Estas son las últimas horas del 2G. La vieja red telefónica móvil, en la cual muchos de nosotros gastamos nuestra juventud en los 90 enviando mensajes de texto y jugando Snake, está lentamente llegando a su fin en varios países del mundo.
Algunas compañías telefónicas calculan que podrían apagar su servicio 2G a finales del 2016 o mediados del 2017. Mientras que muchos están satisfechos con el servicio 3G y 4G, hay algunos que se mantienen leales a sus “teléfonos tontos”, como por ejemplo el indestructible Nokia 3310. Ya sea por necesidad o moda, las personas están aprovechando el 2G mientras dure.
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Conciencia Social
Rachel, de 61 años, una maestra a tiempo parcial en Sydney, Australia, está feliz aún con su red 2G. Su teléfono es un viejo Nokia –no está segura de cuál modelo exactamente. De hecho, tiene una colección de teléfonos y partes para repuesto que ha tomado de algunas tiendas. “Cuando uno se daña, agarro otro,” dice ella.
Su principal motivo para mantenerse con el servicio de 2G prepago es mantener sus cuentas bajas. “Nunca hago llamadas, y el propósito es que la gente pueda contactarme,” explicó.
Ella además siente aversión a malgastar el dinero. “Primero que todo, como algo general, estoy vieja,” dice ella. “En realidad odio estos aparatos y prácticamente ya no compro nada nuevo.” La preocupación por la sustentabilidad juega también un papel importante. “Soy muy consciente a nivel medioambiental,” dijo ella. “Simplemente enviamos cantidades enormes de estos dispositivos electrónicos a Ghana y allá simplemente los tiran… Todo este asunto es ridículo.”
Eso no significa que nunca se conecte en línea. Rachel tiene internet en su casa, pero no siente la necesidad de tenerlo en su teléfono. “No estoy interesada en poder acceder al internet mientras estoy caminando por la calle,” dijo ella. “Será bueno saber que haré cuando nos quiten el servicio (2G).”
Ella añade que los niños en la escuela le dicen que un Nokia viejo en realidad es algo bastante cool –son retro.
Por necesidad
Otros usan 2G porque tiene que hacerlo. Una terapista ocupacional en un hospital de Sydney, que prefirió no ser nombrada, dice que el Hospital le entrega teléfonos Nokia con 2G al personal cuando hacen visitas médicas a los hogares.
“No puedes usar tu propio teléfono cuando llamas a los clientes por un asunto de privacidad,” explicó. “No lo usamos mucho, sólo cuando los necesitamos.”
Ella especuló que los Nokias probablemente se usan en el hospital para disminuir los costos. “Ya de por sí es complicado obtener dinero del sistema de salud pública, si no está dañado… no querrán gastar de forma innecesaria,” dijo ella. “Asumo que los compraron nuevos hace mucho tiempo, y de verdad no se han dañado hasta ahora.”
Aun así, sería útil para el personal del hospital tener dispositivos con más capacidades. Dijo que incluso un teléfono 3G sería útil para el personal para poder usarlo como GPS. Pero como están las cosas, ella tiene que usar su propia smartphone en el trabajo. “Hago modificaciones en los hogares de las personas,” explicó ella, “y algunas veces tengo que usar mi propio teléfono para tomar una foto. No puedes hacer eso con un viejo 2G… sería bueno tener un iPad, por lo menos.”
En general, el personal del hospital está lo suficientemente feliz de usar sus teléfonos 2G, pero ella dice que algunas se quejan. Principalmente porque se han olvidado de cómo usar un viejo Nokia. Al final, sin embargo, “es como manejar una bicicleta.”
Para mantener distancias
Antony, de 28 años, un abogado en Sydney, recientemente le hicieron que se comprara un iPhone 5S por su empleo. Hasta entonces, había usado un pequeño Nokia con 2G que costaba alrededor de 20 dólares australianos.
Se había mantenido alejados de los smartphones porque no quería ser muy fácil de contactar o distraerse por el internet. “No quería recibir mis correos electrónicos del trabajo, así que me mantuve con mi porquería de teléfono sin internet que parece de traficante,” él dice. “No me gusta estar en línea todo el tiempo. No soy bueno regulándome a mí mismo.”
Él dijo que tener su teléfono “tonto” diferencia claramente su tiempo de esparcimiento de su tiempo de trabajo. Sus colegas sabían que él no podía responder sus correos electrónicos a media noche.
“Tenía un teléfono incluso peor antes, y un compañero lo lanzó de un bote. En un terco rechazo de unirme a la nueva era, fui y me compré otro parecido,” se reía. Él no era un completo ludita, sin embargo. Usa una laptop para trabajo y compró un iPad para cuando va de viaje.
¿Así que ahora aprecia no tener el 2G? “Exactamente lo que me imaginé que pasaría ha pasado –sólo estoy jugando videojuegos,” dijo. “Está este juego que se llama ‘Rick and Morty’ que es bastante adictivo.”
Tener un teléfono conectado al internet tiene sus conveniencias, admite Antony. “Es bueno tener mapas, y cosas como esas,” dice. Aun así, extraña los viejos tiempos. “Se ha vuelto una locura –ahora soy mucho más accesible de lo que solía ser.”
Por tener más privacidad
Jahnine Skaif, de 36 años, una oficial de recuperaciones de una aseguradora y gerente de turismo musical, usa un teléfono 2G porque valora su privacidad, y porque no quiere que la molesten.
Actualmente posee un teléfono Samsung que funciona con 2G: “Afectivamente conocido como el ‘especial del correo’ y coloquialmente conocido como el ‘quemador’” dijo a través de un correo electrónico.
“Me gusta lo mínimo cuando se trata de teléfonos, tienen una función bastante simple para mí, y esa es comunicarme rápida y efectivamente,” explicó Skaif. “Prefiero los SMS y no necesito ni quiero emojis o conversaciones largas.”
Ella no quiere que la gente sepa dónde está a todas horas del día o la noche. “Soy también una investigadora/rastreadora privada con licencia, así que valoro la privacidad y no necesito que todo el mundo rastree mis movimientos,” añadió.
Algunas veces, sin embargo, se actualiza un poco. Cuando viaje dentro del país tiene un iPhone 3 en la red 3G que lo usa para el Google Maps y otras emergencias. Pero más que todo está en la opción 2G.
Skaif incluso tiene un lote de teléfonos 2G que les da a los artistas cuando trabaja con ellos en un tour. “Les doy a mis artistas un teléfono mientras están en Australia para llamadas locales, hice esto por no usar un smartphone –eso significa que no pueden contactarme en Facebook o WhatsApp,” dijo ella.
Al final de todo, el viejo estilo del teléfono es tan solo otra pieza de tecnología atractiva: “Es pequeño, lo que me encanta. No entiendo por qué la gente quiere la mitad de una iPad adherida en sus caras”
Fuentes:
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