Son muchas las personas las que confían en los productos de cosmética para mejorar su imagen. Cuando uno adquiere cierto producto espera que le aporte los resultados esperados, sin embargo es frustrante que después de un tiempo de aplicación no haya ningún tipo de cambio y todo siga igual. No es que haya habido cambios, sino más bien que el producto ha dejado de funcionar. En ese momento, los consumidores se sienten estafados por las marcas y comienzan una especie de ayuno cosmético, ya que en algunas ocasiones estos artículos tienen un alto coste en el mercado. Pero puede no ser tanto una estafa, sino uno de casos que enumeraremos en este artículo.
Sin entrar a valorar si las promesas que hay alrededor de los productos de cosmética son ciertas o no, hay componentes y activos sobre los que merece detenerse para valorar la eficacia de cremas o sérums. En este sentido, hay activos potentes como loa ácidos exfoliantes, la vitamina C o el retinol, cuyos resultados deben ser notorios al cabo de pocos días, según los expertos.
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¿Por qué la cosmética no nos funciona?
Para aclarar esta situación que tantas veces han vivido las personas, Aïna Munné, experta en dermocosmética y formulación de PromoFarma by DocMorris, la parafarmacia online de referencia en el ámbito de la salud, la belleza y el cuidado personal, desvela los 6 motivos por los que la cosmética deja de funcionar, más allá de que el producto sea adecuado para un tipo de piel o de que se esté aplicando de la forma correcta.
1. Se necesita tiempo
El tiempo que tarda en hacer efecto una crema o un sérum variará mucho dependiendo del tipo de producto y de los ingredientes activos que contenga.
Antes de pensar que el producto no funciona, hay que darle tiempo. La impaciencia cosmética es un término que se utiliza mucho en jerga dermatológica para denominar este fenómeno: no esperar lo suficiente para que el producto pueda hacer efecto. Esto lleva a cambiar constantemente de régimen cosmético, en busca de productos que actúen, y sin esperar el tiempo mínimo que necesita la piel para adaptarse al principio activo y obtener todos los beneficios.
Estos son los ingredientes más comunes en los productos de cosmética y el tiempo que tardan en hacer efecto:
- Ácido hialurónico: el efecto hidratante es instantáneo, pero, para que tenga un efecto sobre las líneas de expresión, hay que esperar varias semanas de uso.
- Retinol: aunque su efecto retexturizador se suele notar al cabo de pocos días, dependiendo del tipo de retinol y de la concentración, tardará varias semanas (entre 4 y 8) en alcanzar el punto álgido de beneficios.
- Vitamina C: da luminosidad de forma instantánea en la mayoría de pieles, sobre todo, en las más necesitadas. Para beneficiarte de sus efectos antioxidantes y mejorar arrugas y firmeza, necesitaras un mínimo de 6 semanas.
- Ácidos exfoliantes AHA: los productos con ácidos exfoliantes, como el ácido glicólico o el láctico, tienen desde el inicio un efecto alisador en la piel, mejor luminosidad y textura, y, al cabo de 4 semanas, los beneficios son acumulativos.
- Niacinamida: tiene un efecto calmante e hidratante inmediato, con el tiempo (8 semanas aproximadamente), se ven mejoras en la hiperpigmentación de la piel, especialmente en la post inflamatoria (después de tener acné) y en la luminosidad.
- Ácido salicílico: si lo utilizas para tratar el acné, va a tardar unos días (o incluso semanas) en mostrar su efecto, y depende mucho de si el producto está formulado con otros activos calmantes o antibacterianos. Si lo utilizas como exfoliante, como es el caso de los AHA, el efecto es inmediato y también acumulativo.
2. Un tipo de piel más resistente
Existe un tipo de piel que acostumbra a ser la que más productos compra y prueba. Novedad que ve, se lanza de cabeza, y muy rara vez se irrita. Desde rutinas coreanas de 10 pasos a derma-rollers, ácidos exfoliantes… suele tener de todo en su armario cosmético.
En este caso, no hablamos de piel mixta, grasa o seca, sino de un parámetro concreto: si la piel es resistente o no.
“Las pieles resistentes son pieles con la función barrera muy cohesionada. No suelen reaccionar mal ni tener problemas inflamatorios (acné, rojeces, etc), y, en contraposición, cuentan con un handicap importante: la mayoría de productos (y combinaciones) suelen ser poco efectivos a la hora de dar resultados” afirma Munné.
Bajo este contexto, tenemos la solución: este tipo de piel necesita una cosmética cañera, no solo más tiempo. Combinar los productos para sumar sus efectos, y cambiarlos cuando la piel se habitúa. Si este es tu caso, no tengas miedo a la hora de aumentar el porcentaje de los ingredientes activos que más sueles utilizar, como la vitamina C o el retinol. Y, si tienes dudas, consulta a tu especialista en dermocosmética o skincare coach.
3. No se utiliza protección solar
El sol es el mayor oxidante al que la piel está sometida. Si quieres que tu rutina siga siendo efectiva, tanto si es antiaging como si solo es hidratante, debes protegerte del sol.
Algunos ingredientes funcionan mejor si la piel está protegida, como, por ejemplo, con Vitamina C. De esta manera, evitamos que se oxide, y este efecto antioxidante actúa directamente en la piel. O los ingredientes antimanchas: si aplicamos niacinamida o ácido tranexámico a una piel para minimizar las manchas, de nada sirve que activemos la maquinaria fabricante de melanina exponiendo la piel al sol.
Además, la exposición solar aumenta la pérdida de agua transepidérmica, y, por ejemplo, podría darte la sensación de que los productos son menos hidratantes o no te hacen efecto suficiente.
4. El producto está caducado
El PAO de los productos, el símbolo de un envase abierto que indica los meses que dura en buen estado una vez lo has estrenado, es una clave básica a la hora de mantener nuestro alijo cosmético al día.
Pasada esta vida útil, el producto se considera “caducado”. En este caso, lo puedes seguir usando (si no huele raro y la textura no ha cambiado), pero no te garantizarán efectividad.
Bajo este contexto, la experta Aïna Muné recomienda “usar un rotulador permanente fino para indicar la fecha de apertura de los productos en algún lugar visible del envase o de la etiqueta. De esta manera, te será más fácil calcular de un vistazo si el producto ha dejado de ser efectivo”.
Por ejemplo, los productos solares tienen una vida útil de entre 6 meses y 1 año una vez abiertos. Por tanto, si tu anterior protección solar fue comprada en primavera o en verano, es el momento de reponer la fórmula.
5. El producto no se absorbe bien
En primer lugar, debemos procurar un lienzo bien limpio para que los productos puedan hacer su función. Esto pasa por hacer una buena rutina de limpieza, o de doble limpieza por la noche.
Además, el orden en que aplicas los productos es importante: de menos densos a más densos, y los activos siempre irán antes que cualquier producto hidratante.
Si quieres darle un giro experto a tu rutina, hay productos que son ideales para favorecer la absorción de tratamientos: elige un tónico o una esencia de tratamiento ligeramente exfoliante, por ejemplo, con gluconolactona, y la piel estará mucho más receptiva a la hora de aplicarle cualquier tratamiento posterior.
6. Has llegado al tope de tu piel
Si ya has puesto en marcha todos los puntos comentados, has cambiado la concentración de los activos, la rutina, has aplicado protección solar… llegará un punto en el que estarás en la cúspide de la transformación de tu piel. Y, en este caso, no es que te hayas acostumbrado al producto, que necesites más concentración o cambiar la rutina… es que has logrado lo máximo que se podía conseguir con la cosmética.
¡Eso es muy bueno! No hay nada de malo en llegar a este punto. A cada etapa, edad, y con la condición de cada tipo de piel, podemos llegar muy lejos y conseguir grandes mejoras solo utilizando cosmética.
Por ejemplo, una piel propensa al acné puede llegar a tener unos pocos granitos al mes, una piel con manchas, puede verlas difuminadas, y, una piel con arrugas, se puede ver hidratada, luminosa y bonita.
Sigue utilizando tu rutina y mantente atenta a las novedades cosméticas, y, si tienes alguna duda, no dudes en consultar a tu dermatólogo/a de confianza.
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