La gente ama los juegos: son una manera divertida de pasar el tiempo. Científicos de la Universidad de Londres tomaron ventaja de este aspecto de la naturaleza humana para aprender que pasa en la intersección de tomar riesgos y crecer hacia la vejez. Creando un juego especial para teléfonos para usar en sus experimentos, el Dr. Robb Rutledge y sus colegas descubrieron que las personas mayores tienden menos que los jóvenes a elegir apuestas riesgosas cuando se trataba de ganar más puntos. Igual, al tratar de evitar perder puntos, ambos grupos apostaron lo mismo.
“El envejecimiento normal humano afecta muchas habilidades cognitivas”, escribió Rutledge, autor líder, y sus colegas, quienes sugieren que la dopamina, un neuroquímico involucrado en el sistema de recompensa-riesgo del cerebro, puede explicar las diferencias en los niveles de toma de riesgo a lo largo de la vida. “Un cambio profundo en el envejecimiento del cerebro es un declive gradual en la integridad del sistema de dopamina”, notaron. Esta pérdida de dopamina con el paso de los años está acompañada por un deseo decreciente de recompensa, teorizaron Rutledge y sus colegas.
El gran experimento cerebral
Para entender los instintos apostadores humanos, el equipo de investigación reclutó más de 25.000 usuarios de smartphones quienes simplemente jugaron uno de los cuatro juegos contenidos dentro de la aplicación El Gran Experimento Cerebral. Todo esto se trataba de apostar por puntos. Los participantes, cuyas edades iban desde los 18 hasta los 69 años, comenzaron con 500 puntos, y luego trataron de ganar tantos puntos como sea posible en 30 pruebas diferentes donde escogen entre una opción segura y una riesgosa (apuesta 50/50).
Durante las “pruebas de ganar puntos”, los jugadores podían escoger una cantidad garantizada de puntos o una posibilidad 50/50 de ganar más puntos o ganar nada. Durante las pruebas de “perder”, lo mismo ocurrió en reversa; los jugadores podían escoger perder una cantidad fija de puntos o apostar para no perder o perder más puntos (que la cantidad fija). Durante las pruebas “mezcladas”, los jugadores podían apostar con una posibilidad de ganar o perder puntos… o escoger nada de puntos.
En promedio, todos los grupos de edades escogieron apostar en aproximadamente el 56% de las pruebas de “perder” y un 67% en las pruebas “mezcladas”. Echándole un vistazo más de cerca a estos números, los investigadores descubrieron que las personas entre 18 y 24 años apostaron en el 72% de las pruebas de “ganar”, y solo un 64% de las personas entre 60 a 69 años hicieron lo mismo.
Esta diferencia comportamental, dicen los investigadores, que podría pasar por el declive de dopamina el cual ocurre mientras envejecemos. Después de todo, las personas mayores no se opusieron al riesgo y no cometieron más errores que los jóvenes. Más probablemente, no encontraron la recompensa muy atractiva – a diferencia de los más jóvenes – y así tuvieron menos voluntad de tomar riesgos para conseguirlo.
Este experimento no prueba suficientemente que la reducción de dopamina es la razón por la que las personas mayores tienden a apostar más para evitar perder que para ganar – se necesita más investigación allí. Sin embargo sí prueba que las aplicaciones móviles son una manera para atraer un grupo único de personas.
“Los datos basados en smartphones son más representativos de la población en general que experimentos convencionales de laboratorio”, escribieron los investigadores, quienes notaron que el 73% de los participantes en su estudio tenían 25 o más años de edad, mientras que un 42% reportó no tener un grado universitario. Por contraste, el 85% de los participantes en la mayoría de otros estudios son estudiantes universitarios.
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