A lo largo de este invierno, seguramente hayamos escuchado a algún vecino quejarse del frío que hace en casa y pidiendo aumentar la temperatura de la calefacción. También puede habernos pasado a nosotros mismos. El caso es la factura energética es más elevada que años anteriores y muchos se niegan a abusar de la calefacción por cuestiones económicas. Por esta razón, se está registrando un aumento de la llamada pobreza energética oculta.
La llegada del cartero es un momento de angustia en muchos hogares españoles, pues supone la antesala de encontrarse en el buzón la temida factura de la luz o el gas, con unos precios que han crecido de manera desorbitada en los últimos meses. Y es que, según datos que maneja TK Home Solutions, la compañía líder en salvaescaleras para el hogar, la factura de la luz en España se ha incrementado más del 67% en 2022, mientras que el precio del gas ha aumentado un 361% respecto a la situación anterior a la guerra de Ucrania.
Esta situación ha provocado que el pago de los suministros se convierta en un auténtico reto mes tras mes, especialmente en los hogares donde viven colectivos vulnerables, como el de las personas mayores, que tienen que responder con su pensión a una factura energética que no deja de crecer. La llegada de las recientes olas de frío ha supuesto un recrudecimiento del problema y no serán las últimas, por eso, son muchas las personas que se debaten entre poner o no la calefacción.
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Confort sin calefacción
La temperatura ideal para el interior de una vivienda oscila entre los 19 y los 23 grados centígrados, lo que se consigue fácilmente a través de la calefacción. Sin embargo, existen otras muchas maneras de mantener una temperatura agradable y estable sin necesidad de consumir gas o electricidad. Basta con un cambio de hábitos puede llegar a reducir considerablemente la factura. Los expertos de TK Home Solutions nos dan una serie de consejos para tener la casa a una temperatura agradable y estar cómodos sin necesidad de abusar de la calefacción:
1. Aprovechar el calor del sol
Afortunadamente en España contamos con una gran cantidad de días despejados en invierno. El sol es la más potente fuente de calor, por lo que conviene aprovecharlo para calentar la vivienda en las horas centrales del día. Si la casa tiene una orientación que permite que entre el sol mantendremos las persianas alzadas para que las estancias puedan aumentar su temperatura unos grados de forma natural.
2. Ventilar lo justo y cerrar puertas
Ventilar todos los días es necesario para mantener el aire limpio y oxigenar el espacio interior, pero no conviene hacerlo más de 10 minutos. Si se mantienen las ventanas abiertas durante mucho tiempo la vivienda se quedará muy fría y será muy difícil volver a recuperar el calor. Una vez que se ha ventilado hay que cerrar inmediatamente las ventanas. De igual manera, a la caída de la tarde, cuando la temperatura comienza a descender, conviene bajar las persianas.
Al salir de las estancias hay que recordar cerrar la puerta, para que el calor no se escape. Además, mantener cerrada la puerta del dormitorio por la noche contribuirá a que la habitación esté más templada en el momento en el que el mercurio está más bajo.
3. Utilizar alfombras
Las alfombras deben estar situadas en algunos puntos clave de la vivienda, como en el salón, donde se suele pasar más tiempo, o a los pies de la cama, para evitar perder temperatura corporal al levantarnos con los pies desnudos.
4. Aislamiento con siliconas y espumas
Con el aislamiento de los marcos de las ventanas o la parte inferior de las puertas se consigue un sellado que impide la fuga de calor. Existen diferentes materiales en el mercado que se pueden utilizar, desde siliconas y espumas, a burletes y bajopuertas. No hay que tener conocimientos avanzados para colocarlos ni su instalación requiere de grandes obras. Basta con seguir las indicaciones del fabricante.
5. Cortinas gruesas, térmicas y de colores oscuros
Las cortinas de colores oscuros contribuyen a atrapar el calor del sol. Si además son gruesas, la habitación quedará aún más aislada, especialmente si en la calle hace viento. También existen telas térmicas, confeccionadas con tejidos aislantes, que son perfectas para los días más fríos del invierno.
6. Chimenea de leña y velas
Las personas que tengan en su casa una chimenea de leña pueden utilizarla para calentar la estancia, y siempre resultará una fórmula más económica que encender la calefacción. Si no se dispone de chimenea, se pueden encender velas, lo que resulta efectivo si la habitación es pequeña. Sin embargo, las velas tienen el inconveniente de que requieren de una vigilancia constante, ya que son una de las primeras causas de incendios.
7. Utilizar la decoración para aislar paredes
Las paredes que dan al exterior son las más frías y por las que la vivienda pierde calor. Forrarlas con madera, corcho o telas, o llenarlas de cuadros o de libros es una excelente manera de aislarlas.
Mantener el calor corporal
Además de mantener la casa caliente, también existen ciertos trucos para no perder el calor corporal y evitar así tener que encender constantemente la calefacción. TK Home Solutions nos muestra algunos de ellos:
Masajes en los pies y las manos
Un automasaje o un masaje en pareja contribuye a mejorar la circulación y es altamente efectivo cuando las extremidades están frías o existe entumecimiento.
Vestir con ropa adecuada
Utilizar prendas de lana o franela, forros polares y ropa térmica ayuda a evitar pérdidas bruscas de temperatura que pueden enfriar a la persona.
Acurrucarse para mantener el calor
Acurrucarse, lo que comúnmente se conoce como “hacerse un ovillo”, es una de las técnicas más utilizadas en todas las culturas para mantener el calor corporal.
Echar mano de mantas y edredones
Las mantas y los edredones nórdicos se convierten en el perfecto aliado en los meses más fríos. Hay que tomar la precaución de cubrirse totalmente, sin dejar extremidades fuera.
Respirar por la nariz
Respirar por la nariz, en vez de por la boca, es lo más recomendable, ya que la nariz templa el aire que se inhala y que pasa directamente a los pulmones.
Hacer ejercicio
Hacer ejercicio o mantenerse en movimiento es una de las formas más rápidas de activar la circulación sanguínea. Movilizar los músculos ayuda a recuperar la temperatura corporal, aunque hay que tener en cuenta que el ejercicio realizado debe ser acorde a la edad y capacidad de cada individuo.
Una dieta adecuada
En invierno conviene llevar una dieta acorde a las condiciones climáticas más adversas. Las infusiones, tés, platos de legumbres, caldos, consomés, guisos, sopas, cremas y potajes son muy apetecibles en esta época del año.
Recibir calor humano
Abrazar a quien más quieres es una manera rápida, efectiva y agradable de calentarse, y además ayuda a estar saludable, ya que eleva los niveles de oxitocina en el organismo.
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