación se hacía con cables y no estaba exenta de complicaciones y riesgos yatrogénicos”.
Un punto más de complejidad en la implantación de un marcapasos sin cables
La implantación de un marcapasos sin cables solo es posible cuando se tiene una experiencia dilatada en marcapasos convencionales, como la que atesora el doctor Anguera: “Es un dispositivo más complejo, que se implanta por un sistema de vainas, por el que se accede al corazón -explica-. El manejo de estos catéteres requiere de una habilidad técnica importante. Además, la empresa que fabrica el dispositivo exige que el facultativo se haya acreditado con un volumen previo de operaciones, y haya superado test y certificaciones, para asegurar el éxito de la intervención”.
Sin embargo, en los últimos años, con el avance de la Medicina que está permitiendo un constante desarrollo de los procedimientos mínimamente invasivos, el marcapasos sin cable, como uno de sus ejemplos más ilustres, está ganando enteros y está siendo aplicado cada vez en mayor número de hospitales, públicos y privados. “Igual que los stents se han convertido en la alternativa de las esternotomías, las cirugías a corazón abierto y los by-pass, los marcapasos sin cables están en disposición de sustituir progresivamente a los que llevan cable. Evitamos así complicaciones como la endocarditis infecciosa, y cualquier otra infección sistémica que pueden provocar las bacterias que se alojan en los cables”.
Estamos ante una auténtica revolución, sostiene el doctor Anguera. “Pensemos solo en el ámbito estético y en pacientes jóvenes que, gracias al marcapasos sin cables, no les queda cicatriz alguna ni relieve o bulto que les identifique como portador de un dispositivo de estas características. Hacía décadas que no disponíamos de un avance de magnitud tan importante”.
Con todas las funcionalidades del convencional, el marcapasos sin cables tiene la forma de una cápsula de no más de 1 cm cúbico de volumen y 2 gramos de peso, que se ancla en el endocardio. Varios estudios clínicos, de carácter multicéntrico, han venido demostrando su fiabilidad y utilidad y de hecho lo han convertido en la punta de lanza de una nueva era en la estimulación cardiaca.
Mayor implantación en el futuro
Mirando hacia el futuro, el doctor Canepa subraya el interés del Hospital Sanitas CIMA en desarrollar todas las posibilidades de la nueva técnica, a medida que vaya pudiendo ser indicada cada vez para más pacientes: “Según vayan apareciendo nuevas opciones de estimulación, el marcapasos sin cable podrá implantarse con más frecuencia. Al principio, la estimulación que generaba era unicameral, es decir, alcanzaba a una sola cámara del corazón. Ya hay disponible un nivel bicameral, que llega a dos cámaras, y estaría previsto desarrollar un nivel tricameral. Este desarrollo seguro que permite consolidar y generalizar una técnica que ya no tenemos dudas de que es muy poco invasiva, eficaz y segura”.
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