Durante mucho tiempo, el verano siempre ha sido sinónimo de parón en la actividad profesional: vacaciones, oficinas a medio gas y procesos de selección pospuestos hasta septiembre. Algo así como en el colegio. Sin embargo, esta dinámica está cambiando y hoy la realidad es bien distinta al panorama descrito. Profesionales y empresas reconocen que esta época como un momento estratégico para replantear objetivos. Cambiar de trabajo en verano o captar talento es más habitual de lo que parece.
Una reciente encuesta realizada por Hays, consultora líder en selección y soluciones de recursos humanos, revela que el 79 % de los profesionales considera que cambiar de trabajo en verano es una buena opción. Más aún, el 67 % asegura estar en búsqueda activa durante estos meses. La razón, según los expertos, tiene mucho que ver con el ambiente más distendido y la claridad mental que aporta la temporada estival.
“Lo que antes se percibía como una época de pausa, hoy se interpreta como una oportunidad. El ritmo más relajado del verano permite a muchas personas tomar decisiones con mayor claridad”, explica Silvia Piqueras, directora de Perm Recruitment Services en Hays España.
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Mandos intermedios que deciden cambiar de trabajo en verano
El mercado laboral no se detiene en verano, aunque sí se transforma. Ciertos sectores muestran mayor dinamismo en esta etapa, en particular los relacionados con tecnología, ventas, ingeniería y administración. También se observa una alta rotación en posiciones de middle management, aquellas situadas en mandos intermedios, que muchas compañías refuerzan para afrontar el último trimestre con más solidez.
“No se trata de una explosión de vacantes como la que puede darse en primavera, pero sí de un flujo constante y bien orientado. Las empresas que saben lo que buscan, aprovechan estos meses para cerrar incorporaciones clave”, afirma Piqueras.
Este tipo de contrataciones suele tener un carácter estratégico: se buscan perfiles con potencial para asumir responsabilidades desde septiembre, tras un periodo de aterrizaje progresivo en julio o agosto. El resultado: un onboarding más tranquilo y eficaz, que beneficia tanto al nuevo trabajador como a la organización.
Para las empresas, anticiparse es una ventaja
Desde el lado corporativo, el verano también representa una oportunidad poco explotada por algunos, pero muy rentable para otros. Según los datos de Hays, el 81 % de las empresas afirma utilizar los meses estivales para captar talento. De ese porcentaje, el 53 % lo hace de manera activa, mientras que un 28 % reconoce hacerlo con limitaciones, como la disponibilidad de equipos o la necesidad de alargar plazos. Solo un 19 % pospone los procesos hasta septiembre.

Los expertos coinciden en que quienes apuestan por mantener sus procesos abiertos durante el verano tienen más posibilidades de atraer a los mejores perfiles. “Las empresas que reclutan en estos meses inician septiembre con una ventaja clara. La clave está en anticiparse, mantener el contacto con el mercado y comunicar con claridad”, señala Piqueras.
Además, la digitalización del recruitment ha roto muchas de las barreras que tradicionalmente ralentizaban los procesos estivales. Las entrevistas virtuales, el uso de plataformas automatizadas y la flexibilidad horaria permiten avanzar incluso cuando parte del equipo está de vacaciones.
El verano como espacio para la reflexión y el desarrollo
Para quienes no están decididos a cambiar de trabajo de inmediato, el verano ofrece igualmente un marco ideal para la reflexión profesional. Evaluar el primer semestre, revisar logros y desafíos, e identificar áreas de mejora o nuevas metas puede ser tan valioso como cambiar de trabajo en verano.
Muchos profesionales aprovechan este periodo para formarse o para entablar conversaciones más relajadas con sus responsables de equipo y departamentos de recursos humanos. El ambiente menos tenso facilita el diálogo y crea una atmósfera más abierta para renegociar condiciones, pedir feedback o explorar posibilidades de crecimiento interno.
“Si se han evaluado los logros del primer semestre y se tienen claros los objetivos del segundo, es un buen momento para plantear mejoras o nuevas responsabilidades”, subraya la directora de Hays España.
Además, la menor competencia entre candidatos durante el verano puede jugar a favor de quienes deciden dar el paso. Las empresas valoran especialmente a los perfiles proactivos, capaces de aprovechar el momento en lugar de esperar a que el mercado “se reactive”.
El mito del parón estival, en revisión
Cada año, más profesionales rompen con el mito del verano improductivo. Lejos de suponer un freno, los meses estivales se están consolidando como un trampolín para quienes desean dar un giro a su carrera o comenzar un nuevo ciclo laboral.
Con un mercado cada vez más dinámico y digital, el momento del año ya no es un condicionante decisivo. Lo que realmente marca la diferencia es la actitud: aprovechar la calma para actuar, en lugar de esperar a que pase.